Doyle no se quedó tranquilo solo con esto y presionó al obispado para que le reconocieran que, como él, habían miles de casos en el mundo, algo que le fue negado en primera instancia. Sin embargo, el arzobispo Ivan Jurkovic le terminó por mostrar un documento que le daría la razón: el protocolo de acción del Vaticano ante el caso de que un sacerdote tenga un hijo.
Ante su descubrimiento, el psicoterapeuta le comentó a The New York Times que a estos hijos se les denominaba "hijos de los ordenados". "Me impactó que tuvieran un término para esa situación", sostuvo y agregó que "es el próximo gran escándalo (...), hay hijos de sacerdotes por todas partes".
No existe un cálculo exacto sobre cuantos hijos de sacerdotes existen alrededor del mundo, aunque Doyle tiene la estimación de que
podrían bordear los 50 mil, pues esa es la cantidad de usuarios que tiene su página en 175 países.
Según el documento citado por el periódico, al momento de que la iglesia se entera que uno de sus religiosos tendrá un hijo, se les recomienda a estos que abandonen la profesión, para así dedicarse de buena manera al cuidado del niño. Sin embargo, esto es solo una sugerencia, mas no una obligación.
De todas formas existen quienes creen que esta no es una buena medida, ya que dejaría a esa familia sin un medio de subsistencia. "No creo que el desempleo sea la respuesta a la paternidad", aseguró Vincent Doyle.
Aunque también hay hijos que sí consideran una buena idea la expulsión de sus padres del sacerdocio, como es el caso de Erik Zattoni, hijo del religioso Pietro Tosi.
Según señaló Zattoni a The Times, el sacerdote tenía 54 años cuando violó a su madre, 30 años menor. La familia intentó obligar al presbítero a reconocer a su hijo, pero él se negó. Tras esto, fueron expulsados de su casa, propiedad de la parroquia en una pequeña ciudad afuera de Ferrara, Italia.
Una prueba de ADN ordenada por un tribunal en 2010, cuando Zattoni demandó a Tosi, demostró que efectivamente el religioso era su padre. Tras esto, el Vaticano lo reprendió y le recordó sus responsabilidades, aunque nunca le exigió que renunciara al sacerdocio.
Finalmente, Pietro Tosi murió el año 2014, aún perteneciendo a la iglesia. "La justicia que sí obtuve fue gracias a la sentencia emitida por un tribunal con base en una prueba de ADN", detalló Zattoni.
La prueba de ADN parece ser cada vez más utilizada por los hijos de presbíteros para comprobar si es que efectivamente son "hijos de los ordenados".
"Es un avance y cualquiera puede hacerlo", indicó Linda Lawless, participante activa de Coping International, e hija de un religioso.
Su madre le ocultó durante años quien era su padre biológico, aunque recuerda que cuando era niña su mamá se "aterraba totalmente" al ver llegar sacerdotes a su casa. En 2018, Lawless recurrió a una prueba de ADN y, con ayuda de las bases de datos y los árboles genealógicos del sitio web Ancestry.com, confirmó que su papá era miembro de la iglesia.