Hace 20 años, probablemente ninguno de los seguidores del programa de la televisión británica
"Have I got news for you?" (¿Tengo noticias para ti?) alcanzaba a imaginarse siquiera que uno de sus irónicos periodistas podría, tiempo después, convertirse en primer ministro. Y es muy posible que, años más tarde, a muy pocos parlamentarios se le ocurriera que ese mismo reportero de cabellera despeinada, ahora convertido en colega de ellos, pudiera escalar hasta ser la máxima autoridad del país.
Quizás sólo él tenía confianza en alcanzar esa meta, y vaya que lo logró.
Hoy, Boris Johnson fue elegido nuevo líder del Partido Conservador británico y, por ende, asumirá el cargo de primer ministro de Reino Unido tras la renuncia de Theresa May. Un acontecimiento que, insistimos, hace unos años atrás podría ser impensado, pero que hoy es una realidad, y ocurre en un complejo momento para el país, cuya historia está cambiando drásticamente de la mano del Brexit.
Pasa que el particular estilo del ahora nuevo Premier se desmarca profundamente del político británico tradicional, por lo que saca ronchas incluso en su mismo partido. Pero también muchos valoran cómo, y de una forma bien estudiada,
supo jugar las cartas en el momento preciso.
Fue un juego bien analizado y que tuvo sus frutos. Hoy, con más de 92 mil votos versus 46 mil de su contrincante, el canciller Jeremy Hunt, Johnson confirmó el favoritismo que tuvo durante todo el proceso y ahora será quien liderará a los británicos en su salida definitiva de la Unión Europea, un hecho que él mismo anheló y defendió durante mucho tiempo.
De las prensas a la política
Alexander Boris de Pfeffel Johnson nació el 19 de junio de 1964 en Nueva York, pero su familia regresó poco después al Reino Unido. Sus orígenes no son puramente británicos, ya que su bisabuelo paterno fue un periodista llamado Ali Kemal que sirvió en el Gobierno de Ahmed Pasha, gran visir del Imperio Otomano.
Conocido popularmente como "Boris", este hombre es un fiel representante de la clase alta británica: estudió en el exclusivo colegio de educación secundaria de Eton y Humanidades en el Balliol College de la Universidad de Oxford, antes de ser periodista.
Como reportero, trabajó en el diario conservador
The Times, de donde lo despidieron por inventar una cita, y en
The Daily Telegraph, donde se hizo una fama por sus publicaciones exageradas y distorsionadas. Según comenta el periodista
John Palmer, quien en ese entonces trabajaba en The Guardian, intentó advertirle a su colega que estaba jugando con fuego, pero nunca fue escuchado.
"Me decía: 'Te lo tomas demasiado en serio, por Dios. Ten un sentido de las proporciones, hombre'", comentó Palmer a The New York Times. "Decía: 'Te estás perdiendo de la verdad subyacente, la verdad subyacente'".
Posteriormente, fue director del semanario Spectator, pero su punto peak lo logró en la televisión, donde sacó a lucir lo mejor de su desparpajo y sarcasmo. De ahí, dio el salto a la política como miembro del Partido Conservador, siendo elegido en 2001 diputado por la circunscripción de Henley-on-Thames. Como congresista lució una vez más su gran labia, posicionándose como una gran figura de su colectividad. Fue así como se convirtió en alcalde de Londres en 2007.
Como jefe municipal fue una de las caras visibles de los Juegos Olímpicos de Londres y promovió medidas como la prohibición del consumo de alcohol en el transporte público; la vuelta a las calles del "Routemaster", el famoso bus rojo de dos pisos; y la instauración de bicicletas públicas. Fue reelecto y estuvo en el cargo hasta 2016, donde dio un nuevo salto.
Ese año, Boris Johnson se convirtió en
uno de los grandes impulsores de la salida del Reino Unido de la Unión Europea, una idea que rondaba su cabeza desde que se desempeñaba como corresponsal para The Daily Telegraph en Bruselas. Era una jugada arriesgada que le dio sus frutos: en 2016, la ciudadanía optó por la opción del
Brexit, lo que desencadenó la renuncia inmediata del Primer Ministro
David Cameron. Todo indicaba que el ex alcalde londinense se presentaría como candidato para sucederlo, pero desistió. Finalmente, quien llegó a Downing Street 10 fue
Theresa May.
Con ella como Premier, Johnson tomó el Ministerio de Relaciones Exteriores, cargo que dejó el 9 de julio de 2018, por sus diferencias con la Mandataria sobre su manejo del Brexit y las negociaciones con la Unión Europea. Él estaba a favor de una salida dura, con o sin acuerdo, y esa ha sido su consigna ahora en su postulación para ser el nuevo líder del Partido Conservador. Ese discurso, lo ayudó para convertirse en jefe de Gobierno.
Jugadas con astucia
Muchos en 2016 se sorprendieron con la decisión de Johnson de no postular al liderazgo del Partido Conservador, inclinándose por la opción de Andrea Leadsom. No era cobardía, como se dijo por ahí, ahora está claro que fue una jugada política maestra: Theresa May se llevó todo el desgaste del Brexit, a tal punto que se vio obligada a dejar el cargo al no tener respaldo ni siquiera en su colectividad. Ahora, el ex canciller asumirá el cargo como la persona que encontrará una solución y liderará al Reino Unido en su salida de la Unión Europea.
Y no es una jugada aislada, sino que se trata de
algo propio en la carrera política de Boris Johnson. Ya lo había demostrado durante su paso por la Universidad de Oxford, postulando a la presidencia de la sociedad de debate de Unión de la casa de estudios de la mano del Partido Socialdemócrata.
"Casi era como una pantalla en blanco en la cual la gente podía proyectar sus propias opiniones políticas", afirmó a The New York Times Anthony Goodman, un homólogo de la Unión de Oxford. "Permitía que la gente pensara lo que quisiera pensar. Era una estrategia muy astuta".
Posteriormente, cuando postuló a la alcaldía de Londres -una ciudad donde los liberales son mayoría- moderó su discurso y se mostró como un líder más alejado de las ideologías conservadoras. Fue así como derrotó al Partido Laborista, que llevaba varios años liderando en la capital británica.
"Tiene este extraño don para moverse entre grandes cantidades de gente de una manera que los alegra", dijo a NYT Charles Moore, ex editor de The Daily Telegraph. "Los conservadores han sido dirigidos por gente gris durante mucho tiempo. Nadie de ellos tiene los atributos de él. No levantan el ánimo de la gente cuando entran a una habitación".
"Creo que tiene algo de genio, y en general una de las razones por las que lo apoyo —aunque me genere una infinidad de frustraciones y dudas— es porque creo que tiene algo de genio", agregó.
Y es gracias a ese estilo que Johnson ha logrado imponerse y sobresalir pese a sus salidas de madre y frases desafortunadas, varias tildadas de racistas. Su último escándalo ocurrió semanas atrás, cuando la policía acudió a su casa tras un altercado con su novia,
Carrie Symonds: los vecinos hablaron de gritos, portazos y golpes; él se desentendió por completo.
Con todo, ahora este hombre liderará Reino Unido. Logró su anhelo, sus jugadas dieron resultados. Ahora queda ver si podrá superar el gran escollo: un Brexit exitoso.