SANTIAGO.- Fue a mediados de marzo de 2017 cuando la diputada del Partido Comunista Camila Vallejo presentó el proyecto de ley que buscaba rebajar la jornada laboral de 45 a 40 horas semanales. Y pese a que en un inicio la iniciativa fue declarada inadmisible por la Cámara, la parlamentaria logró convencer a sus pares y avanzar en el trámite legislativo de la medida.
Así, tras dos años en el Congreso, la comisión de Trabajo de la Cámara de Diputados aprobó este miércoles la idea de legislar del proyecto, gracias a los siete votos de los parlamentarios de oposición de la instancia y a seis abstenciones de Chile Vamos.
Sin embargo, desde el Gobierno tildaron inmediatamente el proyecto de "inconstitucional" y desde la Cámara Nacional de Comercio criticaron el avance de la medida acusando que afectará las contrataciones y aumentará la informalidad laboral.
En medio de los cuestionamientos, diversos expertos laborales opinaron respecto a las opciones que hoy se discuten en el Parlamento. Así, mientras por un lado la reforma laboral del Gobierno plantea una jornada laboral de 180 horas mensuales (casi un 10% menos que la actual) y pone su foco en la "flexibilidad", el proyecto de "las 40 horas" se centra en la mantención de las remuneraciones pese a la disminución de las horas trabajadas.
Además, cabe recordar que existe
otro proyecto respecto a este tema en el Congreso, pero que no ha presentado movimientos desde que un grupo de diputados de oposición lo presentaron en octubre de 2018. Se trata de una iniciativa que buscar reducir la jornada semanal a 40 horas y además aumentar los días de feriado anual o vacaciones, de los actuales 15 días a 20.
¿Flexibilizar o reducir la jornada?
Considerando las iniciativas que se están discutiendo en la actualidad, la modernización laboral del Ejecutivo y la de las "40 horas", el experto laboral y director del Centro de Microdatos de la Universidad de Chile, Fabián Duarte, sostuvo a Emol que "entre la reducción de horas y la flexibilización, a mí me gusta más la flexibilización".
Lo anterior, porque "en general si uno hace una reducción abrupta en la jornada laboral, lo único que está cambiando ahí es el número de horas que los trabajadores trabajan, pero el salario no cambia".
"Tenemos que hacernos cargo de la productividad, porque si no aumenta, no nos sirve bajar las horas de trabajo"
Fabián Duarte
"El problema es que tú pagas la misma cantidad de plata por menos horas trabajadas y si la productividad no aumenta, cae la utilidad y cae todo". En ese sentido, el economista hizo hincapié en que "en Chile tenemos problemas de productividad, por lo tanto no veo que sea tan sencillo introducir una reforma tan rápido de reducción de horas. Es complicado". Por eso comentó que "una reducción gradual sería interesante de estudiar".
De todas formas, Duarte subrayó que "no existe una bala de plata" en la materia, pero que cualquiera sea la medida elegida, el punto más importante a considerar son los aspectos que tienen que ver con la protección del empleado, "porque el temor que uno tiene cuando se quiere cambiar la jornada laboral es que el empleador se aproveche de esto, pero flexibilización es lo más prudente".
Por su parte, el economista Juan Bravo de Clapes UC, opinó: "Mi impresión es que hay buenos argumentos para rebajar la jornada en Chile, pero quizás de 45 horas a 40 de forma brusca puede ser algo agresivo y arriesgado. En ese sentido, quizás hay que ir probando con una metodología más gradual".
"Hay que ir evaluando, porque no es claro cuáles van a ser los efectos en el mercado laboral", insistió el economista y agregó: "Si reducimos mucho la jornada podemos generar efectos perniciosos en el empleo, aunque también hayan beneficios de por reducir la jornada".
Adicionalmente, y más allá de los beneficios en productividad que podría generar la medida, Bravo sostuvo que actualmente, si nos comparamos con los países desarrollados, "quedamos muy mal parados". Lo anterior, "porque somos de los que más trabajamos y de los que menos producimos".
La defensa de los proyectos por sus autores
Cabe recordar que cuando la diputada Vallejo presentó el proyecto, detalló que el documento fue realizado a partir de estudios sobre productividad, economía y psicología y que, al final, provocaría que las personas trabajaran solo una hora menos por día, lo que no influiría en la productividad.
"Son proyectos que apuntan a que las personas disfruten de una mejor calidad de vida, a que se pueda conciliar el trabajo con la vida familiar, con el tiempo libre, con ganar remuneraciones justas", señaló la diputada hace dos años, nombrado también como ejemplo a países como Holanda y Suecia, "donde trabajan 10 horas menos semanales y producen mucho más que nosotros".
Por su parte, esta mañana el ministro del Trabajo, Nicolás Monckeberg, defendió el proyecto del Gobierno -que se encuentra actualmente en el Senado- y recalcó: "Vamos a defender nuestra propuesta, porque estamos convencidos de que mejora la calidad de vida de las personas, reduce la jornada, aumenta la productividad y protege la remuneración de los trabajadores".
El miércoles, el titular de la cartera se mostró molesto tras la aprobación de la idea de legislar la iniciativa de las 40 horas semanales y sostuvo que "el proyecto tiene muchos errores, incluso en la redacción, muchas contradicciones. Uno puede estar a favor o en contra, pero las cosas hay que hacerlas bien".