EDIMBURGO.- El Museo Nacional de Escocia expone desde hoy una piedra de la Gran Pirámide de Giza, la última de las siete maravillas del mundo antiguo, que ha desatado los recelos de Egipto acerca de si su obtención, a finales del siglo XIX, fue lícita.
La pieza es la única de su tipo que por primera vez se puede contemplar fuera de Egipto en la muestra "El antiguo Egipto redescubierto", que abrió este viernes al público, como parte de una renovación de más de 90 millones de euros para crear tres galerías dedicadas al país de los faraones, el este asiático y la cerámica.
El hecho de que las autoridades egipcias desconocieran que la piedra se encontraba en Escocia
levantó los recelos del ministerio de Antigüedades de Egipto, que en los últimos años ha conseguido repatriar diversos objetos expoliados y retenidos por todo el mundo.
Según confirmó el museo más importante de Escocia, el Gobierno egipcio solicitó toda la documentación que probase la autenticidad y pertenencia del bloque, después de que la institución anunciase en enero que iba a sacarlo a la luz.
"Recibimos una comunicación de la Embajada de Egipto solicitando detalles de su procedencia. Respondimos proporcionándoles toda la información relevante al respecto", afirmó John Giblin, conservador de Culturas del Mundo en el Museo Nacional escocés.
Entre estos documentos, precisó, están los informes que documentan cómo la piedra llegó a Escocia en 1872 e "indican que el trabajo se llevó a cabo con el permiso del virrey de Egipto y con la asistencia del Servicio de Antigüedades de Egipto".
Crédito: theguardian.com
La pieza de la discordia es una piedra caliza de color blanco de entre el 2589 y el 2566 a.c, que mide 54,6 centímetros de altura y 68,5 de anchura, pesa 298 kilogramos y conformó el revestimiento de la Gran Pirámide de Giza, la mayor de Egipto, con casi 150 metros de altura, como la mandó construir el faraón Keops.
El experto consultado destacó que si bien "la presencia" de la piedra en tierras escocesas "está completamente documentada", el hecho de que nunca antes se haya exhibido explica que el Gobierno de Egipto "no parecía tener conocimiento de su localización en Escocia".
Desde el museo sostuvieron que la razón por la que no se ha mostrado públicamente antes es que su
colección cuenta de más de 12 millones de objetos "y solo una pequeña proporción de ellos está en exposición".
Giblin reivindicó asimismo la autenticidad de este objeto único al explicar que fue descubierto en 1872 "entre los escombros al pie de la Gran Pirámide y está hecha de la misma piedra caliza de (la cantera de) Tura que otras piedras de revestimiento, algunas de las cuales aún se encuentran en la Gran Pirámide".
"Además, su cara inclinada tiene el mismo grado de ángulo que el resto de la Gran Pirámide, por lo que estamos muy seguros de que esta es una de las piedras de la cubierta original", destacó.
El bloque en cuestión fue descubierto por un ingeniero británico, Waynman Dixon, que trabajaba para Charles Piazzi Smyth, el Astrónomo Real de Escocia, quien dirigió el primer estudio sobre la Gran Pirámide con permiso de las autoridades egipcias, y después trasladó la piedra a Edimburgo y la expuso en su casa durante un tiempo.
El director del Museo Nacional de Escocia, Gordon Rintoul, dijo que simpatiza con la posición del Ejecutivo egipcio y comprende que le surgieran dudas sobre la propiedad de la pieza en el contexto de su batalla contra el comercio ilegal de antigüedades, pero enfatizó que este no era el caso.
Con más de 1.300 objetos, de los que el 40 % ve la luz por primera vez en generaciones, las tres nuevas galerías incluyen el único ataúd doble para niños encontrado en Egipto (originario de la época romana), un yeso de la piedra Rosetta, que permitió descifrar los jeroglíficos, y la Corona de Phoenix del imperio chino.
El Museo Nacional de Escocia, ubicado en pleno centro de Edimburgo, es el lugar más visitado de la región y entre sus muros acoge una variada colección, que incluye una escultura de Pablo Picasso, varios esqueletos de dinosaurios y, disecada, la famosa oveja Dolly, el primer mamífero clonado a partir de una célula adulta.