Los impactos económicos y políticos de la tardanza que ha tenido el Estado de Chile en ratificar el Acuerdo Marco Avanzado (AMA) con la Unión Europea (UE) han generado preocupación entre parlamentarios. Si bien este pacto integral requiere todavía la revisión individual de los 27 Estados miembros de la UE, los cuestionamientos giran en torno al Acuerdo Comercial Interino (ACI), pilar provisorio que contiene los beneficios económicos para ambas partes. Este apartado se separó del AMA precisamente para darle mayor fluidez a su discusión. Y ocurre que aunque el Parlamento europeo lo aprobó en febrero -dos meses después de su firma, en Bruselas-, todavía resta la ratificación en Chile para su entrada en vigencia. Ocho meses después, los plazos del proceso chileno ya tienen consecuencias prácticas sobre los beneficios del AMA. Dado que el primer año de vigencia del pilar comercial quedó postergado para 2025, por la demora en la tramitación legislativa en Chile, se pospondrán las mejoras en materia arancelaria y de acceso a mercado. La tardanza impacta tanto en las nuevas ventajas de efecto inmediato como a las que se activan en función de un calendario progresivo de desgravación.
