La rapera Nicki Minaj canceló una presentación en Arabia Saudita, luego de recibir peticiones de organizaciones de derechos humanos y de reflexionar e informarse en torno a la realidad de ese país.
Minaj tenía previsto presentarse la semana próxima en la ciudad de Jeddah (oeste), como parte de un festival cultural, lo que detonó protestas en las redes sociales.
"Después de una cuidadosa reflexión, he decidido no hacer mi concierto programado en el
'Jeddah World Fest'", declaró Minaj.
"Aunque nada quiero más que llevar mi show a mis fanáticos en Arabia Saudita, después de informarme mejor sobre estos temas, creo que es importante para mí dejar claro mi apoyo a los derechos de las mujeres, la comunidad LGBTQ y la libertad de expresión".
Minaj, conocida por sus letras profanas y sus videos musicales explícitos, era uno de los actos principales de este festival, en un momento en que el reino viene cediendo sobre sus restricciones en entretenimiento.
El festival contará con las actuaciones confirmadas del británico Liam Payne y el DJ estadounidense Steve Aoki.
La ONG Human Rights Foundation envió el viernes una carta abierta a Minaj exhortándola a que "rehusara el dinero del régimen", retirara su nombre del evento y usara su influencia global para demandar la liberación de mujeres activistas en prisión y bajo juicio.
"Amplia represión"
Amnistía Internacional describió el estado de los derechos humanos en Arabia Saudita como "terrible" y denunció una "amplia represión contra los críticos al gobierno".
"Me devastaría si uno de mis fanáticos fuera arrestado o golpeado por expresarse", escribió la intérprete luego en Twitter, aclarando que no busca "irrespetar" al gobierno saudí.
El canal MTV negó por su parte que fuera a transmitir el evento, como informaron los organizadores la semana pasada.
"MTV nunca tuvo intención de transmitir el 'Jeddah World Festival'", dijo un vocero de la estación.
El festival, en el que se prohíbe el alcohol y sigue un estricto código de conducta, se produce en medio del plan de modernización del príncipe heredero Mohammed bin Salman, que incluye la organización de eventos deportivos y otros conciertos así como la apertura de cines.
Algunos ven la promoción de estos espectáculos como un intento para mitigar la frustración pública ante una recesión económica y un alto desempleo juvenil.
Dentro de su plan, Arabia Saudita busca además diversificar su economía, muy dependiente del petróleo.
Y la generación de nuevos ingresos recae en el turismo. Si bien el reino no tramita aún visas para turistas, está ofreciendo permisos electrónicos para los extranjeros que quieran asistir a estos festivales.