En el marco del anuncio del Gobierno del proyecto de reducción de la jornada laboral a 41 horas semanales promedio en el trimestre, el presidente de la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa), Bernardo Larraín Matte, advierte que no le parecería una mala idea, a pesar de que todavía faltan detalles de la indicación que mandará el Ejecutivo.
En entrevista con Pulso de La Tercera, respecto a las conversaciones sobre la jornada laboral, Larraín señaló que le "parece un debate pertinente" y que en el mundo empresarial se requiere "empatizar con el trabajador".
"Celebro que se haya generado a partir de una moción parlamentaria y por un proyecto de Gobierno. Desde el mundo empresarial hay que empatizar con una sensibilidad que existe, vemos las virtudes que tiene el cambio tecnológico, y cómo requiere que el mercado laboral y la economía sean más flexibles. Pero hay que empatizar con el trabajador, que si bien valoriza la flexibilidad, al mismo tiempo dice apoyar la iniciativa parlamentaria de bajar la jornada de 45 a 40 sin flexibilidad. Concluyo entonces que si bien valorizan la flexibilidad, hay un temor de una cierta percepción de asimetría de poder entre la persona trabajadora y la empresa. Entonces tenemos que entrar en la discusión de esa asimetría, sea percibida o real", explicó.
Respecto a la factibilidad de que pueda existir una negociación equiparada entre trabajador y empresa, el presidente de la Sofofa indicó: "Lo que uno observa es que sí se puede. Hay realidades empresariales donde se pactan jornadas distintas y lugares de trabajo distintos. Eso genera un win/win, productividad para la empresa y calidad de vida para los trabajadores. No es un análisis teórico, lo veo en empresas".
"Pero me imagino que habrá otras compañías con una realidad distinta, donde la persona siente un cierto temor de que ese espacio de mayor libertad que introduce el proyecto del Gobierno pueda ser usado en beneficio de la empresa más que de los trabajadores", agregó.
Asimismo, Larraín es distante al proyecto de ley impulsado por Camila Vallejo.
"Más relevante que la extensión de la jornada, tanto del punto de vista de la calidad de vida de las personas, como del punto de vista de la productividad de las empresas, son los espacios de libertad para pactar jornadas diversas. Esa libertad es el principal factor que genera mejor calidad de vida y mayor productividad", proyectó.
"No estoy de acuerdo en reducir la jornada laboral en una jornada rígida semanal como lo establece el proyecto de ley de la diputada Vallejo. Estoy muy distante", añadió.
En el tema de los salarios, y si estos se podría ver afectados por la reducción de la jornada laboral, el presidente del gremio enfatizó: "Hay dos conceptos claves: gradualidad y flexibilidad. El valor de la flexibilidad puede compensar el costo de la menor jornada con aumentos de productividad por la mejor calidad de vida de las personas".
Y lo ejemplificó con el momento en que la jornada se bajó a 45 horas semanales, "se hizo con gradualidad y no hubo grandes impactos. Pero eso no se puede replicar en la actualidad. No existía la automatización. Por eso es tan importante la flexibilidad".