"El Ángel" es parte de la programación de Sanfic 14.
20TH CENTURY FOX
SANTIAGO.- Un joven de cabello rizado, rubio, facciones finas y labios gruesos. Así se personifica
Lorenzo Ferro, de 19 años, para dar vida a Carlitos, un personaje cruel e indolente que fascina a los espectadores de
"El Ángel".
Esta cinta argentina fue la encargada de abrir la
14° versión del Santiago Festival Internacional de Cine, y llega a Chile tras un exitoso paso por Cannes, donde dejó un cúmulo de buenas críticas. En Argentina, se ha convertido en todo un éxito en la taquilla, sumando más de 400 mil espectadores sólo en un fin de semana.
"El Ángel" es la primera gran producción del director
Luis Ortega, quien se alejó del que llama "cine pobre" para saltar al de industria, al taquillero, a ese que él mismo califica como
"independiente", porque es ahí donde están los recursos
"para lograr que tus ideas cobren vida". "Aquí se puede hacer lo que quieres, y en el otro tienes que hacer lo que puedes con el dinero y equipo que tienes", sostuvo el cineasta en conversación con
Emol.
Foto: 20th Century Fox
Algunos medios trasandinos han calificado esta cinta como "una biografía" del asesino en serie
Carlos Robledo Puch, uno de los mayores criminales de la historia de Argentina con 11 asesinatos, más de 40 robos y una violación. Pero Ortega es claro en decir que esto
"no es más que ficción", y que si bien existió una inspiración, lo que se muestra en la pantalla es parte de su imaginario,
una "mirada más allá" de lo que realmente ocurrió.
Carlitos es sin duda un personaje interesante. Desde un primer momento causa intriga, sospecha, y genera en el espectador una sensación de extrañeza al no comprender
de dónde nacen sus ganas de robar, de matar y esa tendencia a dar un paso más allá de lo que era necesario para concretar sus delitos. Lo magnífico de este rol protagónico se da gracias a una interpretación de lujo de
Lorenzo Ferro, quien a su corta edad
debuta en la pantalla grande y sin haber requerido una vasta experiencia como actor.
"Toto" Ferro fue el primero en asistir al casting donde Ortega debía dar con el Carlitos perfecto.
No había tomado clases de actuación en su vida y ni siquiera en el colegio había destacado en obras teatrales. Después de él llegaron más de 900 otros jóvenes que aspiraban el papel, pero el director se había quedado con el primero, con ese que poco y nada sabía de trabajar en el cine.
Foto: 20th Century Fox
- ¿Qué fue lo que viste en él?
"Es difícil de explicar, pero hay como un enano dentro de uno que te dice lo que tienes que hacer. El enano me dijo 'es ese, es ese' y yo 'no, no es ese'. Pero había esa intuición, esa cosa como saber que es ese alguien aunque la evidencia muestre lo contrario, porque nunca había actuado, porque tampoco era parecido. Fue todo un trabajo de construcción que hizo él, que hicimos de alguna manera en conjunto. En gran parte supe que era él porque fue el decir:
'¿Quién creo yo que me podría matar mientras duermo, que lo podría hacer sin intención de hacer daño?', y en su cara vi eso".
La trama
Luis Ortega traslada al público hasta los años '70 en Buenos Aires. Lo primero que muestra es a un joven Carlitos entrando a una casa. Con total naturalidad y sin apuros, hurga entre los muebles, saca algunas joyas y luego activa el tocadiscos para bailar en medio de la sala. Al salir del lugar, se hace de una moto de lujo y se va a su casa, donde lo espera su madre con el almuerzo en la mesa.
No necesita vender nada, no vive en medio de una población y sus padres son personas trabajadoras, distanciadas por completo de la delincuencia. Carlitos no se complica y regala las cosas que "encontró" en sus andanzas.
Tiene talento para robar sin que nadie se percate, lo hace sin sobre exigirse y, por sobre todo,
sin miedo.
Pero la vida de este joven de pelos dorados comienza a cobrar otro sentido cuando conoce a Ramón Peralda (
Chino Darín). Obnubilado por su compañía, Carlitos comienza a adentrarse en un círculo de delincuencia donde
aprende todos los gajes del oficio. Se consagra en el uso de las armas y comienza a cometer cada vez más crímenes y asesinatos. Así, el joven que parecía un principiante se convierte en el llamado
"ángel negro".
Foto: 20th Century Fox
La película es brillante, sobre todo por la capacidad que tiene Ortega de no categorizar a sus personajes, y mucho menos someterlos a un juicio moral. No hay una división entre buenos y malos, todos son frutos de sus actos. La elección de Ferro en el protagónico fue precisa, su rostro carente de expresividad le entrega al personaje una atención absoluta de la cámara, eclipsando a cualquier otro compañero de elenco que intervenga en escena.
Además de los actores de lujo -que incluye a Mercedes Morán, Luis Gnecco, Cecilia Roth y Daniel Fanego- la ambientación, la estética, la fotografía y la música son aspectos cuidadosamente trabajados que llevan al espectador a una complicidad con la trama.
"El Ángel" y su equipo se trasladará prontamente al Festival de Cine de Toronto y al de San Sebastián, donde esperan seguir cosechando buena crítica de cara a las más grandes instancias cinematográficas mundiales que tendrán lugar a principios de 2019.