Es un dato concreto y global: la expansión del coronavirus y la emergencia sanitaria que gatilló a nivel global derribaron drásticamente a los principales mercados del mundo, afectando a todo tipo de instrumento de renta fija y renta variable y, en consecuencia, reduciendo el valor de todo tipo de activos financieros, independiente de su nivel de exposición al riesgo.
El caso de los fondos de pensiones chilenos no fue la excepción, luego que en marzo cerraran con pérdidas reales de entre 16,49% y 2,54%.
Con todo, al 31 de marzo de 2020 los activos previsionales totalizaban US$ 170.692 millones, frente a los US$195.175 millones de fines de febrero, informados por la Superintendencia de Pensiones.
Mientras que los fondos de pensiones acumularon hasta el 31 de diciembre un valor de US$215.373 millones (considerando el tipo de cambio de ese periodo).
Según los datos de la Superintendencia de Pensiones (SP), en el tercer mes del año la rentabilidad de los fondos más expuestos a renta variable como son el A (más riesgoso) y B (riesgoso), en los que principalmente se encuentran afiliados más jóvenes, terminó con caídas de 16,49% y 13,53%, respectivamente. Con esto, en el primer trimestre anotaron una pérdida de valor de 17,02% y 14,22%, resultado no visto desde el peak de la crisis subprime, en el cuarto trimestre de 2008.
En tanto, el Fondo C (intermedio), cuyo perfil de inversión es moderado y se considera como fondo de referencia del sistema, cerró marzo con una baja de 10,20% y de 11,64% en el trimestre.
La intensidad del deterioro financiero global también alcanzó a los fondos de pensiones D y E, aun cuando están menos expuestos al riesgo de la renta variable y, por ende, a los vaivenes del mercado bursátil. Mientras el Fondo D (conservador) perdió 7,22% real en el mes y un 9,64% en el primer trimestre, la rentabilidad del Fondo E (más conservador) retrocedió en el mes 2,54% y 4,81% en enero-marzo 2020.
Es fundamental reiterar a la ciudadanía la importancia de evaluar y decidir los cambios de fondos con una mirada de largo plazo y, al mismo tiempo, evitar decisiones que busquen anticiparse a lo que ocurriría con los precios de los instrumentos financieros, dado que no es posible asegurar la obtención de ganancias de corto plazo con tales movimientos. Lo que hemos visto en los últimos meses y en especial en las últimas tres semanas evidencian que no existe esquema predeterminado de inversión que pueda garantizar una rentabilidad definida, ni un modelo de traspasos de fondos masivos que pueda asegurar el curso de los precios del mercado.
Superintendencia de Pensiones
"Si bien ambos fondos mantienen una cartera de inversiones más expuesta a la renta fija nacional mediante instrumentos de Tesorería, bonos bancarios y depósitos a plazo, estos han sido castigados por la reacción de los inversionistas a la incertidumbre, lo que subió las tasas de interés de largo plazo y terminó reduciendo el valor de los activos de renta fija", indicó en un comunicado la Superintendencia.
Negativo desempeño en los últimos doce meses
De acuerdo a las estadísticas del regulador chileno, el desempeño en rojo de los fondos de pensiones también se observó en 12 meses.
Los datos muestran que en el período abril 2019-marzo 2020 los fondos A y B registraron caídas reales de 8,16% y 6,59%, respectivamente, Mientras que los fondos C y D perdieron 3,45% y 2,31%, respectivamente. Sólo el Fondo E tuvo un alza marginal, de 0,34% real, según el informe de la SP.
"El negativo desempeño en 12 meses de los fondos de pensiones chilenos tiene como paralelo el fuerte deterioro de índices financieros globales determinantes en su cartera. Es así como la rentabilidad de los fondos tipo A, B, C y D se explica principalmente por la caída de las inversiones en acciones locales e instrumentos extranjeros", indicó la SP.
Lo anterior -añadió- que se puede apreciar al considerar como referencia el retorno mensual de los títulos accionarios locales medido por el IPSA, que disminuyó de 36,40%, y la rentabilidad en dólares de los índices MSCI mundial y MSCI emergente, con caídas de 11,90% y 20,40%, respectivamente, en los últimos 12 meses.
"Cabe señalar que en ese período las inversiones en el extranjero se vieron favorecidas por la depreciación del peso chileno respecto de las principales monedas, lo que favoreció las posiciones sin cobertura cambiaria, compensando parcialmente las pérdidas en las principales bolsas internacionales. Como ejemplo, en valor del dólar subió un 24,26% en los últimos 12 meses", puntualizó la superintendencia.
Por último, explicó que la rentabilidad del Fondo E se debe principalmente a las ganancias de las inversiones en títulos de deuda local, lo que fue parcialmente contrarrestado por las caídas de las inversiones en acciones nacionales e instrumentos extranjeros. En los últimos 12 meses cayeron las tasas de interés de los instrumentos de renta fija e intermediación financiera nacional, lo que ayudó a la rentabilidad de estos fondos por la vía de las ganancias de capital.