El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, dijo estar "profundamente preocupado" por la reciente escalada de tensiones en Oriente Próximo, horas después de que el ataque estadounidense en Bagdad haya elevado el pulso político entre Washington y Teherán.
"Es un momento en el que los líderes deben actuar con máxima contención.
El mundo no se puede permitir otra guerra en el Golfo", advirtió Guterres a través de su vocero,
Farhan Haq.
El Pentágono justificó la operación asegurando que el general iraní Qasem Soleimaní –que murió en el ataque– desarrollaba planes para atacar a los diplomáticos y miembros del servicio estadounidenses en Irak y en toda la región.
"Este es un momento en el que los líderes del mundo deben ejercer la máxima contención", agregó Guterres ante el temor de que la situación se desborde en una zona azotada desde hace años por conflictos.
Los gobiernos de Irán y Estados Unidos se enfrentan a raíz del ataque que terminó con la vida del general iraní Soleimani, jefe de la Fuerza al Quds de la Guardia Revolucionaria, figura clave dentro del régimen de los ayatolás y otras siete personas más que viajaban a bordo de un automóvil.
El líder supremo de Irán, Alí Jamenei, amenazó con una "dura respuesta" al ataque estadounidense, que también ha recibido críticas por parte de las principales autoridades iraquíes.
Por su parte, el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, proclamó en su cuenta de Twitter que "Irán nunca ha ganado una guerra, pero que nunca ha perdido una negociación".
Por otro lado, los presidentes de Rusia, Vladímir Putin, y Francia, Emmanuel Macrón, mostraron este viernes su preocupación por la muerte del general iraní así como por la posibilidad de que pueda "agravar seriamente la situación en la región" de Oriente Medio.
