El futuro que prometían los defensores de las criptomonedas está en el centro del debate, y es que la caída de la gigante de compraventa de activos digitales FTX ha traído una ola de dudas -y coletazos-. Ahora los anlistas se preguntan: ¿Qué viene?
FTX nació en 2019, al alero de su fundador y responsable, Sam Bankman-Fried, quien buscaba brindar un espacio para intercambiar monedas digitales por otras monedas digitales o por dinero tradicional y viceversa. La empresa llegó a estar valorada en US$ 32.000 millones y navegaba sobre la promesa de los criptoactivos: descentralización masiva del mundo financiero, la posibilidad de estar al margen de la vigilancia estatal y la idea de una confianza colectiva basada en la tecnología de cadenas de bloques (blockchain).
Sin embargo, el golpe del desplome que viene anotando el sector cripto desde mayo de 2021 fue demasiado duro para FTX. El pasado 11 de noviembre terminó acogiéndose voluntariamente al Capítulo 11 de la ley de quiebras de Estados Unidos, para así poder realizar una evaluación y liquidación de activos.
Esto ocurrió luego de que su competidor, Binance - otra de las casas de cambio de mayor connotación a nivel global – a cargo del multimillonario Changpeng Zhao, decidiera no llevar a cabo la compra de la empresa, como último recurso para salvar la compañía.
Una caída que desencadenó un verdadero terremoto en el mundo de las monedas digitales, afectando por lo menos a las 130 empresas afiliadas.
Sin embargo, los defensores del bitcoin y las demás divisas digitales piden calma y recuerdan que las fuertes correcciones sufridas por las criptomonedas son "normales", e incluso bautizan estos periodos como "criptoinviernos". Con todo, el descalabro de FTX sigue generando coletazos y el lunes anotó una nueva víctima: la plataforma de préstamos BlockFi, la cual se declaró en bancarrota.
BlockFi llegó a estar valorada en US$3.000 millones, fue fundada en 2017 por Zac Prince y Flori Marquez y su objetivo era prestar dinero a clientes usando sus activos en criptomonedas como garantía.
Todo esto ha generado una crisis de confiabilidad en contra de los criptoactivos y que están enfrentando todas las empresas relacionadas con el sector. Y es que no son pocas las voces que visualizan un difuso futuro para el mundo de los criptoactivos, quienes resaltan la necesidad -para muchos urgente- de regular este mercado en serio.
Francisco Sáez, CEO de CryptoMarket, sostuvo que "de cara al futuro es importante que las plataformas de criptomonedas operativas en todo el mundo se acojan a las normativas locales y en caso de que éstas no existan, busquen proactivamente normativas globales que entreguen a sus clientes la garantía y seguridad necesarias en todas las operaciones que realizan".
Mientras que para Guillermo Torrealba, CEO de Buda.com, "la magnitud del problema se traduce casi ineludiblemente en dos consecuencias. Primero, que las criptomonedas son una industria inmensa que atiende a cientos de millones de personas globalmente y aumentando, y segundo, que la custodia de plataformas centralizadas de criptomonedas debe estar regulada por los organismos ad hoc de cada país".
"A largo plazo, vemos que lo ocurrido con FTX ayudará a fortalecer el ecosistema cripto, porque obligará a las plataformas de exchange a informar a los clientes sobre las garantías necesarias para resguardar su dinero y, además, informar acerca de su respectivo respaldo", agregó.
Asimismo, el desplome del "criptomundo" implica cuestionar e idear cambios para proteger el sistema que hoy está en el suelo. En ese sentido, para evitar una caída en efecto dominó, académicos apuntan a la regulación de estos espacios cibernéticos, a más transparencia y a una mayor educación financiera.
En ese sentido, Carlos Parra, académico de la Escuela de Administración UC se preguntó "¿Qué podemos aprender de esta experiencia?".
"Uno, que gran parte de la demanda por este activo es de carácter especulativo y que el desempeño no va a mejorar mientras los bancos centrales del mundo continúen subiendo las tasas de interés para combatir la inflación", dijo Parra.
Además, "otro aprendizaje es que Bitcoin y Ethereum no se comportan como el oro. Una ventaja del oro es que históricamente ha tenido una correlación baja con el mercado, por lo cual es un activo atractivo en periodos de bajos retornos - como el periodo actual - . Sin embargo, las criptomonedas si están correlacionadas con el mercado".
"A pesar de estas reflexiones, las criptomonedas no creo que desaparezcan como activo de inversión (asset class). Asimismo, las mismas han sido una exitosa aplicación de la tecnología blockchain, lo cual ha despertado y generado otras aplicaciones de esta tecnología, finalizó.
Por su parte, Cristóbal Pereira, docente de Unegocios FEN Uchile, dijo que "es necesario más educación para que las personas entiendan bien qué es operar con criptomonedas, entender que si bien estas plataformas nos entran un espacio fácil y rápido para comprar o vender criptomonedas, es un espacio muy inseguro para almacenar criptomonedas. Por eso es muy necesario entender el correcto uso de nuestras billetera. Una de las grandes bondades de esta tecnologia es que nos permite custodiar nuestros activos".
Asimismo, agregó que "es necesario, que exista un cierto nivel de información y transparencia por parte de las plataformas de intercambio para asegurar los fondos de sus clientes. Sobre los cambios, hay que avanzar en un marco regulatorio que entregue certezas jurídicas al cliente en termino de los usos de los fondos de las plataformas de intercambio".
Finalmente, Cristián Echeverría, director del Centro de Estudios en Economía y Negocios de la Universidad del Desarrollo, señaló que "primero, quedó claro que son inversiones de alto riesgo (…) Para los reguladores, esto plantea una interrogante muy importante, si es posible que exista mercados financieros de tal nivel de envergadura y de tal tasa de crecimiento sin regulación".
"La pregunta es si es prudente y adecuado dejar que exista una industria entera con tan bajos niveles de supervisión. ¿Se debe regular o no este sector? ¿De qué forma hacerlo? Porque no puede ser un país unilateralmente, porque no cubriría el espectro completo de las transacciones, sería insuficiente", añadió,
Por último, puntualizó que "creo que este ejemplo puede ser anticipatorio de lo que puede seguir pasando si no existe una instancia supranacional que regule las monedas y las inversiones", puntualizó.