Turistas observan el lado sirio desde la frontera de Ben Tal, en los Altos del Golán.
EFE
Luego de que este lunes el Presidente de Estados Unidos,
Donald Trump, reconociera la soberanía de Israel sobre los
Altos del Golán, se desencadenó una serie de reacciones en el concierto internacional, debido a la larga polémica que arrastra esta zona ubicada en el Medio Oriente.
El territorio al que hizo mención Trump, corresponde a una meseta caracterizada por ser una zona volcánica, verdosa y montañosa de 1.800 kilómetros cuadrados y que tiene una importancia significativa desde el punto de vista estratégico, ya que desde su puntos más altos - a eso de 2,800 metros- se pueden ver territorios de los cuatro países colindantes en la zona: Israel, Siria, Líbano y Jordania.
Contexto histórico
Desde hace varias décadas, este lugar ha sido uno de los focos del conflicto entre Israel y Siria, ya que ambos lo declaran como propio.
Todo se remonta tras los sucesos de la Guerra de los Seis Días en 1967, cuando ambas naciones se enfrentaron -dejando tras de si un considerable número de fallecidos en combate- y que finalizaría con la victoria israelí y con la ocupación de la franja de Gaza, del territorio de Cisjordania, la Península del Sinaí y la zona que genera el interés actual.
A pesar de que varios de estos dominios fueron devueltos a algunos de los países confrontados, en los Altos del Golán no ha habido una solución.
Desde que culminó el combate Israel pasó a controlar dos tercios del territorio, mientras que Siria se se queda con el tercio restante -aunque con el estallido de la guerra civil en 2011, su ocupación ha ido cambiando de manos entre grupos a favor del Presidente Bashar al-Assad y opositores-.
No obstante, la comunidad internacional no reconoce la soberanía israelí en este territorio, ya que este país anexionó la meseta en 1981 de forma unilateral y sin el reconocimiento del mundo, ya que lo siguen considerando como territorio sirio ocupado.
Las resoluciones 242 y 497 del Consejo de Seguridad de la ONU son claras con respecto al posicionamiento sobre este espacio.
La primera de éstas menciona "la inadmisibilidad de la adquisición de territorio por medio de la guerra" por parte de Israel y la segunda agrega que la decisión del país asiático de anexionar a los Altos del Golán en 1981, fue un actuar "nulo, inválido y sin efecto internacional legal".
De hecho, en 1974 se instalaron miembros de la UNDOF (Fuerza Observadora de la ONU para la Retirada) para mantener la seguridad en 266 kilómetros cuadrados de frontera, para controlar el cumplimiento del acuerdo de armisticio de 1967 conocido como la Línea Púrpura.
Ahora bien, esta localidad, que suma a una treintena de asentamientos judíos, vuelve a estar en la mirada mundial ya que el documento firmado por Trump, ante la atenta mirada del Primer Ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, vuelve a tensionar los ánimos de un conflicto difícil de manejar.