El aumento del 145% en los aranceles a productos chinos decretado por Donald Trump y la inmediata represalia de China —que eleva al 125% los gravámenes sobre bienes estadounidenses— ha sacudido al comercio internacional. Sin embargo, en medio del ruido de la confrontación entre gigantes, pequeñas y medianas empresas chilenas, comienzan a cuestionarse cómo esto puede impactarlos. ¿Qué significa realmente este conflicto para las pymes nacionales que exportan a Estados Unidos? ¿Quiénes están más expuestos y cómo se están preparando?
A pesar de que Chile no ha sido un actor directo en esta disputa, las repercusiones de este conflicto lo afectan. La imposición de un arancel del 10% a los productos chilenos por parte de Washington, una medida confirmada esta semana por el ministro de Hacienda, Mario Marcel, mantiene en estado de alerta a varios sectores productivos.
Desde La Moneda, Marcel lamentó que decisiones de alto impacto económico se estén comunicando “por tuits” y declaraciones poco precisas desde la Casa Blanca. "Parece increíble decirlo, pero decisiones tan importantes hay que interpretarlas desde una declaración y no desde una orden ejecutiva", dijo con ironía.
Incertidumbre: el peor enemigo del emprendedor
La preocupación en los gremios de las pymes no tardó en aparecer. Juan Pablo Swett, presidente de la Multigremial Nacional, advierte que los efectos inmediatos podrían sentirse en industrias exportadoras clave como la del salmón y la fruticultura. “El 60% del salmón chileno tiene como destino a Estados Unidos. Lo mismo ocurre con frutas como la palta y los arándanos. Las pymes que forman parte de la cadena de abastecimiento de estas industrias ya están en alerta”, señala.
Swett hace un llamado a la tranquilidad del sector, recordando que estas situaciones suelen resolverse en negociaciones diplomáticas. “Detrás de esto hay una negociación en curso. Estamos trabajando activamente para buscar soluciones y creemos que este escenario se resolverá favorablemente para Chile. Aun así, debemos estar atentos a un posible efecto dominó que podría desencadenar una recesión global”, indica.
Desde la Asociación de Emprendedores de Chile (ASECH), su presidente Jorge Welch sostiene que el proteccionismo “impacta negativamente en la apertura comercial que necesitan nuestras pymes para crecer y competir”. El dirigente gremial confirma que han recibido múltiples inquietudes, principalmente desde empresas del agro y la industria alimentaria.
“La incertidumbre golpea más fuerte a los más pequeños. A los emprendedores les diría que no están solos. Estamos empujando una agenda que los defienda, los conecte y les abra oportunidades”.
Jorge Welch, presidente de la ASECH
Aunque no todos los rubros están afectados de igual forma, el dirigente también indicó que “el agro, los alimentos procesados, manufacturas y proveedores indirectos son los más expuestos”, y confirma que han recibido múltiples consultas de emprendedores que ya están viendo dificultades o retrasos en sus procesos de exportación.
Para Welch, es momento de que las pymes no queden fuera de la agenda comercial del país. Agrega que “el gobierno debe actuar. Se necesita apoyo concreto para diversificar mercados, facilitar la internacionalización y proteger a quienes no pueden absorber este tipo de shocks por sí solos”.
¿Y si esto se extiende?
El economista Mauricio Sauma, investigador de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad Finis Terrae, advierte que lo más delicado para Chile es la pérdida de competitividad. Advierte que “el precio de los productos chilenos en EE.UU. será mayor, y eso puede hacer que los consumidores prefieran alternativas más baratas como las de Noruega o Suecia, especialmente en el caso del salmón”.
Añade que, aunque productos como el cobre y la madera no se ven directamente afectados, “las pymes del rubro agroindustrial y marítimo sí están muy expuestas”.
Para el académico Leonardo Rivas, de la Universidad Autónoma, el gobierno chileno debe tener un rol mucho más activo. “Necesitamos fortalecer el TLC, monitorear las políticas estadounidenses y ofrecer asistencia técnica a las pymes”. Además, subraya la importancia de la diversificación de mercados, ya que “América Latina, Asia Pacífico y la Unión Europea son alternativas viables. El comercio electrónico y la formación de consorcios de exportación pueden marcar la diferencia en este nuevo escenario”.
Rivas también advierte del peor escenario para los emprendedores si esto se extiende en el tiempo. Comenta que podrían haber despidos masivos y contracción económica regional si esta guerra se prolonga y escala.