El canciller español, Josep Borrell, valoró la medida.
EFE
El ministro de Asuntos Exteriores de España, Josep Borrell, anunció este lunes que la próxima semana viajará a Venezuela una representación a "nivel político" del Grupo Internacional de Contacto (GIC) para buscar soluciones pacíficas a la crisis en el país.
Borrell, que en el pasado lamentó el ritmo excesivamente lento de este grupo, celebró en esta ocasión el "acelerón" que cree que ha dado tras la reunión celebrada hace días en Costa Rica y que considera que "hacía falta".
"Últimamente se ha acelerado un poco, la reunión en Costa Rica a la que no pude asistir ha ido muy bien.
Seguramente los últimos acontecimientos en Venezuela han provocado, como suele ocurrir, un impulso adicional", destacó el jefe de la diplomacia española en declaraciones a la prensa en Bruselas, a su llegada a una reunión de ministros de Relaciones Exteriores de la Unión Europea (UE) con la situación de Venezuela en la agenda.
Borrell ha apuntado este "estímulo para la acción" y puso como ejemplo los planes del Grupo de Contacto de enviar "esta semana que viene" a una representación a nivel político para visitar Venezuela.
El ministro añadió que, "si todo se desarrolla como previsto", en el caso de España participará el secretario de Estado para Iberoamérica, Juan Pablo de Laiglesia, sin dar más detalles sobre la agenda de la misión.
Además, Borrell se refirió con desaprobación al hecho de que Estados Unidos esté "planteando continuamente la posibilidad de una intervención militar" en Venezuela, un riesgo que no considera "inminente", pero que ha mencionado como ejemplo del cambio en las relaciones con Washington.
Del estado de las relaciones transatlánticas, Borrell destacó que se ha pasado de una situación "mucho más normalizada" en la que no había "estos focos de tensión" a
un nuevo escenario en el que las circunstancias "no son tan fáciles de tratar", pero que obligan a abordar con franqueza los asuntos con los que no se está de acuerdo o no se apoya.
En este contexto, Borrell consideró que la visita sorpresa a Bruselas que este lunes realiza el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, debe ser entendida como prueba del "especial interés e importancia" que Estados Unidos da a sus socios europeos.