El narcotraficante mexicano, Joaquín "El Chapo" Guzmán Loera, fue condenado este miércoles a cadena perpetua, más 30 años adicionales, por un juez federal de Nueva York.
El magistrado de distrito, Brian Cogan, le impuso la pena máxima por obligación, tal cual lo constata la ley estadounidense, luego de que en febrero el jurado declarara culpable al capo mexicano, de 62 años, de diez cargos vinculados al narcotráfico. Entre ellos, se incluía el delito de participación en una empresa criminal continuada, tráfico de drogas y armas, lavado de activos, entre otros.
Este miércoles, poco antes de conocer su condena, Guzmán se dirigió a Cogan: se quejó de las condiciones de su encarcelamiento; afirmó que se le negó un juicio justo, y acusó al magistrado de no investigar a fondo las denuncias de conducta inapropiada del jurado en el caso.
La condena pone fin a este largo proceso judicial, que comenzó con su último arresto en México en 2016 y su posterior extradición a EE.UU. El líder del cartel de Sinaloa fue trasladado a Nueva York después de haber escapado dos veces de cárceles mexicanas.
Conscientes de ello, desde que llegó a territorio estadounidense en 2017, las autoridades lo han mantenido en aislamiento en una cárcel de Manhattan y vigilado de cerca en sus comparecencias en el tribunal de Brooklyn.
Expertos prevén que ahora, el narcotraficante más buscado desde la muerte del colombiano Pablo Escobar (1993), probablemente terminará en la prisión "Supermax" del gobierno federal en Florence, Colorado, conocida como la "Alcatraz de las Rocallosas". Allí, a la mayoría de los reclusos se les da un televisor, pero su única vista al exterior es una ventana de 10 centímetros; tienen una interacción mínima con otras personas, y todos los alimentos son guardados en sus propias celdas.
Bajo el liderazgo de "El Chapo", que duró cerca de 25 años,
el cartel de Sinaloa fue responsable de múltiples asesinatos y del contrabando de toneladas de cocaína y otras drogas hacia EE.UU. Según la fiscalía, el "ejército de sicarios" del capo incluso tenía órdenes de secuestrar, torturar y asesinar a cualquiera que se interpusiera.
Sin embargo, los abogados defensores de Guzmán aseguran que éste fue incriminado con pruebas falsas, implantadas por otros capos, y que nunca fue la cabeza de una de las organizaciones criminales más peligrosas de México. Inmediatamente después de conocer el veredicto, anunciaron que apelarán esta condena.