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Evaluación de desempeño en una Pyme: Cómo lograrlo sin que se transforme en una sobrecarga laboral

Aunque es un proceso necesario dentro de las pequeñas y medianas empresas, aplicar estrategias eficientes cobra relevancia considerando los equipos reducidos con los que cuentan.

28 de Marzo de 2025 | 15:15 | Patricio Gutiérrez
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En una Pyme, evaluar el desempeño de los colaboradores de manera constante es clave para el crecimiento. Sin embargo, hacerlo de forma efectiva es todo un desafío, ya que al tener equipos reducidos, se hace necesario evitar una carga excesiva de trabajo durante el proceso.

Medir el desempeño tiene un valor “intrínseco” para las empresas, asegura Cristián Arancibia, gerente general MG Certifica (empresa de evaluación de competencias laborales). Según dice, permite generar un respeto y cuidado por los trabajadores y por las personas que están comprometidas con la obtención de los resultados en la empresa.

Macarena Molina, product manager de Gestión de Personas en Defontana, sostiene que evaluar constantemente el desempeño es un proceso clave. “No se trata solo de asignar calificaciones, sino de analizar cómo cada colaborador está desempeñando su rol para ofrecerle información valiosa sobre cómo mejorar, reforzar sus competencias y alinear sus objetivos con los de la organización”, detalla.


“Este proceso permite tomar decisiones informadas sobre cambios de cargo, aumentos salariales y asignación de responsabilidades. También es una herramienta poderosa para reconocer el buen desempeño, lo que aumenta la motivación y el compromiso de los trabajadores. Además, contribuye a mejorar la comunicación dentro del equipo, genera espacios de diálogo abierto y ayuda a identificar oportunidades de formación y desarrollo”, agrega.

Los desafíos que enfrentan las Pymes


Pese a su importancia, las Pymes enfrentan diversos desafíos en este escenario. Macarena Molina detalla que la falta de procesos definidos, estructuras poco claras y resistencia al cambio son solo algunas de las barreras que deben superar estas organizaciones.

“A menudo, la informalidad en la asignación de roles y responsabilidades dificulta la definición de indicadores concretos para evaluar a los colaboradores de manera objetiva. Además, muchos líderes, jefaturas o dueños de Pymes no tienen experiencia en brindar retroalimentación de forma constructiva, lo que puede generar conversaciones incómodas o hacer que las evaluaciones se perciban como una crítica en lugar de una oportunidad de desarrollo, por lo que las personas se resisten a ser parte de este proceso”, complementa.

Para Cristián Arancibia, uno de los desafíos más importantes que deben sortear las Pymes es definir qué es lo que se debe medir para que afecte positivamente el desempeño de las personas. “Tener claridad de que lo que se debe medir se puede ajustar. Se debe verificar para volver a medir en un círculo virtuoso del mejoramiento del desempeño”, detalla.


Estrategias para una medición efectiva


Los expertos aseguran que los colaboradores pueden sentir la evaluación de desempeño como una carga excesiva si el proceso es largo, complicado o si no entienden su propósito.

Al no lograr visualizar los resultados de aplicar este proceso, pueden percibirlo como algo negativo o ajeno a su rutina diaria, viéndolo más como una carga adicional de trabajo en lugar de una herramienta útil para su desarrollo.

En ese sentido, Macarena Molina agrega que “una de las estrategias más efectivas consiste en involucrar a los colaboradores desde el inicio del proceso de evaluación, permitiéndoles participar activamente en el establecimiento de sus metas y en la definición de lo que se espera de ellos, mostrando cómo su labor diaria contribuye a los objetivos de la organización”.

“Cuando los colaboradores entienden el impacto de sus acciones en el éxito colectivo, se sienten valorados y comprenden que cada aporte es fundamental. Un plan comunicacional sólido es clave en este proceso. Además, facilitar la evaluación mediante herramientas tecnológicas, formularios o formatos predefinidos de fácil acceso agiliza la implementación y fomenta su adopción. Por otro lado, es esencial capacitar a los líderes para que brinden retroalimentación constructiva, enfocada en lo que se espera de cada uno y en el seguimiento periódico del avance hacia las metas, en lugar de centrarse únicamente en lo ocurrido”, afirma.


Cristián Arancibia pone el foco en la automatización con herramientas digitales para estos procesos. “La eficacia de los sistemas de medición del desempeño radican en la velocidad a la que se puede ajustar el comportamiento a los estándares esperados, articulando estrategias de capacitación pertinentes que faciliten y promuevan el aprendizaje de las personas, el ajuste de las acciones y el control de las habilidades conductuales”, comenta.

Las métricas a medir


Con el objetivo de no sobrecargar laboralmente a los trabajadores es que conocer específicamente las métricas a evaluar es una acción clave. Con esto, se evitan procesos innecesarios que generen un estrés mayor.

Para Macarena Molina, los indicadores más comunes y esenciales para cualquier proceso básico de desempeño en una pyme incluyen “tanto métricas cuantitativas como cualitativas. En términos cuantitativos, destacan la medición de la productividad (tareas completadas, ventas logradas, tasa de conversión, entre otros), mientras que en la calidad del trabajo se evalúan aspectos como la eficiencia, el cumplimiento de normativas internas y la atención al detalle”.

Además, “es importante evaluar las competencias laborales, tanto en habilidades técnicas como en conductas y actitudes esperadas (por ejemplo, trabajo en equipo, responsabilidad, proactividad). Estos indicadores deben alinearse con los objetivos específicos de la empresa, permitiendo medir el desempeño de forma integral”, finaliza.
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