Mario Marcel, presidente del Banco Central.
El Mercurio
SANTIAGO.- "
Chile tendrá este año la mayor contracción económica en 35 años, mientras que diversos organismos internacionales prevén que para el mundo será el peor resultado en un lapso aún más grande". Es la frase que se repitió constantemente este miércoles tras la publicación del Informe de Política Monetaria (IPoM) de junio del Banco Central, donde se proyecta que
el PIB de Chile podría caer hasta 7,5% en 2020 debido a la pandemia del covid-19.
Como es costumbre, Mario Marcel, presidente del ente rector, presentó el informe ante la comisión de Hacienda del Senado, pero a diferencia de otras veces, y antes de dar paso a las preguntas de los parlamentarios, hizo un profundo análisis sobre las enseñanzas técnicas e incluso humanas que ha dejado el shock inesperado del coronavirus: "Nos deja una lección de humildad", dijo.
Primero, el economista recordó que a mediados de 2019 el panel de evaluación externo que evaluó el desempeño del Banco en la conducción de la política monetaria y financiera durante los últimos años, había recomendado "mejorar la preparación de la entidad para shocks repentinos y extremos".
"Nuestra primera reacción fue de escepticismo", contó. Es que ante la resistencia de la economía chilena a la crisis financiera internacional de 2008-2009, Marcel cuestionó el que se les pidiera revisar un marco de política que ya había funcionado en coyunturas complejas durante casi 20 años.
"Poco tiempo después nos vimos enfrentados a dos episodios sucesivos que califican precisamente como 'shocks repentinos y extremos': una crisis social interna y una pandemia global", narró el presidente, destacando que "pese a no haber alcanzado a responder plenamente a la recomendación del panel, el BC había adoptado previamente iniciativas que sentaban las bases para enfrentar mejor estas situaciones".
"Aunque no es fácil sumar las cosas, la totalidad de recursos movilizados comprometidos por el Banco Central en los últimos 8 meses se aproxima a 20% del PIB"
Mario Marcel
En dicho punto, enumeró la serie de respuestas "innovadoras y de gran magnitud" que logró articular el instituto emisor ante estos shocks que superaban largamente las turbulencias precedentes. "En cosa de días, si no de horas, se adoptaron medidas de liquidez, sin complejos se resolvió intervenir el mercado cambiario, en pocas semanas se puso en marcha un innovador programa para asegurar una respuesta adecuada del crédito para facilitar caja a las empresas. Todo ello, comprometiendo recursos a una escala sin precedentes", comentó.
"Evitar una catástrofe como la crisis de inicios de los '80"
Sin embargo, acotó Marcel tras abordar las medidas aplicadas, "la clave de estas respuestas no fueron solo estos aspectos técnicos y administrativos, más importante fue el profesionalismo y compromiso de nuestro personal, la coordinación con otros actores relevantes como el Ministerio de Hacienda y la CMF, el sentido de responsabilidad ante la ciudadanía, particularmente en la convicción de que no podíamos dejar que las familias y las empresas volvieran a experimentar una catástrofe similar a la crisis de comienzos de los '80".
"Quienes tenemos suficientes años para haber vivido aquella experiencia, conocemos el dolor humano y el costo social de una crisis que afectó por años a millones de hogares", expresó. Una crisis en que, más allá de sus efectos inmediatos en el desempleo y los ahorros de las familias, "las heridas que dejó tardaron décadas en sanarse".
"Esta crisis que está aún lejos de terminar y que no ha descartado necesariamente la crisis social de octubre, nos deja una lección de humildad. Saber que estamos expuestos a eventos que no podemos controlar, que no lo sabemos todo y que somos responsables frente a millones de personas para las que una buena o mala decisión de política puede hacer una enorme diferencia"
Mario Marcel
Volviendo al presente, el economista subrayó que hoy Chile y su economía son muy distintos, "pero quienes tenemos responsabilidades de Estado tenemos que asegurarnos que eso lo noten las personas, no basta con seguir y citar estadísticas habituales construidas sobre promedios o agregados".
"En estos 8 meses hemos tenido que salir a buscar información cuantitativa, cualitativa y desagregada para capturar y entender mejor al realidad del país y reflejarla en nuestras decisiones. Por esta misma razón, sabemos que no sirve dejar las cosas a medio camino. Recuperar la encomia de shocks como los que estamos viviendo es una tarea compleja que hay que seguir hasta el final, no basta con tomar decisiones y comprometer recursos, debemos preocuparnos de su implementacion, complementarlas con las medidas de otras autoridades, evaluar, ajustar y escalar de ser necesario", enfatizó.
"Somos aún un país emergente"
Junto con hacer hincapié en la importancia de la responsabilidad de las autoridades ante la crisis, Marcel remarcó que no hay que perder de vista las lecciones que deja la historia y el mismo IPoM: "Primero, pese a los avances de las ultimas décadas, somos aún un país emergente, con debilidades y vulnerabilidades que afectan a segmentos importantes de la sociedad y de su estado productivo".
"Nuestras instituciones pueden ser mas sólidas que las de algunos años, pero aún no cuentan con la fortaleza suficiente como para inspirar la confianza que permita contener el aumento de la incertidumbre frente a eventos inesperados y para proteger lo suficiente a los que mas lo necesitan. Por eso, las políticas publicas no pueden apoyarse solo en promedios, es necesario mirar la distribución completa reconociendo la desigualdad"
Mario Marcel
Segundo, siguió, "tenemos que estar preparados para eventos adversos, incluyendo aquellos que ni siquiera conocemos. Los países del Asia Pacífico, desde Nueva Zelanda hasta Corea, enfrentaron mejor el covid-19 porque durante décadas se prepararon para enfrentar epidemias causadas por virus desconocidos".
"En Chile y América Latina debemos prepararnos mejor no solo para esto, sino para enfrentar mejor emergencias económicas y sociales, mejorando nuestros sistemas de protección social y los marcos regulatorios y la capacidad de movilizar el crédito. Así podremos evitar la propagación del daño en un sector o una dimensión de nuestra economía", sostuvo Marcel ante la comisión.
Por último, "tenemos que reconocer que la capacidad técnica y la creatividad no son suficientes para reemplazar la cooperación y el diálogo. En este episodio hemos constatado que no hay ningún actor que por sí solo pueda resolver los problemas más apremiantes del país y que cuando alguno trata de hacerlo, pronto comete errores que debilitan su confiabilidad".
"En esta coyuntura, la autonomía de diferentes instituciones no ha sido un obstáculo para la ponderación y la coordinación: ha quedado demostrado que así como cuando la cooperación ocurre todos ganan, cuando ella no se produce nadie puede ganar", analizó.
En definitiva, concluyó Marcel, "esta crisis que está aún lejos de terminar y que no ha descartado necesariamente la crisis social de octubre, nos deja una lección de humildad: saber que estamos expuestos a eventos que no podemos controlar, que no lo sabemos todo y que somos responsables frente a millones de personas para las que una buena o mala decisión de política puede hacer una enorme diferencia".
"Si la humildad nos motiva a hacer mejor las cosas, también nos podrá hacer más fuertes frente a situaciones imprevistas que enfrentemos como país".