Pequeña y delgada, siempre con su hábito blanco con líneas azules y su rostro y manos colmadas de arrugas que demostraban una vida entregada al cuidado de otros, la Madre Teresa de Calcuta fue considerada por muchos como una verdadera santa en vida, un símbolo internacional de caridad, compasión y bondad. Su trabajo con los enfermos, leprosos y los más pobres de los pobres de la ciudad de Calcuta, en India, trascendió cualquier barrera idiomática, geográfica e ideológica que pudiera haber para que el trabajo de la albanesa Agnes Gonxha fuera reconocido en todo el mundo. Fue ganadora del Premio Nobel de la Paz en 1979 y tras su muerte el 5 de septiembre de 1997, el Vaticano comenzó a estudiar la posibilidad de beatificarla, lo que se llevó a cabo en 2003 por el Papa Juan Pablo II. En 2015, el Papa Francisco aprobó su canonización y la Madre Teresa fue declarada santa. Sin embargo, no para todos lo fue. La religiosa en sus más de 50 años de trabajo con los pobres acumuló un no menor número de detractores que no creían en la imagen de una Teresa humilde y honesta. Las principales críticas se enfocaron en las pésimas condiciones higiénicas y la falta de tratamiento médico en sus “Hogares para los Moribundos”, en su agenda política que la llevó a utilizar su fama para hablar en reiteradas ocasiones en contra del aborto, de los anticonceptivos y del divorcio, y en el origen de donaciones por parte de dictadores -como Jean-Claude Duvalier de Haití o Enver Hoxha de su natal Albania- o estafadores, como Charles Keating, autor de un enorme fraude financiero en Estados Unidos. Emol conversó con dos figuras clave que representan tanto a sus detractores como a sus defensores. Para conocer sus argumentos, haz click en las siguientes pestañas. |
Aroup Chatterjee. Médico indio de 59 años nacido en Calcuta, crítico acérrimo de la religiosa. Escritor del libro “Madre Teresa: el veredicto final” y “abogado del Diablo” en el proceso de beatificación de Teresa de Calcuta en 2003. A Chatterjee nunca le interesó si Teresa de Calcuta era declarada santa católica o no. Sólo quería dejar claro que Agnes Gonxha “no era una persona honesta”, según contó a Emol, y por eso inició su cruzada. Antes de 1985, el médico sólo había escuchado hablar de la Madre Teresa, sin embargo, cuando ese año arribó al Reino Unido, se dio cuenta de que su ciudad natal era “sinónimo de lepra, miseria y mendigos, y eso era debido a ella”. Asegura que “nadie en Calcuta la ha visto hacer nada, pero te dirán que debe ser estupenda porque los medios blancos, los medios occidentales, están diciendo que ella es muy buena”. “Estoy muy asombrado de que incluso hoy nadie en India haya hecho esa conexión, de que la ciudad está perdiendo negocios y turismo y que tiene un enorme problema de imagen debido a esta señora”, comentó. Las mentiras de la Madre Teresa, según expone Chatterjee, están relacionadas a su trabajo con los pobres en India. Afirma que muchas veces la religiosa aseguró tener hospitales y colegios, pero en Calcuta no tenía tales establecimientos, sólo ofrecía “Hogares para los Moribundos”. “Eran espantosos y asquerosos”, expresa el médico. Entre las prácticas que más le sorprendieron a Chatterjee estaba la reutilización de agujas y guantes, hamacas en vez de camas, hogares sin patios o jardines, la negación de analgésicos para los enfermos y baños comunes en los que tenían que defecar y orinar en frente de otros. “Las cosas han mejorado algo, pero sigue habiendo una cultura de sufrimiento”, dice. Asimismo, asegura que tiene pruebas de que entre las miles de personas que la Madre Teresa convirtió al catolicismo, cientos de ellas estaban inconscientes o moribundas al momento de hacerlo. Chatterjee además revela que, a pesar de que Teresa siempre afirmó no ser una persona política, ella sí “tenía esta agenda de hacer del Vaticano una potencia mundial y de hacer que el aborto fuera completamente inaccesible para las mujeres que habían sido violadas o traumatizadas”, como lo expresó en múltiples discursos en sus giras por el mundo. |
Kathryn Spink. Escritora británica de 64 años. Publicó su primer libro sobre la Madre Teresa, lo que la llevó a trabajar con la religiosa por más de una década. Posteriormente, se le permitió escribir su biografía autorizada. Spink llegó a uno de los hogares de las Misioneras de la Caridad en Londres por una razón pragmática: la editorial para la que trabajaba le encargó una historia sobre la Madre Teresa. “Cuando la conocí en persona me sentí profundamente conmovida por su humildad y por la confianza que ella me dio”, dijo a Emol. Eso la llevó a quedarse trabajando con la religiosa por muchos años, en los que la escritora llegó a ella y su labor en profundidad. “Creo que su mayor legado fue la accesibilidad a la santidad, de que no tenemos que hacer grandes cosas, sino pequeñas pero con mucho amor, que lo extraordinario puede ser alcanzado por todos si sólo creemos más en la grandeza de Dios que en nuestras propias debilidades”, manifestó. Respecto a las críticas que han surgido en contra de la religiosa y su trabajo con los pobres, particularmente provenientes del doctor Chatterjee, Spink asegura que sus detractores no son usualmente personas que la conocieron y que ella presenció “una total dedicación de parte de Madre Teresa para atender a los pobres, en los que ella personalmente veía a un hambriento, sediento y abandonado Cristo buscando desesperadamente amor”. “Perfectamente puede ser verdad que hubo veces en que el cuidado médico no fue perfecto, pero creo que siempre debemos tener cuidado de juzgar con ojos ‘occidentales’”, sostuvo. Explicó, por ejemplo, que los enfermos tenían las cabezas rapadas porque ellos mismos lo pedían, debido a la cantidad de piojos que acumulaban. Asegura que la Madre Teresa tenía razón al afirmar que “a veces es mucho más valorable tomar la mano de un moribundo y estar presentes para ellos que administrarles un cuidado paliativo eficiente”. Asimismo, defendió a la religiosa de los cuestionamientos que afirman que ella sólo quería convertir a la gente al catolicismo. “Su objetivo expreso era hacer de un hindú un mejor hindú, del musulmán un mejor musulmán, de un cristiano un mejor cristiano. Ella mantenía que nunca sabremos cómo Dios trabaja en cada alma y era profundamente respetuosa con todas las creencias”, señaló. De hecho, Spink no era católica romana y sostiene que la Madre Teresa nunca trató de cambiar ese hecho. |