SANTIAGO.- "En este volumen nos adentramos en las batallas, en las intrigas y en las luchas que debieron enfrentar los patriotas para llevar a cabo su propósito de independizar estas tierras del imperio español, en donde claramente se enfrentan dos posturas: aquellos que quieren crear repúblicas independientes y los que buscan supeditar su accionar a alguna de las potencias de la época, como Francia e Inglaterra".
De esta manera resume el escritor, abogado y académico Waldo L. Parra la trama de "El secreto de la Logia" (Planeta, $ 14.900), la segunda entrega de "Masones & Libertadores", una trilogía enfocada en el proceso de emancipación sudamericano.
"Veremos como José Miguel Carrera, Carlos María de Alvear, José de San Martín y Simón Bolívar vuelven, con diferencia de meses, entre fines de 1810 y principios de 1812, cada uno a sus respetivos lugares de origen en Sudamérica, para dar inicio efectivo al proceso independentista", agrega Parra.
"Hasta ahora, lo que había ocurrido era que se habían conformado juntas gubernativas para defender los intereses del rey cautivo, Fernando VII, capturado por Napoleón, según lo establecían las propias Siete Partidas, el principal cuerpo normativo de la Corona Española".
-¿Es imprescindible haber leído el libro anterior, "El amanecer de la República"?
-No, no es imprescindible, tal como sucede en "Star Wars" o las películas de la saga de "Harry Potter". Cada libro puede leerse por separado, pero es deseable haber ojeado el primer volumen para entender el contexto general de lo que sucede en la trama de la novela.
-En este contexto, ¿cómo y cuándo surgió realmente la enemistad entre O'Higgins y Carrera?
-A mi entender, en un principio no existía enemistad entre ambos próceres, al punto que Carrera, luego de la sorpresa de El Roble, reconoce a O´Higgins como el primer soldado de la república. Son los hechos que se van sucediendo, como el desastre de Rancagua, y los intereses egoístas de los enemigos de ambos, quienes los distancian. Quizá el momento culmine se produce con la muerte del coronel Juan Mackenna, su preceptor, cuando cae víctima del duelo que sostuvo con Luis Carrera, a fines de 1814 en Buenos Aires. A partir de ese instante, O´Higgins sólo deseará la muerte de los hermanos Carrera.
-Se ha hablado mucho acerca de la influencia de la Logia Lautarina en todo el proceso independentista. ¿Dónde termina el mito y comienza la realidad?
-La Logia Lautarina era una organización secreta, y por lo mismo, no existen actas o documentos que puedan dar fiabilidad de su actuación. Lo que se conoce de ella ha sido recogido débilmente por los historiadores. Se le atribuyen muchos orígenes, tales como las logias fundadas por Alvear, denominadas Sociedades de los Caballeros Racionales, o la Gran Reunión Americana, de Francisco de Miranda. Con todo, si bien se reconoce haber existido, su propósito queda difuminado. Mi teoría es que San Martín la recreó a partir de los esfuerzos de Alvear, tomando los ritos y la simbología masónica, para llevar a cabo su propio y personal cometido, que no era otro que independizar estos territorios, pero para beneficio del imperio británico.
Si bien podemos otorgarle el mérito a la Logia Lautaro de haber centralizado el poder en beneficio del proceso emancipador hispanoamericano, son tantas y tan graves las acusaciones de muertes y arbitrariedades que recaen sobre ella, que no cabe sino reafirmar la condena que sobre las actuaciones de sus miembros ejecuta la historia.
-La invasión napoleónica a España fue el episodio que puso en movimiento todo este largo proceso independentista en América. ¿Pero cuáles eran los planes de Napoleón para las colonias españolas?
-Napoleón tenía una intención muy clara: de alguna forma, fuese como fuese, debía convertirse en el decidor de los destinos de Europa. Su designio estaba escrito de esa manera y los hechos le habían dado la razón hasta ahora. Sin embargo, Inglaterra estuvo siempre en el camino del Corso para oponérsele e impedir la hegemonía francesa.
Respecto de los territorios españoles en América, Napoleón se sentía predestinado a otorgar a los reinos hispanos de ultramar el mismo apoyo que Luis XVI había entregado a las colonias inglesas. Por lo mismo, en una proclama de 25 de mayo de 1808, señalaba que: "Os haré gozar de los beneficios de una reforma sin que experimentéis quebrantos, desordenes y convulsiones (....) asegurándoles al mismo tiempo una Constitución que concilie la santa y saludable autoridad del Soberano con las libertades y privilegios del pueblo".
Lamentablemente, la represión de Murat, aquel 2 de mayo de 1808, había sido feroz y sin contemplaciones, lo que dio inicio a la guerra de la independencia española que culminaría 5 años después con la retirada definitiva de las tropas francesas de España, luego del triunfo aliado liderado por el general inglés Arthur Wellesley, futuro duque de Wellington, en la batalla de Vitoria de 21 de junio de 1813.
-¿Y qué acontecimientos abordará en el tercer volumen?
-En la tercera entrega que se llamará "Masones & Libertadores. El legado de los Héroes", relatamos el viaje de José Miguel Carrera a Estados Unidos, y sobre la base de la ficción literaria, intentamos crear una verdadera épica hispanoamericana, al preguntarnos qué hubiese sucedido si Bolívar hubiese sido tomado prisionero por sus enemigos. Sin Bolívar, seguramente, Hispanoamérica hubiera tenido otro destino. Entonces utilizamos la figura de Carrera para crear una epopeya en donde el prócer chileno debe llevar a cabo una misión prácticamente imposible: penetrar una fortaleza inexpugnable, y rescatar a un reo de causa injusta, cuyo destino cambiará a la América Hispana y al mundo entero. Se tratará de una gran aventura cuya lucha más encarnizada la debe dar en la batalla de las ideas.
Con esta tercera entrega, pretendemos cerrar esta primera trilogía, pero vienen más. Están en carpeta, al menos dos trilogías más, ya que aún quedan muchas historias que contar: la vuelta de Carrera a Sudamérica, el cruce del Ejército Libertador de los Andes, la irrupción de Lord Cochrane y su enfrentamiento con San Martín, las convulsionadas luchas federalistas de Carrera en la pampa argentina, y quizá lo más entretenido de todo: los intentos por ir a rescatar a Napoleón de la isla Santa Elena. ¡Imperdible!