Reina Isabel II y Anthony Blunt, espía de la URSS.
El Mercurio
En la recién estrenada tercera temporada de la serie de Netflix "The Crown", que trajo consigo a un nuevo elenco para poder seguir mostrando la historia de la familia real británica desde principios de los años '60 hasta fines de los '70, se muestra una particular historia que ocurrió dentro del Palacio de Buckingham y que por años la corona quiso ocultar.
ADVERTENCIA: Los siguientes párrafos podrían ser considerados spoiler
A pesar de que es sabido que la serie sobre la realeza mezcla ficción con hechos históricos reales, en el primer capítulo de la tercera temporada se grafican bastante bien los sucesos que tuvieron lugar en 1964 y que muestran la estrecha relación que tuvo la Reina Isabel II con su asesor y curador de arte personal, sir Anthony Blunt, al que recurre y le confía su colección real.
Blunt, que existió en la realidad, además de contar con la plena confianza de la monarca de Reino Unido y de ser condecorado como Caballero de Palacio, era historiador de arte inglés, profesor y crítico de arte que comenzó a trabajar con la Reina, después de que fuera coronada en 1952. Anteriormente ya había trabajado para Jorge VI.
Pero, y como se muestra a lo largo del episodio, luego de grandes rumores al interior del MI5 –Servicio de Inteligencia Británico- se descubrió que Blunt era integrante de la KGB – Comité de Seguridad del Estado de la URSS- y del Círculo de Cambridge, que era un grupo de espías que trabajaron para la Unión Soviética (URSS) durante la Guerra Fría, que se habían formado con la doctrina marxista durante su etapa universitaria, y que había filtrado información clasificada y militar de Gran Bretaña al régimen soviético durante 20 años.
Tras una reunión con el líder del MI5 donde se le informa a la monarca que Blunt ha sido el espía que tanto estuvieron buscando, y la confesión de él mismo, se decide no armar un escándalo y mantener en secreto el historial del curador de arte, debido a que es un caballero de la realeza y que estuvo años infiltrado sin que nadie se diera cuenta, suceso que acabaría con la reputación de los servicios de inteligencia del Reino Unido de la época ante el ojo de los países extranjeros.
27años vivió el espía de la URSS, Anthony Blunt, dentro del Palacio de Buckingham
Luego de esta decisión y, a pesar de que pudo haber terminado en la cárcel por crímenes de traición a la patria, Blunt recibió inmunidad y se le permitió seguir trabajando para la Reina durante 15 años más, tal y como muestra "The Crown".
Según lo retratado por la serie y la información de medios británicos, la relación entre la Reina y su asesor se quebró completamente luego de que se supiera la verdad y la monarca solo le dirigía la palabra para poder guardar las apariencias frente a los demás.
La parte de la historia que no se alcanza a ver en la ficción es que Blunt permaneció en el Palacio de Buckingham hasta 1979. Ese año, la Primera Ministra de Reino Unido, Margaret Thatcher, hizo pública la noticia en el Parlamento. Tras esto, el espía fue finalmente expulsado y se dedicó a escribir sus memorias.
Según reportó ABC en Español, el espía soviético fue juzgado ese mismo año y condenado por alta traición, pero no ingresó a la cárcel por su avanzada edad.
"Puse mi conciencia por encima de la lealtad a mi país", expresó en esa oportunidad Blunt a los medios.