China insistió este martes con "luchar hasta el final" y tomar contramedidas contra Estados Unidos para salvaguardar sus propios intereses después de que el presidente Donald Trump amenazó con imponer un arancel adicional del 50% a las importaciones chinas.
El Ministerio de Comercio señaló en un comunicado que la imposición de "los llamados 'aranceles recíprocos'" por parte de Washington a Beijing es "completamente infundada y es una práctica típica de intimidación unilateral".
China ordenó aplicar aranceles de represalia, y la dependencia dejó entrever que podrían venir más.
"El objetivo de las contramedidas que ha tomado China es salvaguardar su soberanía, seguridad e intereses de desarrollo, y mantener el orden normal del comercio internacional. Son completamente legítimas", señaló el ministerio. "La amenaza de Estados Unidos de incrementar los aranceles sobre China es un error tras otro, y expone una vez más la naturaleza chantajista de Estados Unidos. China nunca aceptará esto. Si Estados Unidos insiste en seguir su propio camino, China luchará hasta el final".
Trump amenazó el lunes con los aranceles adicionales sobre Beijing, generando nuevas preocupaciones de que sus intentos por reequilibrar la economía global podrían intensificar una guerra comercial financieramente destructiva. Los mercados bursátiles desde Tokio hasta Nueva York se han vuelto más inestables a medida que se agrava la guerra arancelaria.
El mandatario estadounidense efectuó su amenaza después de que China dijera que tomaría represalias contra los aranceles estadounidenses que él anunció la semana pasada.
"Si China no retira su aumento del 34% por encima de sus ya prolongados abusos comerciales para mañana, 8 de abril de 2025, Estados Unidos impondrá aranceles adicionales a China del 50%, efectivos el 9 de abril”, escribió Trump en su red Truth Social. “Además, ítodas las conversaciones con China sobre sus reuniones solicitadas con nosotros serán canceladas!".
Si Trump implementa sus nuevos aranceles a los productos chinos, los aranceles estadounidenses sobre bienes chinos alcanzarían un total de 104%. Los nuevos impuestos se sumarían a los aranceles del 20% anunciados como castigo por el tráfico de fentanilo, y a sus aranceles por separado del 34% anunciados la semana pasada. Eso no sólo podría incrementar los precios para los consumidores estadounidenses, sino que también podría darle a China un incentivo para inundar otros países con productos más baratos e intentar consolidar relaciones más profundas con otros socios comerciales, particularmente la Unión Europea.