DUBLÍN.- Durante la primera jornada de su viaje a Dublín para participar en el Encuentro Mundial de las Familias, el papa Francisco se reunió durante una hora y media con ocho víctimas de abusos sexuales por parte del clero irlandés.
En un comunicado de la Coalición de los Hogares Madre e Hijos de Irlanda, dos personas de este grupo que participaron en el encuentro explicaron que Francisco condenó la corrupción y los encubrimientos y los calificó de "caca", y que el intérprete se lo tradujo como "aquello que se hace en el baño" para usar un eufemismo.
Entre los participantes estuvo Marie Collins, quien formó parte de la Pontifica Comisión para la protección de menores creada por el papa Francisco y que la abandonó a modo de protesta, por considerar que se estaban frenando sus actividades.
Otras víctimas presentes fueron los reverendos Patrick McCafferty y Joe McDonald, Damian O'Farrel, Paul Jude Redmond, Clodagh Malone y Bernadette Fathy. Además, asistió una víctima del sacerdote Tony Walsh, quien prefirió quedar en el anonimato.
Clodagh Malone, que nació en la Casa de la Madre e Hijos de San Patricio en Dublín y fue adoptada a las diez semanas, "solicitó al papa que declarara clara y públicamente que las madres naturales que perdieron a sus bebés por adopción no habían hecho nada malo y pidió reconciliación y reunión para estas familias que fueron destrozadas por la Iglesia Católica tanto en Irlanda como en España y en el resto del mundo".
"El papa acordó incluir el mensaje en su misa mañana", aseguró en la nota.
Paul Jude Redmond, nacido en el Hogar de Castlepollard y adoptado a los 17 días, pidió al papa que se reclame a las monjas que dirigían estos lugares "que acepten sus responsabilidades por el horror que sucedió durante generaciones en los Hogares" y que paguen los costes de las investigaciones.
"El papa se disculpó con todos nosotros por lo que sucedió en los Hogares", explicó Redmond en el comunicado dado a conocer.
"El papa quedó realmente conmocionado al enterarse de los 6.000 bebés que murieron y los 3.000 bebés desaparecidos, y de los ensayos con vacunas. Se llevó las manos a la cabeza en estado de shock"
Asistentes a reunión con el papa Francisco
El papa recibió una copia del libro de Redmond, "The Adoption Machine", que contiene detalles de las miles de muertes y horrores de los Hogares.
"El papa quedó realmente conmocionado al enterarse de los 6.000 bebés que murieron y los 3.000 bebés desaparecidos, y de los ensayos con vacunas. Se llevó las manos a la cabeza en estado de shock", aseguraron las víctimas.
En ese contexto, las calles de la capital de Irlanda se polarizaron. Por un lado salieron protestar varios grupos de víctimas de los abusos cometidos por el clero irlandés y también los fieles católicos se presentaron a saludar al Sumo Pontífice.
Estos últimos, alzaron banderolas que decían "Papa Francisco, juntos te amamos para la eternidad". Dentro de los partidarios de Francisco también había una importante delegación española. Incluso, algunos jóvenes no dudaron en seguir al cortejo papal por las calles, cerradas a la circulación y en cuyas aceras había policías o vendedores ambulantes que ofrecían banderas del Vaticano.
Sin embargo, entre la multitud también había opositores al líder de la iglesia Católica, como Rosa López, de 45 años, que llegó con un banderín cubierto de consignas provocadoras, y claramente en contra del papa. "El papa no es bienvenido", "Solidaridad con los sobrevivientes (de abusos del clero)", eran algunas de las frases que se leían.
14.500personas se declararon víctimas de abusos sexuales desde 2002 en Irlanda
Esta visita papal, que no ocurría hace 39 años, es un "insulto a los sobrevivientes", insistió la mujer española que vive en Dublín y agregó que "Dijo que lo lamentaba, pero eso no es suficiente".
Desde 2002, más de 14.500 personas se declararon víctimas de abusos sexuales cometidos por sacerdotes en Irlanda. La magnitud del escándalo aceleró la caída de la importante influencia que tenía la Iglesia en la sociedad irlandesa, tradicionalmente católica.
Otras manifestaciones se desarrollaron frente al Castillo de Dublín, donde el pontífice abordó, entre otros temas, los abusos ante una audiencia de autoridades y miembros del cuerpo diplomático.
La protesta fue organizada por la irlandesa Margaret McGuckin, sobreviviente de los abusos cometidos por religiosas en el internado Casa de Nazaret e impulsora de uno de los órganos estatales de investigación de casos históricos de abusos.
"El papa tiene ahora que dar la cara y hacer algo por las víctimas. Necesitamos que se concedan compensaciones, necesitamos que la Iglesia se responsabilice", declaró McGuckin a los medios y agregó que ese proceso debe contemplar también acciones para "llevar ante los tribunales" a los "obispos, sacerdotes, monjas y cualquier otra persona" implicada en "el abuso de menores o en el ocultamiento de los abusos".
En su opinión, las autoridades deben actuar con "tolerancia cero" e impedir que la Iglesia "se investigue a sí misma".