El proyecto artístico "El portal", que permite a las personas en Nueva York y Dublín contemplar la vida en lados opuestos del Atlántico en tiempo real, ha sido una fuente de entretención y cultura para las multitudes en las aceras de las dos ciudades. Sin embargo, también ha sido un imán para el comportamiento grosero, generando que la escultura cierre temporalmente.
La instalación de arte que conecta ambas localidades a través de un enlace de video en vivo durante las 24 horas del día y los siete días de la semana,
hizo su debut en la Gran Manzana el 8 de mayo, con una
pantalla circular que se instaló
debajo del icónico edificio Flatiron y una pantalla complementaria en Dublín, la calle principal de Irlanda, O'Connell Street.
Los organizadores de la exhibición promocionaron la obra interactiva como una forma única de
"abrazar la belleza de la interconexión global".
"Los portales son una
invitación a conocer gente por encima de fronteras y diferencias y a experimentar nuestro mundo tal como es realmente: unido y uno", dijo
Benediktas Gylys, el artista lituano que fundó las esculturas, cuando se revelaron las pantallas.
Apenas
unos días después de su estreno, el lunes por la noche los portales
se cerraron pese a que debían estar instalados hasta el otoño. Sin embargo, en las redes sociales comenzaron a circular videos que mostraban a
personas comportándose inadecuadamente.
Lo anterior porque hubo quienes se drogaron ante las cámaras y una
modelo de Onlyfans mostró sus pechos frente de la pantalla de Nueva York. Por su parte, algunos dublineses sostuvieron
esvásticas y también mostraron
imágenes de las Torres Gemelas de Nueva York ardiendo el 11 de septiembre de 2001 ante la obra.
Sin embargo, las pantallas, que solo transmitían video sin audio, volvieron a estar encendidas el martes por la mañana, pero debían volver a apagarse por la noche, según funcionarios de Nueva York y Dublín.
Michael Ryan, portavoz del Ayuntamiento de Dublín, dijo que los organizadores de la exposición están buscando "
posibles soluciones técnicas" para abordar el comportamiento inapropiado.
Se espera que las exhibiciones regresen más adelante en la semana, dijo.
"El Ayuntamiento de Dublín
esperaba tener una solución hoy, pero desafortunadamente la solución preferida, que habría implicado confusión, no fue satisfactoria", escribió Ryan, negándose a dar más detalles. "El equipo de Portals.org está investigando otras opciones", agregó.
Zac Roy, portavoz de Flatiron NoMad Partnership, un grupo empresarial local de Manhattan que colabora con el proyecto, destacó que la
"abrumadora mayoría" de las
personas que interactúan con el portal de la ciudad se han comportado apropiadamente.
Asimismo, Roy dijo que hubo
seguridad y barreras las 24 horas del día en
Nueva York desde que se inauguró la exhibición.
Gylys no respondió a las consultas que se realizaron este martes, pero su organización Portals manifestó que alienta a la gente a ser respetuosa. "Nuestro
objetivo es abrir una ventana entre lugares y culturas lejanos que permita a las personas interactuar libremente entre sí", escribió el grupo, que también instaló exhibiciones similares en Vilnius, Lituania, y Lubin, Polonia.
"Es agradable siempre y cuando nos portemos bien"
Durante la mañana de este martes, las personas en su mayoría tuvieron un comportamiento adecuado. Algunos
saludaban amistosamente con la mano o hacían señales de corazón con las manos y se tomaban selfies. Sin embargo, en el lado de
Dublín se registró un acto grosero ya que un hombre se paró detrás de una multitud de escolares uniformados y
extendió dos dedos medios.
En el lado de
Nueva York, una mujer
levantó un cartel implorando a la gente de Dublín que se unieran a ella en un baile de TikTok. Pese a que no le obedecieron, ella hizo la coreografía de una forma alegre, mientras un amigo grababa la rutina en su teléfono.
Killian Sundermann, un dublinés de 30 años que estaba de visita en Nueva York, se llevó el teléfono a la oreja mientras saludaba y hablaba con su novia que miraba desde el lado de Dublín.
Crédito: AP
En un momento, se acercó a la barrera de seguridad y, en broma, intentó hacerse pasar por alguien que bajaba por una escalera mecánica. A la multitud irlandesa no pareció hacerle gracia, así que se volvió a unir a quiénes estaban frente la obra.
Sundermann cuestionó el lugar en que se ubicó la pantalla de
Dublín, puesto que es una zona muy concurrida del centro de esa ciudad.
"No creo que se pudiera haber elegido un lugar peor para las multitudes que beben hasta altas horas de la noche", dijo. "No sé qué habría hecho cuando era un joven que pasaba por allí después de haber bebido demasiadas pintas", añadió.
Joe Pérez, un residente de Manhattan de 46 años que levantó su enorme pitbull Virgil para que lo viera la multitud del país europeo, r
estó importancia al mal comportamiento. "Nadie saldrá lastimado. Está bien. Todo es paz", afirmó. "Un dedo medio no me hace daño", sumó.
Cerca, Lynn Rakos saludó y lanzó un beso hacia la pantalla.
"Creo que es agradable, siempre y cuando todos nos portemos bien", dijo este residente de Brooklyn de 60 años, que vivió durante un tiempo en Dublín.
"Tenemos todas estas conexiones en nuestro teléfono y en Facebook, pero aquí no tiene guion. No sabes quién está ahí y solo estás saludando", concluyó.
Crédito: AP