Presidente de la Comisión Nacional de la Productividad, Raphael Bergoeing.
El Mercurio
La
Comisión Nacional de la Productividad (CNP), que preside el economista Raphael Bergoeing, entregó un informe preliminar respecto de los impactos en el mercado laboral, respecto de reducir la jornada de trabajo de 45 a 40 horas a la semana.
De acuerdo al estudio, cuyas conclusiones finales serán entregadas dentro de dos meses, "por cada 1 hora de reducción en la jornada laboral legal, las horas trabajadas efectivas caen en 0,4 horas. Así, una reducción en la jornada semanal ordinaria de 45 a 40 horas- equivalente a un 11%- produciría una reducción en torno a 5% en las horas anuales efectivamente trabajadas (promedio por persona), lo que implicaría una caída de corto plazo en los salarios mensuales reales de 3% en promedio".
Además, la entidad indicó que "en un horizonte a 4-5 años, una reducción en el nivel del PIB de 2,5 a 7,5% respecto de un escenario sin reforma (laboral), y una caída en la productividad de 1 a 3,5% generada por reasignación del empleo estudiada a nivel microeconómico".
De todas formas, la CNP indicó que "de este informe preliminar se concluye que existen razones fundadas en evidencia doméstica y experiencia internacional que aconsejan un debate profundo del objetivo de la política, su diseño, y su implementación".
Asimismo, planteó que "en particular, deben considerarse mecanismos de flexibilidad que permitan aumentar la productividad (que siendo muy baja en nuestro país se vería adicionalmente reducida por la reforma), y plazos e instrumentos de ajuste que permitan a las empresas reorganizar su estructura productiva, a modo de reducir los efectos negativos esperados".
A mayor PIB per cápita se reduce la jornada laboral
En el informe preliminar de 104 páginas, la Comisión establece que "las personas valoran tanto el ingreso como el tiempo libre, por lo que el progreso económico suele ir acompañado no sólo de aumentos en los ingresos, sino también de reducciones en la extensión de la jornada laboral semanal, y en el total de horas trabajadas al año".
"Resulta evidente que mejorar nuestra productividad -para aumentar el crecimiento económico- es relevante para generar condiciones que permitan acceder a mayor tiempo libre en un plazo menor".
Comisión Nacional de Productividad
En ese sentido, sostuvo que "la evidencia internacional confirma esta asociación positiva entre el nivel de ingreso y el acceso efectivo a tiempo libre de sus ciudadanos", lo que también se aplica para el país.
"En 2010 el ingreso alcanzó 21.000 dólares per cápita, el total de horas trabajadas bajó a 2070, y la jornada semanal a 42,7. En 2018 alcanzamos un ingreso de 25.100 dólares per cápita, el total de horas trabajadas bajó a 1.941, y la jornada semanal a 41,3 horas. Esta jornada semanal de 41,3 horas es exactamente la misma que los países de la OCDE (en promedio) trabajaban cuando tenían un nivel de ingreso equivalente en términos reales al de Chile en 2018. Es decir, Chile no es una anomalía en cuanto a su jornada semanal, o al total de horas trabajadas al año".
Así, la CNP finalizó que "es posible proyectar las horas trabajadas que alcanzaríamos bajo distintos supuestos de crecimiento, asumiendo que replicamos la trayectoria observada por el promedio de la OCDE. Si a futuro creciéramos al 2% anual per cápita (cerca de 3% de crecimiento para el PIB) -equivalente al promedio anual alcanzado durante la última década en Chile- estaríamos trabajando 40 horas semanales el año 2028, y las 37,7 horas que trabaja la OCDE hoy en el año 2047. De crecer al 1% per cápita por año, estas jornadas se alcanzarían en los años 2038 y 2076, respectivamente. De crecer al 3% per cápita por año se alcanzarían en los años 2025 y 2037".
De este modo, la instancia concluyó que "resulta evidente que mejorar nuestra productividad -para aumentar el crecimiento económico- es relevante para generar condiciones que permitan acceder a mayor tiempo libre en un plazo menor".