Michael Brown, de 18 años, fue baleado por el policía blanco Darren Wilson, mientras caminaba por el medio de una calle. El adolescente de piel negra, que se encontraba desarmado, murió en el instante tras recibir 12 disparos. El caso provocó varias protestas multitudinarias. El policía fue exonerado después de que un jurado concluyera que no había pruebas suficientes para imputarlo.
El agente de policía Jason Van Dyke disparó 16 veces a Laquan McDonald, un adolescente afroamericano de 17 años, provocándole la muerte. El joven que corría por el medio de la carretera con un cuchillo en la mano, ignoró los llamados de la Policía para que arrojara el objeto. Fue entonces cuando Van Dyke sacó su arma y en un intervalo de 15 segundos aproximadamente, disparó 16 balas.
Tamir Rice, de 12 años, portaba una pistola de juguete cuando fue abatido a tiros por el policía Timothy Loehmann. Las imágenes de una cámara de vigilancia muestran cómo el niño permaneció en el suelo durante cuatro minutos sin recibir asistencia médica. El policía, que finalmente fue absuelto, afirmó que disparó porque se sintió amenazado por Rice.
El policía blanco Michael Slager le disparó por la espalda a Walter Scott, de 50 años, quien se encontraba desarmado. Scott fue detenido por tener roto uno de los focos de su vehículo y ante la presencia policial corrió. Fue entonces cuando Slager le disparó en al menos ocho ocasiones provocando su fallecimiento inmediato. El policía fue detenido y acusado de homicidio, delito por el cuál arriesga presidio perpetuo.
Freddie Gray, un joven afroamericano de 25 años, murió tras ser detenido por huir del personal policial que pretendía fiscalizarlo. Gray falleció producto de una lesión en su columna vertebral causada mientras se encontraba en custodia. El caso provocó violentas protestas que llevaron a las autoridades a decretar toque de queda en la ciudad. Los seis agentes que participaron en la detención fueron acusados por el hecho.
Dos policías redujeron y le dispararon a quemarropa a Alton Sterling, de 37 años, tras ser detenido por vender discos piratas frente a una tienda en Baton Rouge. El video de los hechos se hizo viral.
Un día después, un policía le disparó a Philandro Castile, de 32 años, luego de que su automóvil fuera fiscalizado por tener una luz rota. El hombre afroamericano recibió el impacto mientras buscaba su licencia de conducir. Su pareja, que viajaba con él, trasmitió en vivo por las redes sociales los momentos posteriores al hecho.
Ambos sucesos generaron una serie de multitudinarias manifestaciones, una de las cuales desencadenó en el asesinato de cinco policías blancos.
Terence Crutcher, de 40 años, murió el viernes en el estado de Oklahoma. Tras detenerse por una avería en su auto, intentó acercarse con las manos en alto a una patrulla. Los uniformados lo redujeron con electroshock y luego con un arma de fuego. Según el jefe de policía, "no había armas en el sospechoso ni en su vehículo".
Días después, el martes 20 de septiembre, Keith Lamont Scott, de 43 años, fue abatido en Charlotte mientras se encontraba al interior de su vehículo. Según la policía, Scott se negó a bajar su arma de fuego, pero sus familiares aseguran que solo tenía un libro en su mano. El agente responsable fue suspendido mientras se realiza la investigación.
El caso desató violentas protestas que terminaron con un manifestante en estado grave y al menos cuatro policías lesionados. Se decretó estado de emergencia en Carolina del Sur.