Los resultados registrados en las elecciones del domingo en dos regiones del este en Alemania consignaron un fuerte crecimiento de la ultraderecha, una situación que representa una advertencia para la coalición que lidera la Canciller Angela Merkel.
Los comicios indicaron que Alternativa para Alemania (AfD) duplicó sus resultados respecto a las elecciones de 2014 en las regiones de Sajonia y Brandenburgo, que pertenecieron a la extinta República Democrática Alemana (RDA).
En Sajonia, la extrema derecha subió del 9,7% al 27,5%, aunque quedó en segunda posición por detrás de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) -partido de Merkel-, que obtuvo un 32,1%.
En
Brandenburgo, la AfD logró entre el 22,5% y el 24,5% de los sufragios, mientras que hace cinco años consiguió el 12,2%, aunque quedaron por detrás de la lista socialdemócrata que consiguió el 27,5%.
"Estamos muy satisfechos. Hemos más que duplicado nuestros resultados de 2014 en Sajonia y Brandenburgo", se felicitó Alexander Gauland, copresidente de AfD, tras el anuncio de los primeros sondeos, aunque su partido no fue la fuerza más votada en ninguna de las dos regiones, como preveían algunas estimaciones.
En el este de Alemania "se produce una espectacular subida de la derecha", explicó el politólogo Wolfgang Schröder, respecto a la fuerte implantación de la ultraderecha en la antigua Alemania oriental, en contraposición con un apoyo más débil en el oeste del país, lo que demuestra la grieta política que divide a Alemania 30 años después de la caída del muro de Berlín.
Parálisis
A pesar de que estas elecciones solo conciernen al 12% del electorado alemán, los comicios son seguidos con lupa en el país, ya que se producen 30 años después de la caída del Muro de Berlín.
Pese al crecimiento de la ultraderecha, la CDU (derecha) y el SPD (centroizquierda), que gobiernan en coalición en Berlín, lograrían mantenerse como las fuerzas más votadas en cada una de las regiones donde ya presidían gobiernos de coalición.
Sus buenos resultados tampoco servirán a AfD para acceder al poder en esas regiones. Los partidos tradicionales, en particular la CDU, ya han advertido que no pactarán con la ultraderecha.
El juego político para gobernar se augura complicado. Estos estados regionales, que tiene importantes prerrogativas, por ejemplo, en el sistema alemán de educación o seguridad, podrían acabar gobernados por amplias y heterogéneas alianzas de la derecha y la izquierda.
AfD crítica a partidos por vetarlos
"Somos los radiantes vencedores", fue la conclusión a la que llegó el copresidente Jörg Meuthen, quien además dijo que harán una "dura oposición" en las dos regiones.
El otro copresidente, Alexander Gauland, criticó el "cordón sanitario" con que las demás formaciones les han cercado y se niegan a colaborar con ellos.
A su juicio, la CDU va a tener muy difícil justificar su negativa a negociar con AfD mientras habla para formar una coalición con otras formaciones más distantes ideológicamente, como el SPD o Los Verdes.
"Especialmente en Sajonia, donde la CDU es muy conservadora, va a ser muy difícil justificar que a toda costa no quieran habar con AfD", argumentó Gauland. Su estrategia ahora es mantenerse en sus tesis y "esperar". "Estoy convencido de que a medio plazo se conformará una mayoría de derechas", agregó el copresidente.
Asimismo, el candidato de AfD para Sajonia, Jörg Urban, cree que la CDU terminará rompiendo el veto y dijo que su partido logró estos resultados "pese a la resistencia masiva de otros partidos, los medios, los sindicatos y las iglesias". "Ésa es la razón por la que no somos más fuertes, es muy injusto", indicó.