La Unión Europea (UE) y los países del Mercosur alcanzaron este viernes un acuerdo comercial tras 20 años de negociaciones, un pacto "sin precedentes" que inicia ahora un camino hacia su adopción no exento de escollos.
"El Mercosur logró hoy en Bruselas concluir las negociaciones (...) con la UE, acuerdo sin precedentes para ambos bloques y uno de los más importantes en la historia a nivel mundial", se congratuló el gobierno de Argentina, país que ejerce la presidencia pro témpore del bloque sudamericano.
El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, celebró también un "momento histórico", una "fuerte señal" de apoyo a un comercio mundial basado en normas, "en medio de las tensiones comerciales internacionales".
Las negociaciones, iniciadas en 1999, entraron en la recta final el miércoles por la noche cuando los cancilleres de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay se reunieron con los comisarios europeos de Comercio y Agricultura para desbloquear los puntos pendientes.
Todo ello en un contexto de presión creciente en la UE, donde los agricultores, preocupados por la entrada de carne vacuna del Mercosur, lanzaron la voz de alarma, retomada en una carta a Juncker enviada por los mandatarios de Francia, Irlanda, Polonia y Bélgica.
Los dirigentes de siete países europeos, entre ellos España, Alemania y Portugal, respondieron con otra misiva a Juncker para expresarle los beneficios de un acuerdo, llamando a ambas partes a "hacer algunas concesiones finales".
El comisario europeo de Agricultura, Phil Hogan, aseguró este viernes que los productos agrícolas del Mercosur contarán con "cuotas cuidadosamente gestionadas para garantizar que no haya riesgo de que ningún producto inunde el mercado de la UE".
El largo camino
Los últimos días de negociación estuvieron marcados por los desencuentros entre los líderes de Francia, Emmanuel Macron, y Alemania, Angela Merkel, con el Presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, a raíz de su política ambiental.
"El clima va junto con las cuestiones sociales, comerciales, no quiero hacer acuerdos comerciales con gente que no sigue el acuerdo de París (de 2015 sobre el clima)", dijo el jueves desde Japón el presidente galo.
Merkel, en principio favorable al tratado, no había dudado tampoco en criticar el miércoles la deforestación en Brasil, a lo que Bolsonaro respondió diciendo que Alemania "tiene mucho que aprender" de su país sobre medio ambiente.
Tras el acuerdo de este viernes, se abre un período para chequear el texto jurídicamente y traducirlo a las diferentes lenguas, antes de su firma final, que debe contar con el aval de los 28 países de la UE.
Este requisito no es baladí visto el contexto actual de presión en Europa. En 2016, la región belga de Valonia casi tumba la rúbrica del acuerdo comercial cerrado con Canadá.
A continuación, el texto debe ser validado en la Eurocámara, donde, tras las pasadas elecciones europeas, las fuerzas ecologistas desempeñan un papel clave para apuntalar la mayoría proeuropea del hemiciclo.
El acuerdo comercial, que permite reducir aranceles en sectores como el automóvil o el agrícola entre ambos bloques, es uno de los mayores cerrados por la UE, creando un mercado de 770 millones de consumidores.
El comercio entre los países europeos y los del Mercosur se elevó en 2018 a casi 88.000 millones de euros (unos 103.500 millones), con la balanza comercial ligeramente favorable a los europeos en unos 2.500 millones de euros.