Más víctimas, especialmente de la orden religiosa de los Legionarios de Cristo, levantaron su voz en México y comenzaron a tener mayor repercusión mediática, añadiendo así presión sobre la iglesia. El representante del Vaticano en México, Franco Coppola, dijo que la gran presencia de la iglesia católica en México, significa que la manera en que se manejen los casos de abuso, podría servir como un buen o mal ejemplo para otros países. Coppola citó la "seriedad" de la situación en el país para justificar el envío de la misión investigadora.
Los investigadores hablarán con obispos, líderes de órdenes religiosas y víctimas, pero la iglesia ha enfatizado que están dispuestos a recibir a cualquier persona sobre las acusaciones de abusos. Cada individuo tendrá alrededor de 30 minutos para reunirse con los investigadores, por lo que recomiendan llegar con declaraciones escritas y documentos que puedan servir como evidencia.
Dependerá de cuántas víctimas se reúnan con los investigadores, y si la iglesia y las autoridades judiciales decidan actuar sobre los casos. La misión vaticana es liderada por los mismos representantes eclesiásticos que vinieron a Chile en 2018 y que retornaron con alrededor de 2.600 páginas de declaraciones de más de 60 víctimas.
En México, podrían ocurrir un par de problemas: hablar sobre abuso sexual en la iglesia sigue siendo intimidante en un país fuertemente católico. Adicionalmente, muchas víctimas que están dispuestas a contar sus historias y han denunciado los abusos, han quedado decepcionadas por la poca acción. Una de ellas, Ana Lucía Salazar, quien fue abusada cuando niña en un colegio de los Legionarios de Cristo en Cancún, percibe a la misión como otro intento de "control de daños" de la iglesia, aunque dice que sí planea reunirse con los investigadores.
La Conferencia del Episcopado Mexicano dijo en enero que está investigando a 271 sacerdotes por abusos en la última decada. Adicionalmente, hay múltiples casos vinculados con la orden de los Legionarios de Cristo, fundada en México. El fallecido líder del grupo, Marcial Maciel, fue un hombre adicto a las drogas que abusó sexualmente de al menos 60 de sus seminaristas. Los Legionarios han prometido investigar los casos confirmados de abusos ocurridos por 33 sacerdotes y 71 seminaristas.
Un grupo de víctimas, reunidos en la organización SNAP, cree que el problema es mucho más amplio, afirmando que "el alcance del abuso clerical en México está mayormente escondido, pero casi con certeza está ocurriendo en tasas asombrosas". Coppola, el representante del Vaticano, dijo que cuatro obispos mexicanos están bajo investigación por supuestas operaciones de encubrimiento de abusos.
Legisladores mexicanos están considerando propuestas para apuntar a los crímenes por abusos de religiosos. Esto incluye un proyecto que eliminaría cualquier estatuto de limitaciones ante procesamientos; y otro que podría crear un panel investigador independiente, respaldándose por expertos y con la colaboración de la iglesia. Han existido algunos procesamientos por abuso de religiosos en México, aunque las víctimas dicen que las autoridades han hecho demasiado poco. El primer sacerdote condenado fue Carlos López Valdez en 2018. Jesús Romero Colín, psicólogo y director de Inscide, una organización de apoyo a víctimas de abuso sexual, dijo que tomó una década de lucha para lograr la condena de López Valdez, quien fue sentenciado a 63 años en prisión por sus delitos.