El Presidente de Estados Unidos,
Donald Trump, defendió el bombardeo realizado la madrugada de este viernes por el Ejército de su país en Irak, que acabó con la vida del poderoso general iraní
Qasem Soleimani, asegurando que están preparados en caso de que el conflicto con Teherán escale a instancias mayores.
"Estamos preparados para tomar cualquier acción que sea necesaria, y en particular me refiero a Irán", dijo el Mandatario en conferencia de prensa desde su club privado de Mar-a-Lago, en el estado de Florida.
En ese sentido ,si bien aclaró que su Gobierno "no busca un cambio de régimen en Irán", recalcó que las "agresiones del régimen iraní en la región deben acabar y deben acabar ahora".
Así, hizó hincapié en que las acciones llevadas a cabo por Washington tenían como objetivo "parar una guerra". "No las tomamos para empezar una", añadió.
Trump además celebró la muerte del general Soleimani, alguien que, aseguró, "hizo de la muerte de gente inocente su pasión enfermiza". Del mismo modo, aseveró que el uniformado estaba "planeando ataques siniestros e inminentes".
"Lo cogimos con las manos en la masa y acabamos con él", sostuvo.
Soleimani era una figura fundamental para entender la presencia de Irán en los principales conflictos de la región y como brazo ejecutor de la política del líder supremo de la República Islámica, Alí Jamenei. En el ataque también murió el "número dos" de la milicia iraquí Fuerzas de Movilización Popular, Abú Mahdi al Muhandis, y otra decena de personas.
Por su parte, el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, el general
Mark Milley, defendió en una comparecencia el ataque contra Soleimani, asegurando que
"el riesgo de no actuar era mayor que el riesgo de hacerlo".
Milley aseveró que las fuerzas estadounidenses tenían información de Inteligencia "convincente" que indicaba que Soleimani estaba planeando una "significativa campaña de violencia" contra Estados Unidos en los próximos días.