Con el Brexit llegando a su punto final y la Unión Europea tratando de medir los posibles daños económicos que sufrirá por la partida del Reino Unido del organismo, hay un país que sale "beneficiado" de todo esto; Holanda. Esto debido a la migración de cientos de empresas de todos los tamaños, que huyen de esta separación de Europa continental con su vecino insular del norte.
La Agencia Holandesa de Inversión Extranjera (NFIA) anunció que más de 100 empresas con base en Londres se habían traslado a su país y que 325 lo estaban considerando. En marzo pasado, un estudio del think-tank New Financial, identificó a 275 compañías que estaban trasladando su negocio, moviendo a su personal, o estableciendo filiales en la Unión Europea.
Con una "alfombra naranja" NFIA sedujo a las grandes empresas mostrando las ventajas que ofrece, entre las que se encuentra su conectividad aeroportuaria, una población con buen dominio del inglés y una sociedad abierta.
En 2018, Ámsterdam atrajo un récord de 153 compañías extranjeras, lo que abrió más de 7 mil nuevos puestos de trabajo y unos US$ 328 millones en inversiones. Además, se estima que más de la mitad de los 4.000 nuevos empleos que se crearán en los próximos tres años serán a causa directa de la decisión de Reino Unido de salir de la UE, según el Gobierno local.
El fenómeno se volvió tan común, que la prensa holandesa tiene un nombre para los empleados de las empresas recién llegadas: "Los refugiados del Brexit".
Además, París, Dublín, Madrid y Frankfurt son algunas de las ciudades que lanzaron campañas para convencer a las multinacionales que buscaban sacar su sede de Londres.
Sin embargo, desde Ámsterdam no están todos contentos con que Reino Unido abandone la Unión Europea, ya que el problema económico será considerable, sobre todo en el área agroindustrial.
Sentimientos encontrados
El Primer Ministro holandés, Mark Rutte, aseguró que no ve el Brexit como una oportunidad de negocio, sin embargo, Ámsterdam es de las ciudades que sacará provecho de la huida de empresas de Londres.
"Me da tristeza el Brexit, pero me siento positivo acerca el porvenir de Ámsterdam", afirmó el subalcalde de Ámsterdam, Udo Kock. "Es una ciudad tan bonita para vivir. ¿Quién no querría vivir en Ámsterdam unos pocos años?", concluyó la autoridad.
Uno de los traslados más importantes es el de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), que tuvo su sede en Londres desde su fundación en 1995.
La EMA está finalizando la reubicación de su personal de 900 empleados en una sede especialmente construida en Ámsterdam. La ciudad proporcionó un servicio de reubicación personalizado para el personal de la EMA y sus familias, ayudándolos con todo, desde seguros médicos hasta la búsqueda de colegios internacionales.
El comisionado de la Agencia para la Inversión Extranjera de Holanda, Jeroen Nijlan, piensa que el éxodo de empresas aún no ha terminado. "Actualmente estamos en contacto con otras 325 firmas que han expresado su interés en elegir este país como una ubicación alternativa para instalar sus negocios", aseguró.
El mes pasado, el banco Norinchukin de Japón decidió establecer su sucursal europea en Ámsterdam, al igual que las plataformas de negociación Bloomberg y Turquoise, parte de la Bolsa de Valores de Londres.
La gigante japonesa Sony y el canal Discovery también se suman a la lista de compañías que moverán sus sedes europeas desde Reino Unido a la capital holandesa.
Esto no es un "regalo"
Pero no todo es color de rosa, el gran éxodo de empresas extranjeras podría no ser suficiente para compensar el golpe a la economía que provocará el Brexit en los Países Bajos. El Gobierno estima que el PIB podría caer hasta 1,2 puntos porcentuales para 2030.
El sector agroindustrial sería uno de los más afectados, ya que Ámsterdam es uno de los mayores mercados de flores en Europa y sus comerciantes dependen de las exportaciones a Reino Unido, lo que suma más de 13% de las flores y plantas exportadas. En el caso de frutas y verduras, la cifra llegó a 15%.
La llegada de empresas y de trabajadores no será suficiente para compensar el daño de entre el 1% y el 2% al crecimiento económico nacional que se prevé que provoque el Brexit.
"Devolvería inmediatamente a todas esas compañías a Reino Unido con tal de que el Brexit no sucediese, así que no veo esto como un bono-regalo, o algo así", comenta Pieter Omtzigt, un diputado holandés del partido Apelación Demócrata Cristiana (CDA).
