El secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, exigió este domingo el fin de las "violaciones a la soberanía de Irak" tras el ataque con cohetes de esta tarde a la base militar de Al Balad, que dejó cuatro iraquíes heridos.
"Indignado por los informes de otro ataque con cohetes a una base aérea iraquí. Rezo por la rápida recuperación de los heridos y pido al Gobierno de Irak que haga rendir cuentas a los responsables de este ataque al pueblo iraquí", escribió Pompeo en Twitter.
"Estas violaciones constantes a la soberanía de Irak por grupos que no son leales al Gobierno iraquí deben acabar", agregó.
La Célula de Comunicación de Seguridad de Irak confirmó unas horas antes en un comunicado la caída de ocho proyectiles tipo Katyusha en la base de Al Balad, donde hay tropas estadounidenses, lo que causó heridas a cuatro efectivos iraquíes, entre ellos dos oficiales.
Una fuente de la Comandancia de Operaciones de la provincia de Saladino, que pidió el anonimato, indicó a la agencia EFE que los heridos han sido traslados a un hospital y precisó que las víctimas son de nacionalidad iraquí.
Ubicada al norte de Bagdad, Al Balad es una de las bases aéreas más grandes del país árabe y cuenta entre su arsenal con cazabombarderos F16 que Irak adquirió a Estados Unidos, además de acoger a tropas estadounidenses.
Sin embargo, fuentes de seguridad especularon con que al menos parte de las fuerzas extranjeras allí desplegadas habrían abandonado la base tras los recientes ataques cruzados entre Washington y Teherán en territorio iraquí.
Este es el tercer ataque con proyectiles contra esta base en los últimos días, después de que el pasado jueves cayera un cohete en sus inmediaciones sin causar víctimas y de que hace una semana su parte meridional fuese atacada, causando daños materiales en unos almacenes de armas del Ejército iraquí.
En los últimos días, se han producido además varias acciones nocturnas con cohetes contra la Zona Verde de Bagdad, en la que se ubican embajadas, entre ellas la de Estados Unidos, y edificios gubernamentales.
Todo ello se produce en medio de una grave escalada de tensión en Oriente Medio desencadenada tras el ataque de EE.UU. en Bagdad que hace diez días acabó con la vida del comandante de la Fuerza Quds de los Guardianes de la Revolución iraní (IRGC), general Qasem Soleimaní, y líderes de las milicias chiíes Multitud Popular.
Irán respondió esta semana con el lanzamiento de misiles contra dos bases militares que albergan a tropas estadounidenses en el oeste y norte de Irak.