Trabajo del futuro: ¿Tienes las habilidades necesarias para no quedar “obsoleto”?
Expertas concuerdan en que el aprendizaje continuo y la adaptabilidad juegan un rol fundamental en un escenario en que la tecnología avanza a pasos acelerados.
El mundo del trabajo está en constante evolución gracias a las nuevas tendencias laborales y el rápido avance de la tecnología con herramientas como la Inteligencia Artificial que ganan cada vez más terreno.
La automatización, la digitalización y la globalización son conceptos que se repiten cada vez más en las empresas y de ahí la importancia de conocer cuáles serán las competencias clave que deberán desarrollar los trabajadores del futuro.
Francisca Melo, encargada de marketing y comunicaciones de Grupo de Empresas Teamwork, expertos en empleabilidad y gestión de personas, explica que “en la próxima década es probable que veamos un auge en habilidades como el pensamiento crítico, la resolución de problemas complejos y la adaptabilidad, que son de hecho aptitudes de las cuales ya se ha hablado en los últimos años, pero que para ese entonces se pondrán en práctica”.
De la misma manera, agrega que las habilidades digitales serán fundamentales, sobre todo considerando el rápido avance de la tecnología en los puestos de trabajo. “Además, la inteligencia emocional y la capacidad de liderazgo serán clave en un entorno donde la colaboración entre humanos y tecnología será cada vez más frecuente. También será esencial aprender a trabajar en equipos multidisciplinarios y desarrollar la creatividad para encontrar soluciones innovadoras”.
Javiera Correa, Chief People Officer de Buk, complementa esta visión y entrega una lista de competencias laborales que serán necesarias en la próxima década:
Habilidades digitales y adaptabilidad tecnológica: El avance acelerado de la inteligencia artificial, la automatización y la analítica de datos exige personas que puedan aprender rápido, adaptarse y convivir con nuevas herramientas.
Soft skills en el centro: Comunicación, empatía, pensamiento crítico, liderazgo colaborativo y gestión del cambio serán tan importantes (o más) que las habilidades técnicas.
Aprendizaje continuo como cultura: La única constante será el cambio. Las organizaciones que promuevan el upskilling (perfeccionar las habilidades actuales de un empleado) y reskilling (enseñar nuevas habilidades para que los trabajadores puedan asumir roles diferentes dentro de la organización) constante serán las que logren mantenerse vigentes y atraer al mejor talento.
Bienestar y propósito: Las personas buscarán empresas donde puedan desarrollarse integralmente, conectar con un propósito claro y tener un equilibrio real entre vida personal y laboral.
Flexibilidad radical y trabajo basado en confianza: No se trata solo de trabajar remoto, sino de rediseñar cómo, cuándo y para qué trabajamos. El liderazgo de la próxima década será más flexible, más humano y enfocado en objetivos y resultados, más que en horas.
¿Cómo mantenerse actualizado?
El futuro del trabajo no solo estará determinado por la tecnología, sino también por la capacidad de los profesionales a adaptarse y actualizarse a las tendencias que marquen la pauta en el futuro.
Así al menos lo creen los expertos, que ven en la formación continua uno de los pilares para no quedar “obsoletos”.
“No basta con estudiar una carrera y darlo por terminado, sino que debemos estar en constante actualización. Hay muchas maneras de hacerlo: desde cursos en línea y certificaciones hasta asistir a charlas y eventos de la industria. También es importante desarrollar una red de contactos profesionales, porque el networking nos permite estar al tanto de tendencias y nuevas oportunidades. Y no hay que tener miedo de probar cosas nuevas: la curiosidad y la disposición al cambio son esenciales para mantenerse vigente”, indica Francisca Melo.
Javiera Correa enfatiza que este aprendizaje constante no solo es responsabilidad de los trabajadores, sino que las organizaciones también “tienen un rol importante que desarrollar en este proceso”.
“El estudio que realizamos en Buk sobre: ‘Talento senior y nuevas generaciones’, reveló que la actitud de la empresa tiene un impacto directo en cómo los equipos adoptan la tecnología. En organizaciones donde existe entusiasmo por la IA, se duplica la probabilidad de que los mayores de 50 años utilicen esta herramienta de trabajo”, enfatiza.
Por lo mismo, las organizaciones pueden llevar adelante diferentes iniciativas para enfrentar este desafío. “Lo primero es fomentar y crear una cultura que valore el aprendizaje continuo para asegurar que todos los colaboradores, independiente de su edad, pueda adaptarse a los cambios tecnológicos y aprovechar las oportunidades que ofrece la IA. Esto incluye ofrecer programas de capacitación y desarrollo”, detalla.
Estrategias para una reconversión laboral
La tecnología no solo empuja a una mayor adaptabilidad, sino que también existe una realidad de reconversión laboral, concepto que se vuelve una necesidad para quienes buscan mantenerse vigentes en el mundo del trabajo.
En ese sentido, Francisca Melo asegura que si una profesión comienza a perder relevancia, “lo primero es evaluar qué habilidades pueden ser transferibles a otros sectores. Muchas veces no es necesario empezar de cero, sino identificar en qué áreas podemos aprovechar nuestra experiencia. La capacitación es fundamental, pero también lo es la mentalidad: aceptar el cambio como una oportunidad y no como una amenaza. Buscar mentorías, hacer pasantías o proyectos freelance en nuevas áreas pueden ser pasos clave para lograr una transición exitosa”.
Desde Buk, en tanto, creen que la reconversión laboral no debe ser una reacción tardía, sino una estrategia anticipada.
Es por eso que entregan diversas clave para acompañar este proceso:
Diagnóstico temprano y mapeo de habilidades: Identificar con tiempo qué roles o profesiones están en riesgo y qué habilidades son transferibles a nuevas funciones es el primer paso. Esto permite planificar reconversiones con propósito, no desde la urgencia.
Upskilling y reskilling continuos: Fomentar una cultura de aprendizaje constante dentro de las organizaciones. No se trata solo de ofrecer cursos, sino de construir rutas de desarrollo claras, alineadas con las necesidades del negocio y los intereses de las personas.
Crear culturas que no penalicen el error: La reconversión requiere explorar, equivocarse, volver a intentar. Las empresas que logren cultivar entornos psicológicamente seguros, donde se premie la curiosidad y la evolución, serán las más preparadas para los cambios del futuro.
Y algo fundamental: muchas veces la profesión no es lo más relevante, sino la experiencia, la adaptabilidad y el camino que has construido. El valor de una persona no está en un título, sino en su capacidad de aprender, colaborar y reinventarse.