Un sismo de magnitud 6,4 en la escala abierta de Richter sacudió este jueves el sur de California y se dejó sentir en zonas del condado de Los Ángeles, en Estados Unidos, según las primeras estimaciones del Servicio Geológico estadounidense (USGS, por sus siglas en inglés).
El epicentro del temblor, que se registró a las 10:33 horas locales (13:33 en Chile) a una profundidad de 8,7 kilómetros, se situó en los alrededores de Ridgecrest, una localidad situada unos 250 kilómetros al norte de Los Ángeles.
Numerosos ciudadanos del sur de California aseguraron en las redes sociales haber sentido el temblor. En tanto, los bomberos del condado de San Bernardino, en cuyo territorio se registró el epicentro del sismo, señalaron en su cuenta oficial de Twitter que no se han registrado heridos, aunque detallaron que algunos edificios y carreteras sufrieron "daños de diverso grado".
Además, los bomberos del condado de Kern, donde se encuentra Ridgecrest, que justo hace frontera con el condado de San Bernardino, aseguraron que están trabajando en "unas dos docenas de incidentes" que van de asistencia médica a incendios en esta ciudad y sus alrededores.
La zona en la que se registró el epicentro del temblor, conocida como Searles Valley, es un área poco poblada.
Este sismo de magnitud 6,4 es uno de los más fuertes registrados en California en las últimas décadas y el más importante desde el terremoto de 6,0 registrado en el condado de Napa en 2014.
Lucy Jones, sismóloga del Instituto Tecnológico de California (Caltech), dijo en una rueda de prensa que existe una elevada posibilidad de que haya réplicas de importancia a lo largo de la jornada de hoy.
Por su parte, las autoridades de Los Ángeles aseguraron no tener constancia de daños materiales o víctimas de consideración.
"Hasta este momento, no hemos recibido ningún informe de daños o llamadas pidiendo ayuda en la ciudad de Los Ángeles con relación al terremoto", señaló, por su parte, el Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD, en inglés) en su cuenta oficial de Twitter.
Los responsables del aeropuerto de Los Ángeles publicaron también mensajes en esta red social señalando que no han encontrado, por ahora, ningún daño en sus instalaciones y aseguraron que las operaciones aéreas continúan desarrollándose con normalidad.