A una semana de su disputa, la final de la segunda competición más importante del fútbol europeo, la
Europa League, se ha visto opacada por un largo y sangriento conflicto político que imposibilitará la participación del jugador del armenio del Arsenal
Henrikh Mkhitaryan.
Pocos eran los que preveían este problema al ser escogido el estadio Olímpico de Bakú, en la capital de Azerbaiyán, como sede del último partido -cada año la UEFA elige un escenario distinto para albergar la final- pero el paso del Arsenal a esta instancia encendió las críticas ante el organismo europeo y la preocupación por el acontecer del futbolista. Todo por una clara razón: el conflicto de Nagorno Karabaj, que ha enfrentado a su nación y a los azeríes y que pone en peligro su seguridad.
El conflicto
Fue entre 1988 y 1994 que se revivió una larga trama entre Armenia y Azerbaiyán que se extiende hasta el día de hoy, pero que tiene sus cimientos al inicio del siglo XX, cuando en 1918 ambos países se independizaron del Imperio ruso, lo que dio inicio a varias disputas por las fronteras y territorios y que pone al Alto Karabaj como su foco.
Una de estas ocurrió entre 1922 a 1936 cuando las naciones en conflicto se agruparían con Georgia para formar la República Federal Socialista Soviética de Transcaucasia. Fue en ese entonces cuando los encargados de este Estado intentaron ordenar el conflicto, colocando el Alto Karabaj en zona armenia -tomando en cuenta que la mayoría de sus habitantes son armenios- pero que no se pudo concretar por diversas protestas azeríes e intentos de alzamientos.
Tras este hecho, el conflicto no desapareció pero sí se calmaron los ánimos por largos años hasta 1988, ya que tanto Armenia como Azerbaiyán fueron anexionadas a la Unión Soviética y se conformaron como una de sus 15 repúblicas.
Tras la llegada de Mijail Gorbachov a la cabeza de la URSS y su política de la perestroika, la zona conflictiva ubicada en la región del Caúcaso del sur volvería a generar resonancia, ya que los líderes de Karabaj buscaron, nuevamente, anexionar la zona con Armenia. Los llamados no perduraron mucho, ya que ante las protestas armenias y azeríes, Gorbachov aseguró que no había posibilidad para un cambio en las fronteras.
Pero en febrero de 1988 la situación en Karabaj se volvería insostenible, con las disputas entre grupos militares azeríes y ciudadanos armenios en las inmediaciones de la zona, lo que terminó con varios heridos y cerca de 10 muertos. Las ánimos se caldearon cuando se supo que un policía armenio mató a dos azeríes en el combate. Ante esto, el Gobierno soviético comenzó a perder el control de la zona, lo que se ratificó con la masacre en la ciudad de Sumgait.
Entre el 28 y 29 de febrero de ese año, 32 personas -en su mayoría armenios- perdieron la vida tras el ataque de varios azeríes en respuesta a la muerte de sus connacionales en la trifulca anterior. Ante esto, miles de armenios decidieron marcharse de esta ciudad con destino a Armenia en busca de seguridad.
Con el correr del tiempo, surgieron mayores batallas y aumentó el número de fallecidos que llegó a rondar los 20.000 y 30.000. Además, más de un millón de personas abandonaron sus hogares, mientras la guerra suscitó. En 1994 se firmó una tregua y los armenios de Nagorno Karabaj crearon un estado independiente de facto. De todos modos, la búsqueda de un acuerdo de paz sigue a la espera.
No es el primer caso
No es la primera vez que Mkhitaryan vive un situación de este tipo. En 2015, en la fase de grupos de la misma competición, su ex equipo, el conjunto alemán del Borussia Dortmund, debía trasladarse a Azerbaiyán para medirse contra el Qarabag. Ante esto, el armenio decidió tomar la misma medida de ahora y preservar su seguridad.
De hecho, este año y por la misma competición, otra vez el Qarabag se puso en su camino, por lo que optó tomar la misma decisión.
Según consigna El País, miembros de la diplomacia de Azerbaiyán han dicho que "a pesar de las relaciones complicadas, Mkhitaryan puede jugar la final" y que "deportistas de Armenia ya han participado en varios eventos importantes que Azerbaiyán ha organizado". Mientras que el secretario de la federación de fútbol azerí, Elkhan Mamedov, aseguró que le han "dado a la UEFA las garantías de seguridad para Mkhitaryan con el objetivo de que pueda estar en Bakú".
A pesar de todo, la decisión del futbolista -quien llegó al Arsenal como parte del traspaso de Alexis Sánchez al Manchester United- se mantiene firme, esperando que su conjunto pueda obtener uno de los trofeos más importantes del continente europeo. "¡Traigámosla a casa!", fue el mensaje de aliento que escribió desde su cuenta de Twitter, esperando que sus compañeros le puedan llevar el galardón a Londres.