"¿Cuál es tu origen étnico?". Con esta pregunta, la asesora de la Casa Blanca, Kellyanne Conway, avivó las llamas de la polémica desatada por la reciente embestida del Presidente estadounidense, Donald Trump, contra cuatro legisladoras demócratas de raíces extranjeras, que fue catalogada de racista.
La intervención de la asesora del Mandatario surgió durante una comparecencia de prensa oficial a las afueras de la sede presidencial, este martes.
El reportero
Andrew Feinberg, del portal de tecnología Breakfast Media, le preguntó a Conway por los tuits de Trump sobre las congresistas Alexandria Ocasio-Cortez, Rashida Tlaib, Ayanna Pressley e Ilhan Omar. Específicamente, le consultó a qué naciones se refería el Mandatario cuando sugirió que las políticas estadounidenses deberían regresar a sus países de origen.
Conway respondió: "¿Cuál es tu origen étnico?". Después de una breve pausa, Feinberg respondió con otra interrogante: "¿Por qué eso es relevante?". "Porque yo estoy haciendo una pregunta. Mis ancestros son de Irlanda e Italia", replicó luego Conway, pero el incendio ya estaba desatado.
El periodista le rebatió que su origen étnico no tenía que ver con su pregunta y agregó: "¿Está afirmando que el Presidente le estaba diciendo a una palestina-americana que se devuelva a los territorios ocupados?", haciendo alusión a las raíces de la congresista Rashida Tlaib.
Tras el controvertido intercambio y las críticas que recibió, Conway escribió en su cuenta de Twitter que no quiso faltarle el respeto al periodista. Reiteró que ella es descendiente de extranjeros y que estaba tratando de señalar que
"todos somos de otro lugar 'originalmente'".
"Hice la pregunta para responder la pregunta y ofrecí mi propia etnia: italiana e irlandesa. Como muchos, estoy orgullosa de mi origen étnico, amo a los Estados Unidos y estoy agradecida de Dios por ser una estadounidense", agregó.
Violación a la Ley Hatch
Además, los dichos de Conway, una de las figuras más mediáticas de la Casa Blanca, ocurrieron poco después de que fuera citada a declarar ante un comité de la Cámara de Representantes por la presunta violación de una ley que restringe la actividad política de los funcionarios públicos.
La Oficina del Fiscal Especial (OSC, en inglés), una organización independiente que vigila posibles infracciones legales en el Gobierno, acusó a Conway de violar la llamada Ley Hatch en numerosas ocasiones. Supuestamente, la infringió al "denigrar a candidatos presidenciales demócratas en entrevistas de televisión y en las redes sociales, en las que hablaba en desempeño de su cargo oficial" como funcionaria gubernamental, explicó la OSC en un informe.
La agencia federal recomendó que Trump despidiera a su asesora y el pasado 26 de junio, el Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes - liderado por el demócrata Elijah Cummings - autorizó una
citación para que la asesora declare al respecto.
"Si no se castigan las violaciones (de la ley) de la señora Conway, se enviará un mensaje a todos los empleados federales de que no es necesario que cumplan con las restricciones de la Ley Hatch. Sus acciones erosionan por tanto la base principal de nuestro sistema democrático: el Estado de derecho", sentenció la OSC.
Pero el Mandatario y su Ejecutivo se han alineado con la asesora, asegurando este lunes que los demócratas están "sobrepasando y politizando a la Oficina del Fiscal Especial, esta vez, tratando de silenciar a Kellyanne Conway con alegatos falsos".
"Continúan con su campaña puramente política para hostigar al presidente y sus asesores más cercanos", consideró la Administración en un comunicado, en el que confirmó la "inmunidad" de Conway y recordó que "el Comité (de Supervisión) sabe claramente que bajo un precedente bipartidista de larga data fundado en la Constitución, no se puede obligar a los asesores de rango superior de un Presidente a comparecer ante el Congreso".