Corría el año 2008 cuando el ex ministro de Hacienda de la primera administración de Michelle Bachelet, Andrés Velasco, aseguraba que Chile iba a ser un país desarrollado, y que para el 2015, el PIB per cápita iba a ser similar al de Portugal, que en esos tiempos superaba por un pequeño margen los US$22 mil.
A 13 años desde que el Gobierno de turno se propuso esa meta, y aunque diversas crisis han afectado tanto a la economía chilena como al globo – entre ellas la pandemia del covid-19, que aún está en curso – actualmente el candidato a La Moneda por el pacto Apruebo Dignidad,
Gabriel Boric, también perfila el modelo económico y social de la nación europea como un buen referente para transitar hacia un Estado de Bienestar.
En efecto,
Diego Pardow, coordinador programático y asesor económico de Boric, señaló a
EmolTV que para avanzar hacia ese cambio de paradigma, hay varios ejemplos que miran a nivel mundial, pero también dijo:
"a mí en particular me gusta mirarme en el espejo de Portugal, que es una economía pequeña dentro de la Unión Europea".
Sin embargo, existen miradas que se distancian del ejemplo portugués, considerando que históricamente ha sido uno de los países más rezagados de Europa occidental.
En la actualidad, Portugal es la economía número 49 del orbe por volumen de PIB, y tanto solo en 2020, su deuda pública fue del 133,6% del PIB – 270.492 millones de euros- lo que lo ubica entre los países con mayor déficit respecto al PIB del mundo. Mientras que según el Ranking de Competitividad Mundial 2021, si Chile se ubicó en el puesto 44 de los 64 países contemplados, Portugal lo supera solo por ocho escaños (36).
Sumado a esto, debido a sus problemas para mantener un estado fiscal sostenible, el vecino de España cuenta con tres intervenciones del Fondo Monetario Internacional (FMI). La primera de ellas fue en 1978, por un monto de US$750 millones, en colaboración con otros países que suscribieron al préstamo para dar solución a sus cuentas públicas, mientras que el segundo crédito se llevó a cabo en 1983 y alcanzó los US$480 millones, en tanto que el último rescate rondó los US$116 mil millones en 2011.
Este fue uno de los peores momentos de la economía portuguesa, según explicó
Guillermo Acuña, investigador del Centro de Estudios de Economía y Negocios de la U. del Desarrollo, quien explicó a
Emol que dicha situación fue producto del "alto gasto público del país, que provocó un importante déficit fiscal y una alta deuda pública, y a una serie de burbujas especulativas de inversión".
"Sin embargo, desde el 2014 en adelante la economía portuguesa se ha recuperado, expandiéndose continuamente a tasas en torno al 2,5%, y reduciendo su déficit fiscal desde un 7,4% en 2014 a un leve superávit en 2019", acotó Acuña.
Es más, un estudio elaborado por LyD en 2017 reveló que el déficit fiscal de Portugal mantuvo una moderación desde 2015, representando un 4,4% del PIB y alcanzó una caída al 2,5% en 2016, lo que permitió liberar recursos del Estado e incentivó el crecimiento en el consumo privado, además de que estuvo dentro de los límites de sostenibilidad del 3% de déficit que tenía el país, a mediano plazo, sobre sus finanzas públicas.
Con todo, actualmente "la deuda pública sigue alta, ubicándose entre un 120-130% del PIB", aseveró el académico de la U. del Desarrollo.
¿Por qué se mira el modelo portugués?
Desde la perspectiva de Patricio Valenzuela, académico y economista de Ingeniería Civil de la U. Andes, esta tendencia se explica porque "es una economía pequeña, al igual que Chile, que ha mostrado una mejora en su grado de desarrollo económico en las últimas décadas".
"En términos generales, Portugal es un país que se ha transformado en una economía de mercado bien diversificada basada principalmente en el sector servicios que representa cerca del 70% del PIB. Es un país que ha visto los beneficios de las políticas de integración y de convergencia de la Comunidad Económica Europea y la Unión Monetaria Europea, a las que se unión los años 1986 y 1998, respectivamente", acotó.
Adicionalmente, apuntó que "se trata de un país con una tasa de desempleo y una desigualdad menor a la chilena, pero con algunas inversiones sociales como porcentaje del PIB similares a nuestra economía, por ejemplo, en educación (…) obviamente el nivel de desarrollo económico, los niveles de desigualdad y la estructura económica de Portugal son atractivos para un país como Chile".
"Se trata de un país con una tasa de desempleo y una desigualdad menor a la chilena, pero con algunas inversiones sociales como porcentaje del PIB similares a nuestra economía, por ejemplo, en educación (…) obviamente el nivel de desarrollo económico, los niveles de desigualdad y la estructura económica de Portugal son atractivos para un país como Chile"
Patricio Valenzuela, académico U. Andes
No obstante, reparó en que "es difícil considerarlo como un buen ejemplo". Esto último ya que
"la ubicación geográfica de Portugal y su posibilidad de integrarse a la Unión Europa (UE) hacen que su desempeño económico este influenciado por su entorno y no necesariamente por sus políticas. No me extrañaría que Chile con sus políticas económicas de las últimas décadas tuviese un desempeño económico similar o mejor al de Portugal, si estuviésemos ubicados donde se encuentra Portugal".
Ante ese escenario, Gonzalo Valdés, director ejecutivo del Centro de Políticas Públicas de la U. Andrés Bello, aseveró que la nación ubicada en la Península Ibérica es una "economía que constantemente tiene déficit fiscal (…) esto lo ha llevado, desde el retorno a la democracia de Portugal, que fue en 1974, ha llevado a tres intervenciones del FMI estando en Europa".
Y resaltó que "ser parte del continente europeo, que es el continente donde hay menores niveles de conflictividad, donde hay un desarrollo enorme, cuentan con la solvencia fiscal de países como Alemania liderando la UE, es algo que nosotros no podemos replicar en Chile, lamentablemente (…) ellos son sostenibles porque tienen una garantía por detrás que es pertenecer a la UE y tener la solvencia que entrega el Banco Central Europeo".
"La misma receta de Portugal sin un Banco Central europeo, sin ser parte de Europa simplemente no funciona, ese es el problema de fondo"
Gonzalo Valdés, académico U. Andrés Bello
"La misma receta de Portugal sin un Banco Central Europeo, sin ser parte de Europa simplemente no funciona, ese es el problema de fondo", sostuvo.
Acuña, en tanto, mencionó que "el Portugal post 2014 puede ser un buen ejemplo para Chile en el mediano plazo, ya que se trata de un país con una economía similar a la de Chile, y que ha estado saneando sus indicadores económicos, de la misma manera que Chile necesita. Sin embargo, no es el mejor ejemplo que se puede encontrar".
En ese sentido, dijo que "no es una meta que dé esperanzas de obtener avances económicos significativos durante las próximos décadas. Es una meta alcanzable, pero poco ambiciosa".
"el Portugal post 2014 puede ser un buen ejemplo para Chile en el mediano plazo, ya que se trata de un país con una economía similar a la de Chile, y que ha estado saneando sus indicadores económicos, de la misma manera que Chile necesita. Sin embargo, no es el mejor ejemplo que se puede encontrar"
Guillermo Acuña, académico U. del Desarrollo
Tras ello, desmenuzó cuáles son las principales diferencias entre Chile y Portugal, y rescató que pese a que "durante los últimos años Chile ha aumentado su déficit fiscal, la deuda pública nacional (30% del PIB) es mucho más baja que la de Portugal".
"Respecto al crecimiento económico, Chile y Portugal tienen tasas de crecimiento del PIB similares, lo que es malo para Chile, ya que en una economía en desarrollo se requieren tasas de crecimiento mucho mayores para que el ingreso converja al nivel de los países desarrollados", agregó.
Así y todo, Valenzuela destacó que "Portugal es un país con un mayor grado de desarrollo económico, bien diversificado y con una menor desigualdad que Chile", y aseguró que "el producto interno bruto per cápita de Chile en paridad de poder de compra es tres cuartos el de Portugal. Además, es probable en que las próximas décadas Portugal vaya convergiendo hacia el nivel de la Unión Europea, ya que aun está muy por debajo del promedio de la región".
Pero ratificó que "su sostenibilidad fiscal es más débil que la chilena, reflejada en su capacidad de pago. De acuerdo a S&P, Portugal tiene una clasificación de riesgo de largo plazo en moneda extranjera de BBB versus la A de Chile".
Bajo este contexto, en el que concurre la presencia coronavirus y el impacto de las medidas para hacer frente a la crisis económica, Valdés declaró: "no es sostenible fiscalmente que Chile siga un camino de déficit fiscal permanente".