La lámpara, hecha de hojas de cristales de Baccarat, utiliza 82 ampolletas.
Patricio Melo.
SANTIAGO.- Por cierto que brilla casi tanto como los artistas que despliegan su talento sobre el escenario. La
lámpara que cuelga en el centro de la sala principal del
Teatro Municipal, ha deslumbrado a sus asistentes durante más de seis décadas.
Se instaló allí a fines de los años 50, luego de que la original se perdiera producto del gran incendio que sufrió el teatro, en 1870.
Hecha de bronce, cristales de Baccarat y más de 14 mil lágrimas adjuntas,
solo se baja dos veces al año, a través de un mecanismo de polea, para realizar su mantención: limpieza, reparación y cambio de ampolletas.
Para quienes quieran tener la inédita oportunidad de verla de cerca, el Teatro Municipal realizará dos visitas guiadas el jueves 30 de agosto, donde "los asistentes podrán ser testigos de la bajada de la enorme lámpara que ilumina la Sala Principal", la que además funciona representando al sol, como parte de la composición que adorna el techo del auditorio.
Más de una historia se esconde tras los cristales de la gran lámpara. Por ejemplo, en el terremoto de 2010, el Municipal tuvo la suerte de que el funcionario a cargo de realizar la mantención, la había dejado abajo. Al finalizar la jornada del 26 de febrero, cansado por el arduo labor, prefirió subirla a la mañana siguiente. Por esta razón es que no sufrió ningún daño mayor, cuando en la madrugada un fuerte terremoto afectó a la capital.
Las visitas guiadas para observar el descenso de la lámpara serán a las 11:00 y 12:30 horas. Los precios son de $8.000 general y $5.000 niños, estudiantes y tercera edad.
