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LONDRES.- El Reino Unido inicia formalmente este miércoles el proceso de divorcio de la Unión Europea tras 44 años de membresía, cumpliendo con la decisión tomada por los votantes británicos en un referéndum hace nueve meses.
La Primera Ministra, Theresa May, informará a la Casa de los Comunes este miércoles de la invocación del Artículo 50 del Tratado de Lisboa, que inicia un proceso de dos años que culminará con la salida del país del bloque.
Al mismo tiempo, el enviado de Gran Bretaña ante la UE, Tim Barrow, entregará en mano a Donald Tusk, el presidente del Consejo Europeo, una carta firmada por May el martes en su oficina del 10 de Downing Street.
May explicará a los legisladores que el país se está embarcando en un "viaje trascendental" y que debería unirse para forjar una "Gran Bretaña global", según adelantó su oficina.
Gran Bretaña y la Unión Europea tienen dos años para deshacer un tapiz de leyes, regulaciones y acuerdos forjados durante más de cuatro décadas, desde que Londres se unió a lo que por entonces era la Comunidad Económica Europea en 1973.
Funcionarios comunitarios distribuirán un borrador con las directrices para la negociación en cuestión de días, y los líderes del bloque, a excepción de May, se reunirán el 29 de abril para adoptar una posición común.
Gran Bretaña dice que no dará la espalada a sus vecinos y que quiere mantener una relación cordial. Según May, el país será "más fuerte, más justo, más unido y más abierto" y buscará "una nueva, profunda y especial relación con la Unión Europea".
Pero muchas empresas británicas temen el impacto de abandonar el vasto mercado común de la UE, con unos 500 millones de personas. Las autoridades británicas confían en alcanzar una nueva relación comercial con el bloque, pero un resultado exitoso en las complicadas negociaciones está lejos de estar claro.
El Brexit tiene profundas implicaciones para la economía británica, para la sociedad e incluso para su unión como país. La divisiva decisión de abandonar la UE ha dado un nuevo impulso al movimiento independentista escocés y minó las bases del acuerdo de paz de Irlanda del Norte.
Tras décadas de expansión, para la UE es también un gran revés perder a uno de sus miembros más importantes. Políticos populistas y antieuropeos del bloque, incluyendo a la ultraderechista francesa Marine Le Pen, esperan que la decisión británica de dar la espada al grupo se respira en todo el continente.