Una persona murió este miércoles por disparos procedentes del lado griego cuando estaba tratando de entrar a Grecia desde Turquía, según informaron las autoridades turcas, mientras que el Gobierno de Atenas negó el incidente.
La víctima recibió un impacto en el pecho cuando los militares griegos que custodian la frontera dispararon gas lacrimógeno, balas de plástico y munición real, lo que causó además heridas a otras cinco personas, según señaló en un comunicado la oficina del gobernador de la ciudad turca de Edirne.
Esto ocurre en el marco de la escalada de tensión entre las fuerzas turcas comandadas por Recep Tayyip Erdogan y las del regimen de Bashar Al Assad por la zona de Idlib, donde se han concentrado los ataques de ambos lados, lo que produjo un masivo éxodo de migrantes hacia Europa.
Los militares griegos abrieron fuego cuando un grupo de migrantes provenientes de Turquía trató de forzar la entrada a Grecia.
Por su parte, el vocero del Gobierno griego, Stelios Petsas, aseguró que "no ha habido muertos por disparos de las fuerzas griegas".
"Turquía fabrica y distribuye noticias falsas. Hoy han fabricado una más, de supuestos heridos por disparos de las fuerzas griegas. Lo niego categóricamente", informó Petsas en un encuentro con los medios en Atenas.
Aunque la prensa no tiene acceso a la zona fronteriza donde acampan desde el viernes varios miles de refugiados y migrantes, la agencia EFE pudo registrar sobre el terreno que a lo largo de la mañana se han podido escuchar en varios momentos disparos y se han visto densas nubes de gas lacrimógeno.
Según fuentes griegas, unos 12.500 migrantes se han concentrado en la frontera griega, en la región de Evros, en el noreste de Grecia.
Un refugiado iraní que se identificó como Reza y que lleva cuatro días en el campamento surgido cerca de la valla entre los dos países, explicó que los militares griegos suelen usar gas lacrimógeno para repeler a quienes se acercan a la valla, pero que hoy emplearon por primera vez balas de plástico.
Reza, oriundo de la ciudad iraní de Shiraz y que lleva cinco años viviendo en Turquía, indicó que unas 15.000 personas esperan en el cruce fronterizo de Pazarkule-Kastaniés poder pasar a Grecia y que la policía turca ya no permite a los migrantes abandonar la zona.
Al mismo tiempo varias de decenas de familias sirias, iraquíes, afganas y somalíes se agolpan en la barrera policial para acercarse a la linde, esperando permiso para entrar.
Quienes acaban de llegar aún albergan la esperanza de poder pasar a territorio de la Unión Europea. Otros han comprobado ya que las autoridades griegas no permiten el paso.
Presión por mar
Por otra parte, la Marina griega desplegó un buque en Lesbos para llevarse a los migrantes que acaban de llegar y mantenerlos a bordo hasta que puedan ser trasladados a un campamento cerrado en la Grecia continental.
Desde el campamento, los migrantes serán rápidamente deportados a sus países de origen, según contó a la DPA un oficial de la Guardia Costera en Lesbos. Los migrantes que están llegando a las islas del Egeo están siendo detenidos para posteriormente ser trasladados y deportados.
Más de 900 personas cruzaron por mar hasta llegar a las islas griegas desde que Turquía decidió permitir la salida de migrantes y refugiados hacia Europa el 29 de febrero, aunque desde el martes no se han registrado nuevas llegadas por la tormenta que se está registrando en la zona.