Weinstein caminó nuevamente con la ayuda de su andador y lucía bolsas bajo sus ojos.
AFP
El juez que lleva el caso del productor de cine Harvey Weinstein en Nueva York,
rechazó este jueves recusarse ante las acusaciones de sesgo por parte de la defensa, y aseguró que no tiene "ninguna opinión" preconcebida y cuando le reprendió por usar el teléfono pretendía "asustarlo" para que cumpliera la ley.
"
Quiero que el señor Weinstein tenga un juicio justo. Lo que quería era asustarlo lo suficiente para que dejara de usar su teléfono. Como dije a los (potenciales) jurados,
no albergo ninguna opinión del caso y no conozco las pruebas", explicó el magistrado James Burke, que se tomó 20 minutos para contestar a la defensa.
Weinstein llegó de nuevo con antelación a la Corte Suprema del estado para afrontar el
cuarto día del juicio en el que está acusado de cinco delitos sexuales y se enfrenta a un máximo de cadena perpetua, ahora en plena fase de selección de un jurado imparcial.
Ayudado de su habitual andador y con bolsas bajo los ojos, que le daban un semblante cansado, el productor de Hollywood llegó a la sala y esperó junto a su equipo de abogados, encabezado por Donna Rotunno, a que el juez diera comienzo a la sesión, a la que llegó diez minutos tarde.
El juez Burke abordó en los asuntos previos del día la moción que interpuso ayer miércoles la defensa para que se recusara y a la que la Fiscalía dijo "objetar firmemente", destacando su "historial" profesional y la "medida extraordinaria" que ha tomado de preguntar a los candidatos si quieren excusarse por no poder ser imparciales.
Tras unos 20 minutos de silenciosa concentración en los que estuvo argumentando su respuesta, Burke se dirigió en tono serio pero didáctico a la defensa para "declarar lo obvio: qu
e no se está prejuzgando cuando se da una reprimenda por infracciones repetidas ante el tribunal".
El juez explicó que
en citas previas al comienzo del juicio avisó hasta en tres ocasiones
a los abogados de que Weinstein usaba el teléfono, "incumpliendo" las normas e incluso "desafiando" a los alguaciles que a la entrada de la sala exigen apagar y guardar el dispositivo a todo el que entra.
"En una de esas ocasiones, irónicamente, me preocupaba que se pudiera percibir que Weinstein estaba recibiendo un trato de favor", apostilló Burke, quien dijo que
tras esos avisos el productor ha pasado un punto de "transgresión final" de las normas.
También decidió
denegar una petición para dar más tiempo a los abogados de Weinstein por la mediatización del caso, a la luz de la nueva imputación contra el productor en Los Angeles, y de hecho dijo que "se podría aplaudir a la prensa por cómo se está comportando" e ironizó con que hoy la sala estaba "medio vacía".
"En este caso particular, no hay un momento como el presente para seguir adelante.
Bajo ningún concepto este caso está prejuzgado y estoy haciendo un esfuerzo para que tenga el juicio justo que merece", apuntó, en referencia a documentos que ha mantenido "sellados" pese a solicitudes de la Fiscalía para verlos.
Acto seguido, llamó a 120 potenciales jurados a entrar a la sala para revisar su capacidad, una tarea que se alargará toda la jornada y se repetirá cada día hasta el día
22 de enero, cuando
está previsto que comiencen los argumentos orales de las dos partes frente a un panel de 12 personas escogidas entre cientos de candidatos.