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Bajar la jornada laboral vuelve al debate: La productividad en Chile frente a otros países y el análisis de expertos

Según datos de 39 países vinculados a la OCDE, Chile ocupa la posición número 36 en cuanto a productividad por hora trabajada.

24 de Junio de 2021 | 08:00 | Por Tomás Molina J., Emol
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El Mercurio
El debate se había dado con fuerza en 2019, pero la llegada de la pandemia de covid-19 a inicios del año pasado cambió las prioridades legislativas y el proyecto de las diputadas comunistas Camila Vallejo y Karol Cariola que apuntaba a reducir la jornada laboral en Chile de 45 a 40 horas semanales entró en el congelador del Congreso.

Sin embargo, la discusión resurgió luego de que el candidato presidencial del PC, Daniel Jadue, presentara la semana pasada su programa de gobierno. "Vamos a impulsar una modificación del código del trabajo para disminuir la jornada de trabajo de 45 a 40 horas semanales en el primer año de gobierno", dice una de las propuestas del alcalde de Recoleta.

"De la misma forma, estudiaremos seguir disminuyendo la jornada laboral hasta el estándar de 36 horas semanales, hacia finales de nuestro gobierno, disminuyendo drásticamente las extensas jornadas laborales que hoy vivenciamos en el mundo del trabajo", agrega.

Y así como reflotó la idea, también los cuestionamientos: una caída en la productividad del país y una baja en salarios serían parte de las consecuencias que han apuntado algunos expertos -no todos-, quienes aseguran que, para pensar en jornadas laborales más cortas, primero se debe avanzar en eficiencia.

Según datos de la OCDE referente al nivel de productividad de trabajadores de 39 países vinculados a la organización, Chile ocupa el lugar 36, solo por encima de Costa Rica, México y Sudáfrica (ver tabla más abajo).

De acuerdo con las cifras, cada trabajador en Chile aportó, en promedio en 2020, US$30,4 cada hora al PIB nacional , 72% menos que los trabajadores irlandeses, quienes encabezan el listado con un promedio de US$109,4 por cada hora de trabajo.

En segundo lugar, se posicionó Luxemburgo (US$9678), seguido de Noruega (US$85,5), Dinamarca (US$75,4), Suiza (US$74,4) y Bélgica (US$72). Los trabajadores de todos esos países doblan en productividad a los chilenos, lo que coincide que en todos ellos la jornada laboral no supera las 40 horas a la semana, en algunos incluso es inferior a 35 horas.

Por otra parte, trabajadores de países como Hungría, Letonia y Grecia se ubican entre los diez con niveles de aporte al PIB inferiores a US$40 por hora trabajo, y todas jornadas semanales por encima de las 35 horas. Mientras que, en la región, la tabla solo considera a Chile, Costa Rica y México, siendo ubicados entre los países que menos contribuyen al PIB por hora trabajada.

Irlandaes el país más productivo por hora trabajada
Esto, considerando que estas economías son parte del grupo de países en el que se trabaja más horas por semana, con un estimado de entre 45 y 48 horas, lo que es común en América Latina. Por ejemplo, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en países como Argentina, Bolivia, Colombia, Nicaragua, Panamá y Perú, hay límites semanales de 48 horas de trabajo.

Aunque, más allá de la ley, hay países donde lo que establecen las normas se alejan de la realidad, especialmente en aquellas economías menos desarrolladas donde la mayor parte de la población tiene empleos informales que no siguen ninguna regulación.

CNP: Aumento en ingresos viene aparejado de una reducción de jornada

De acuerdo a un informe realizado el año pasado por la Comisión Nacional de Productividad (CNP) y solicitado por el Presidente Sebastián Piñera, a medida que los países aumentan sus ingresos, también aumentan su consumo de ocio, es decir, reducen sus horas trabajadas. "Esta tendencia se evidencia claramente en nuestro país, donde el aumento del ingreso per cápita viene aparejado de una reducción sostenida de las horas trabajadas", señaló el estudio.

Dicho eso, la CNP apuntó que Chile está entre los países de Latinoamérica "con menores horas trabajadas", aunque "en comparación a los países desarrollados la jornada semanal y el número de horas trabajadas anualmente sigue siendo elevado". Así, el texto señaló que en 2018 el promedio de horas trabajadas en Chile fue de 1.941, contra un promedio de los países que conforman la OCDE de 1.771. "Esto implica que en promedio un empleado chileno trabaja 170 horas más que uno de la OCDE o el equivalente a cuatro semanas adicionales de trabajo asumiendo una jornada de ocho horas diarias en cinco días".

Con todo, la CNP destacó que al analizar el número de horas trabajadas por los países de la OCDE cuando estos tenían un ingreso per cápita equivalente al de Chile en 2018, "el nivel de horas anuales trabajadas en territorio nacional está bajo el promedio de las horas anuales trabajadas por los países de la OCDE en el año que tenían un ingreso per cápita equivalente".

"Con el ingreso equivalente a un chileno hoy, un estadounidense trabajaba un número similar de horas en 1967, lo mismo que un canadiense en 1973. Al mismo nivel de ingreso, un francés en 1976 trabajaba 260 horas anuales más que un chileno y un coreano en 2002 trabajaba más de 500 horas anuales adicionales. En definitiva, Chile trabaja 207 horas más que el promedio de la OCDE, pero al comparar eliminando el efecto riqueza ese impacto se reduce en favor de Chile por 96 horas".

Informe CNP
"Con el ingreso equivalente a un chileno hoy, un estadounidense trabajaba un número similar de horas en 1967, lo mismo que un canadiense en 1973. Al mismo nivel de ingreso, un francés en 1976 trabajaba 260 horas anuales más que un chileno y un coreano en 2002 trabajaba más de 500 horas anuales adicionales. En definitiva, Chile trabaja 207 horas más que el promedio de la OCDE, pero al comparar eliminando el efecto riqueza ese impacto se reduce en favor de Chile por 96 horas", añadió.

En conclusión, el informe señaló que, si a futuro el PIB per cápita de Chile creciera al 2% anual, en 2028 se alcanzaría una jornada de trabajo semanal de 40 horas promedio. "Para alcanzar la jornada promedio actual de la OCDE de 37,7 horas se requieren 29 años, es decir, de mantener un crecimiento de 2% alcanzaríamos la jornada promedio de la OCDE hoy en el año 2047", expuso la CNP. "Con estos números resulta evidente la importancia del crecimiento económico, para elevar los ingresos y avanzar hacia jornadas laborales semanales y anuales más reducidas", agregó.

¿Más productividad y luego menos jornada o al revés?

En ese sentido, para Joseph Ramos, economista y ex presidente de la CNP, "en la medida en que te haces más productivo ahí puedes pensar en trabajar menos horas y a su vez ganar más sueldo", añadiendo que actualmente en Chile "si bajamos de 45 a 40 horas, vamos a producir menos y por consiguiente vas a ganar menos. Nadie te va a pagar lo mismo por producir menos".

Entonces, según comentó Ramos a Emol, para potenciar la productividad en el país se requiere "una mayor inversión en equipos, mucho mejor capacitación y mucho mejor tecnología", recalcando que no se trata de que "nosotros somos unos flojos y los otros no". De hecho, puso el ejemplo de la industria vitivinícola chilena, que comenzó a exportar con fuerza a finales de los 80, luego de que el sector adoptara mayor tecnología para conservación de los vinos.

"La mayoría de las y los economistas afirman de forma majadera que caerá la inversión y se estancará el desarrollo, argumentando que los salarios aumentan cuando crece la productividad y que no puede ocurrir una dinámica en el sentido inverso".

Nicolás Grau
"Ejemplos como ese hay miles, y la gran ventaja que tiene Chile es que no tiene que inventar cosas nuevas, sino que tiene que traer las mejores prácticas que se hacen en distintas partes del mundo. La fórmula de oro es ir donde se hacen las cosas (...). Esa es una de las principales maneras de mejorar la productividad y nos da la posibilidad, primero, de mejorar los salarios u optar por una reducción de horas trabajadas o, en tercer lugar, que haya una parte en mejora de ingresos y otra en menos horas trabajadas", acotó.

Visión contraria a la que tiene Nicolás Grau, académico de la U. de Chile y asesor económico del candidato presidencial del Frente Amplio, Gabriel Boric. Según una columna que escribió en 2019 en Ciper Chile y que compartió hace algunos días en Twitter, existe evidencia de que aumentos en costos laborables -como reducir la jornada laboral- pueden incentivar mejoras en productividad.

En esa línea, puso como ejemplos el caso de la industrialización inglesa y el despegue de los países nórdicos. "En efecto, el extraordinario desempeño del modelo de desarrollo nórdico contradice -junto con otros ejemplos- la hipótesis de excepcionalidad del éxito inglés, pues también en ese caso las mejoras laborales (reducción de la jornada laboral, entre otras) antecedieron al desarrollo productivo y sostenido aumento de la productividad", afirmó.

Por ello, comentó que "sorprende" que cada vez que en Chile y otros países se proponen mecanismos como negociaciones colectivas, salario mínimo, menos jornada laboral, "la mayoría de las y los economistas afirman de forma majadera que caerá la inversión y se estancará el desarrollo, argumentando que los salarios aumentan cuando crece la productividad y que no puede ocurrir una dinámica en el sentido inverso".

En tanto, según comentó a Emol Rodrigo Krell, secretario ejecutivo de la CNP "evidentemente, reducir las horas efectivamente trabajadas conlleva beneficios que deben ser considerados", aunque aseguró que "lo que no debiéramos hacer es tomar esa decisión subestimando o ignorando los costos involucrados. A nuestro juicio, es poco probable que una reducción de la jornada laboral se pueda realizar sin afectar los salarios y la productividad a nivel del país".

De hecho, de acuerdo con estudio de la CNP anteriormente citado, una reducción de la jornada laboral en Chile de 45 a 40 horas semanales, generaría una caída en los ingresos mensuales en un rango entre 0,5% y 5,5% y una caída en el crecimiento de la productividad entre 0,1% y 0,4%.

"Lo que no debiéramos hacer es tomar esa decisión subestimando o ignorando los costos involucrados. A nuestro juicio, es poco probable que una reducción de la jornada laboral se pueda realizar sin afectar los salarios y la productividad a nivel del país".

Rodrigo Krell
A su vez, Krell manifestó que Chile no está fuera de la tendencia de que a medida que aumenta la productividad, disminuyes las horas de trabajo. "Entre 1990 y 2018, el ingreso per cápita pasó de US$9.500 a US$25.100 anuales y la jornada semanal efectiva bajó de 49 a 41.3 horas".

Asimismo, calificó de "interesante" y que "merece atención" la hipótesis de voces como Grau, que aseguran que medidas como reducir las horas de trabajo podrían empujar la productividad, pero sostuvo que "después de la reducción de la jornada laboral implementada en 2005, no parece haberse gatillado un aumento de la productividad que respalde esa afirmación".

Por último, expresó que "en Chile tenemos una productividad estancada, incluso decreciente, desde hace aproximadamente 10 años", por lo mismo, subrayó que se deben introducir reformas en temáticas como capitación, mayor competencia en los mercados y modernizar el aparato público.


Aporte por hora de trabajo al PIB (US$)
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* Dato de 2019. | Fuente: OCDE
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