SANTIAGO.- Este miércoles, el Banco Central publicó su
Informe de Estabilidad Financiera (IEF) del primer semestre de 2020, donde señala que, "desde marzo de este año, el sistema financiero chileno ha enfrentado eventos de tensión de inusual magnitud asociados a la emergencia sanitaria global".
Y si bien destaca que pese a la alta volatilidad "no han ocurrido eventos de disrupción financiera importantes, en parte, gracias a la implementación de medidas excepcionales de liquidez", el informe hace hincapié en que la pandemia se trata de "una coyuntura que pone a prueba los mecanismos de mitigación de shocks externos, las holguras acumuladas a través de los años, la resiliencia de las instituciones y la profundidad de los mercados financieros".
En ese sentido, el Central se refirió al "conjunto inédito de medidas" que se han aplicado desde la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), el Ministerio de Hacienda y el mismo ente rector, todas con el objeto de mitigar el impacto económico de la emergencia sanitaria e inyectar liquidez a los hogares y empresas.
"Algunas de estas iniciativas están en plena implementación y requerirán un monitoreo permanente a fin de constatar que los bancos están cumpliendo el papel esperado y que el crédito esté llegando a los diferentes sectores. Esto implica también estar dispuestos a ajustar las políticas actuales o a implementar otras en la medida que la economía lo requiera", remarca el IEF.
Vulnerabilidad del flujo de caja de grandes empresas
"El negativo escenario económico se reflejará en un deterioro de la posición financiera de las empresas, limitando su capacidad de pago", sostiene el documento del instituto emisor y expone que al primer trimestre de 2020, la deuda total de las empresas alcanzó, en el agregado, 131% del PIB.
Dicho porcentaje representa un crecimiento de 16% real anual, el cual se vio impulsado principalmente por la depreciación del peso frente al dólar, el aumento en los préstamos de la banca local, que crecieron cerca de 11% real anual, y por la deuda externa.
"Entre firmas de mayor tamaño se aprecia que una fracción de ellas necesitará financiamiento adicional para complementar su flujo de caja. Si bien estas empresas se financian mayormente con bonos, podrían requerir del crédito bancario local (...) lo que podría desplazar en el mercado bancario local a empresas cuya fuente principal de financiamiento es la banca y que ya presentan vulnerabilidad previamente incubadas que derivan de la menor actividad económica desde octubre de 2019"
IEF
Así, el Central agrega que "entre las firmas de mayor tamaño, una fracción necesitará financiamiento adicional para complementar su flujo de caja. Dado su tamaño relativo, estas empresas son relevantes en la generación de empleo, tienen numerosas relaciones comerciales con firmas de menor tamaño y su deuda bancaria es relevante dentro de los portafolios de los bancos".
"Resulta fundamental avanzar en la activación del mercado de bonos para ampliar las fuentes de financiamiento para el sector corporativo". Lo anterior, debido a la importancia de la continuidad de la cadena de pagos entre empresas, por tanto "no solo la banca está expuesta a situaciones de las empresas no dispongan de liquidez suficiente para realizar sus pagos, sino también otras firmas acreedoras".
En un ejercicio de tensión hecho por el Central, donde se utilizó una muestra de 30 empresas que reportaron balances a la CMF al cierre de 2019, se vio que bajo un escenario donde los ingresos de dichas firmas se redujeran a la mitad, la mayoría podría solventar sus gastos por más de seis meses. Sin embargo, en una situación más estresada, donde los ingresos fuesen iguales a cero, la mayor parte de ellas tendrían caja suficiente para solventar a lo más seis meses de gastos.
En otro ejercicio, que considera cuatro meses consecutivos de caídas en ventas, con lo que se acumula una baja promedio en torno al 10%, los resultados indican que el número de firmas con flujo de caja negativo -es decir, con gastos mayores a sus ingresos- aumentaría entre 50% y 60% respecto de lo visto en el segundo trimestre del 2019. "De este modo, para cubrir menores ingresos requerirían de financiamiento adicional".
Deuda de los hogares
Respecto a los hogares, el IEF sostiene que debido a la contracción económica "enfrentan un importante deterioro en el mercado laboral, el cual corresponde al principal riesgo identificado en ediciones previas".
"Las medidas adoptadas han resaltado las fortalezas del sistema financiero chileno. A pesar de la magnitud de los eventos que han afectado a la economía local, los impactos en los mercados locales han sido acotados"
IEF
"Esto se da en un contexto en el que la deuda de los hogares superaba el 50% del PIB al primer trimestre de 2020", pero de todas formas recalca que desde el informe previo, "la deuda de los hogares disminuyó su ritmo de expansión a 5,7% real anual". Ello coincide con la implementación de las medidas de confinamiento, las cuales han mermado la capacidad de generar ingresos y reducido el consumo de las familias.
Respecto a las medidas implementadas por la CMF, Hacienda y el BC para mitigar el riesgo de crédito, el IEF señala que al cierre del infome "se habían producido 800 mil reprogramaciones de créditos por montos equivalentes a más del 20% de la cartera bancaria total".
"Alrededor de 90% de estas operaciones correspondían a créditos de consumo e hipotecarios, el resto a la cartera comercial. Esto contribuye a disminuir la carga financiera de los hogares que reprograman sus deudas", afirma el ente rector.
De todas formas, el Central indica que "información granular da cuenta que, tanto el endeudamiento como la carga financiera bancaria, se han mantenido estables en el último año como proporción al ingreso" y que, con información a febrero, la mediana de la deuda bancaria sobre ingreso"se ubicó alrededor de 5 veces el ingreso mensual individual".