Jessica Mann, una denunciante clave del juicio contra Harvey Weinstein por abusos sexuales, sufrió el lunes un "ataque de pánico" mientras testificaba al final de una dura jornada de interrogatorios de la defensa, que la acusó previamente de "manipular" al productor para avanzar en su carrera.
La jornada finalizó antes de tiempo y el testimonio de Mann quedó aplazado hasta este martes después de que rompiera a llorar desconsoladamente al leer una carta personal que envió a un exnovio, Eddy, en la que le explicaba que fue "agredida sexualmente" en el pasado y que temía ser "rechazada" por "errores que había cometido en su vida".
En el texto, fechado en mayo de 2014, la exactriz hablaba de la "dinámica que tenía con Harvey" Weinstein y de lo "desesperanzada" que se sentía debido a sus "relaciones fallidas", indicando que "escapar" de su hogar fue un "punto de inflexión" y que sufría de problemas afectivos relacionados con su padre.
Con temblores en la voz y visiblemente afectada, Mann leyó: "Harvey me validaba, siempre me ofrecía ayuda de una manera que no hicieron mis padres. Harvey tenía la edad de mi padre y
me dio la aprobación que necesitaba".
El juez James Burke le ofreció un receso, pero a su vuelta empezó a hiperventilar y dijo que tenía un "ataque de pánico", por lo que dio la sesión por finalizada.
Hasta ese momento, la denunciante había respondido con entereza durante unas cinco horas a un exhaustivo interrogatorio en el que la defensora del productor, Donna Rotunno, presentó una retahíla de correos afectuosos intercambiados entre ambos hasta el año 2016 y que son la base de su argumento.
Así, Rotunno intentó desacreditar el crudo testimonio que hizo Mann el viernes pasado sobre su supuesta violación por parte de Weinstein en 2013 en un hotel de Nueva York y su relación posterior, argumentando que se acostaba con él "por el beneficio de su carrera" y que lo "manipulaba" para abrirse paso en Hollywood.
Mann, cuya denuncia de violación supone una parte íntegra del caso contra Weinstein, describió el viernes pasado con mucho nerviosismo y de forma gráfica los supuestos abusos y hasta los genitales del acusado, a quien dijo enviar mensajes halagadores durante meses para mantener su "frágil" ego.
La exactriz, que reveló no tener abogado, respondió a muchas de las incisivas preguntas con inseguridad -"no lo recuerdo, no lo sé, creo que sí, bueno"- y perfiló en mayor detalle una relación sexual que comenzó de forma consensuada con sexo oral no forzado pero acabó siendo lo contrario, según dijo el viernes.
Asimismo, se refirió a un incidente escabroso mencionado en ese testimonio y recordó que una vez, mientras se duchaban juntos, Weinstein le preguntó si sabía lo que era una "ducha dorada" y, ante su negativa, supuestamente orinó sobre ella, por lo que se alejó con "asco" y "conmoción".
Weinstein, de 67 años, que se enfrenta a un máximo de cadena perpetua si es hallado culpable por los cinco delitos sexuales que le imputa la Fiscalía, cerró los ojos varias veces a lo largo del testimonio, aparentemente dando cabezadas, aunque estuvo atento si se hablaba directamente de él.
"Me relacioné con mi abusador por lo que creía en mi mente y por la percepción de la sociedad en que vivía. Siempre era lo mejor para mis intereses que las cosas entre nosotros estuvieran bien", afirmó la testigo.
Pero Mann sostuvo que cuanto más se daba cuenta de que "estaba siendo usada", más intentaba "no tener encuentros sexuales con él" por lo que ponía excusas o "negociaba", hasta el punto en que "él se masturbaba" sujetándola.
Respecto a un mensaje en el que le decía al productor que quería presentarle a su madre, aseguró que esta la estaba "presionando" porque "sabía que había algo que estaba mal", y refiriéndose a otros correos en los que se mostraba afectuosa, declaró que no quería que Weinstein la viera como una "amenaza".
Mann, que afirmó ser una "persona insegura" en las fechas de las alegaciones, cuando era una veinteañera, sostuvo que la relación sexual que mantuvo con Weinstein y que derivó en dos supuestas violaciones en 2013 y 2014 "era el secreto más profundo que tenía" y no se lo dijo a nadie.
"¿Manipulaste a Harvey?", le preguntó reiteradamente la abogada a Mann, que en una ocasión, tras pensar sostenidamente, respondió: "Tal y como lo gestioné para procesar (los supuestos abusos) y sobrevivir sí, supongo".