A partir de hoy, la reforma tributaria del Gobierno entrará en una fase clave para continuar con su tramitación en el Congreso, pues a eso de las 15.00 horas se espera que los parlamentarios de la comisión de Hacienda de la Cámara inicien la discusión en particular del texto.
Recordar que fue a fines de septiembre que la instancia dio luz verde a la tramitación del proyecto, que si bien fue aprobado en su idea de legislar, contó con el rechazo de todos los diputados de oposición que conforman la instancia. Una vez conocidos los resultados, se acordó abrir un plazo de dos semanas -que culmina este miércoles- para presentar las indicaciones a la iniciativa.
A la cita comparecerá el ministro de Hacienda, Mario Marcel, quien aterrizará el set de casi 30 modificaciones que el Ejecutivo ingresó el 4 de octubre a la comisión, con el fin de acercar posiciones con los diputados y destrabar el debate.
Según ha trascendido, hasta el momento se habría logrado un consenso entre legisladores y expertos en torno a una serie de ajustes que apuntan, por ejemplo, a establecer una carga tributaria máxima de 50% sobre el total de ingresos de capital, considerando conjuntamente impuesto a la renta e impuesto al patrimonio, entre otros.
Los cálculos de los efectos en recaudación de las enmiendas propuestas proyectan que esta iniciativa recaudaría 3,6% del Producto Interno Bruto (PIB), una reducción de los ingresos fiscales esperados respecto del ingreso de la iniciativa en unos US$1.700 millones.
En el detalle, esta recolección se mantiene inalterada en 2023 versus lo proyectado inicialmente; mientras que en 2024 y 2025 se traduciría en un ajuste a la baja de cinco décimas, respectivamente; y luego en seis puntos porcentuales, a 3,5%, en 2026. El régimen se concretaría, entonces, en 2027.
Se trata de una iniciativa ambiciosa, que no ha estado exenta de reparos. De hecho, en una columna publicada por El Mercurio, el economista y profesor titular de la Universidad del Desarrollo, Klaus Schmidt-Hebbel, sostiene que "de aprobarse como ley -la reforma tributaria- constituiría la cirugía más radical realizada a nuestro sistema tributario. La propuesta eleva a niveles extremos los impuestos a los ingresos del capital que pagan las empresas y las personas".
Además de mencionar que el proyecto incluye muchas medidas que son "inequitativas e ineficientes", recalcó que "el Congreso debe rechazar esta propuesta en su formulación actual (incluidas las indicaciones), porque su aprobación destruiría un pilar central del desarrollo de Chile".
"El ministro Marcel debería retirar el proyecto actual y poner a trabajar a su equipo en una reforma seria, excluyendo o reformulando los cambios tributarios centrales de la propuesta actual e incluyendo reformas eficientes y justas. Entre las últimas deberían estar un alza significativa de los impuestos específicos a los combustibles y la extensión de la tributación a la renta a muchos más contribuyentes", acotó.
Los nudos
Consultado por el tema, el diputado Jaime Naranjo (PS), quien preside la comisión de Hacienda, comentó a Emol que "las indicaciones del Ejecutivo son más de forma que de fondo al proyecto. Pero aún así la derecha no las respalda y lo delicado de ellas es que rebajan la recaudación".
Por lo mismo, indicó que "propusimos otro mecanismo de recaudación para complementar la baja como es el impuesto a las transacciones financieras,
popularmente conocido como tasa Tobin o 'impuesto Robin Hood'". Dicho tributo apunta a gravar las transacciones financieras, y la idea es que el Ejecutivo lo patrocine, pues al tratarse de materia exclusiva del Presidente de la República, la enmienda tendría que declararse inadmisible.
Lo que sí, Naranjo anticipa que podría haber roces con la oposición en torno al impuesto al patrimonio, y cuestionó que "en vez de sumarse para atacar a los que eluden y evaden, pareciera ser que no quisieran atacar de raíz este acto ilícito, y le están buscando las cinco patas al gato para no tener una política más drástica en estos actos ilegales".
Postura que comparte el diputado del Partido Liberal, Vlado Mirosevic, quien aseguró que "será un discusión compleja, ya que la derecha en la comisión de Hacienda rechazó el proyecto en general aun cuando se trabajaron y trataron indicaciones a la reforma con sus respectivos equipos técnicos".
Junto con ello, manifestó que "los principales nudos estarán en los tributos al patrimonio, a las utilidades retenidas y la limitación al uso de pérdidas de arrastre, entre otras".
Con todo, Mirosevic adelantó que apuntan a presentar modificaciones respecto "al Registro de Personas Beneficiarias Finales, con el propósito de fortalecerlo en términos de publicidad y transparencia, ya que este es un instrumento fundamental para prevenir el delito en el lavado de activos".
"Los principales nudos estarán en los tributos al patrimonio y a las utilidades retenidas y la limitación al uso de pérdidas de arrastre, entre otras"
Vlado Mirosevic, diputado del Partido Liberal
Desde la oposición, sector que rechazó la propuesta en general, no están por plantear indicaciones, y prevén que el debate será complicado. Según el diputado
Guillermo Ramírez (UDI), "el fin de esta reforma es recaudar 4 puntos del PIB, lo cual es imposible y va más allá que la reforma del ministro Arenas; y lo hace con instrumentos que destruyen la inversión en Chile", resaltando que dicha iniciativa "fue la que puso fin a los 30 años de progreso económico en Chile".
Respecto de los principales nudos que podrían entrampar la discusión en particular, Ramírez menciona tres, que son "las reformas al Código Tributario, la creación del impuesto a las utilidades retenidas y el impuesto al patrimonio".
"No entiendo cómo puede ser que el Gobierno no se dé cuenta de los efectos negativos de todo esto", manifestó el diputado gremialista, advirtiendo que, con más impuestos, "muchos terminarán pagando cero, porque la fuga de capitales se va a profundizar aún más y esos capitales terminarán pagando impuestos y generando empleo en otro lado".
El diputado Frank Sauerbaum (RN), en tanto, criticó la oportunidad en la que se presenta la reforma impositiva, sobre todo por el escenario recesivo que se avecina. "Pareciera que el Gobierno no se hace cargo de que el próximo año vamos a tener una recesión anunciada, con niveles de crecimiento negativo en Chile, que tenemos una economía muy frágil, que tenemos un mercado de capitales muy debilitado, luego de los retiros de las AFP", dijo.
"El fin de esta reforma es recaudar 4 puntos del PIB, lo cual es imposible y va más allá que la reforma del ministro Arenas; y lo hace con instrumentos que destruyen la inversión en Chile"
Guillermo Ramírez, diputado UDI
Continuó afirmando que
"la principal diferencia que tenemos con el Gobierno es la oportunidad de la reforma. Creo que esta reforma estaba pensada para un momento económico distinto, hoy día con una recesión anunciada a nivel nacional e internacional, con altos niveles de inflación, con niveles de pobreza aumentando, con el mercado laboral muy debilitado y perdiendo empleos, es un despropósito seguir insistiendo en una reforma que va a acentuar la contracción económica".
Entre las principales dificultades que anticipa el legislador, mencionó que "hay serios problemas con seguir gravando y recargando los impuestos corporativos, particularmente, las utilidades retenidas, que van a desalentar el ahorro y la inversión, y obviamente eso va a traer menos capacidad para poder fomentar la nuevas fuentes de trabajo".
Aparte de eso, Sauerbaum recalcó que "nuestras diferencias están en la afectación que va a tener la pequeña empresa, perdiendo beneficios tributarios, como el no uso de las pérdidas tributarias, de la depreciación acelerada, del término de la Ley 21.256, que los tiene cotizando al 10%".