"No entendemos que un pequeño grupo de vecinos quiera manifestar que los restaurantes son un problema para esta arteria".
Así, el presidente de la Asociación Chilena de Gastronomía (Achiga), Máximo Picallo, entró de lleno al debate sobre la controversia generada en torno a la ocupación de espacios públicos por restaurantes en la calle Isidora Goyenechea, ubicada en Las Condes.
Pese al fin de los decretos de emergencia por la pandemia, algunos locales siguen utilizando veredas para operar, lo que ha generado críticas de parte de algunos residentes del sector y multas por parte de la municipalidad, lo que no ha sido suficiente para que los restaurantes desistan de utilizar los espacios públicos.
Por ejemplo, desde la agrupación vecinal "Salvemos Isidora Goyenechea", uno de sus integrantes, Alejandro Lizana, señaló en una carta a El Mercurio que "el actual uso ilegal de la franja de equipamiento urbano en Isidora Goyenechea, donde los restaurantes han instalado mesas, sillas, toldos y otros objetos incumpliendo la ley, ha causado accidentes entre peatones y meseros, reducción del espacio peatonal, expendio de alcohol en la vía pública, corte de árboles plantados y una ocupación abusiva del espacio público".
Por eso, Lizana llamó a las autoridades a aplicar sanciones estrictas para "restaurar el orden y el respeto al Estado de Derecho".
Ante esta situación, Picallo salió en defensa de la actividad gastronómica en el sector, argumentando que el valor de la calle Isidora Goyenechea radica en su carácter mixto y en la vitalidad que aportan los restaurantes y otros comercios.
"La calle Isidora Goyenechea hoy día es una calle con un sentido mixto: es comercial, es residencial, es una calle también con mucha vocación turística", afirmó Picallo. Incluso, sostuvo que las terrazas que instalan los restaurantes juegan un rol importante en cuanto a la seguridad nocturna, pues "le da de alguna manera vida a la calle".
En este sentido, Picallo expresó incomprensión ante las demandas de algunos vecinos que, según él, buscan regresar a una realidad del pasado.
"No entendemos que un pequeño grupo de vecinos quieran manifestar que los restaurantes son un problema para esta arteria, como que ellos quisieran volver a lo que era seguramente Isidora Goyenechea hace 30 años atrás, en que era efectivamente un barrio residencial", añadió.
En su opinión, esta postura "no se condice con lo que es el desarrollo orgánico de la ciudad".
Picallo también llamó a transformar la calle en un bulevar, apostando por una visión moderna en que puedan convivir el comercio, el tránsito vehicular y los peatones.
"Esta no puede ser una avenida de paso como salida de autopista, sino que al contrario, debe ser un sector en que haya ahí un bulevar, áreas mixtas con comercios", afirmó, sugiriendo que la Municipalidad de Las Condes debería considerar este tipo de proyectos de remodelación en el sector.
Para él, Isidora Goyenechea tiene el potencial de convertirse en un punto de encuentro atractivo y moderno, apoyado por la presencia de grandes hoteles y otros servicios turísticos, elementos que, a su juicio, fortalecen la calidad de vida en el barrio.