Brasil, el país más grande Sudamérica con 209 millones de habitantes, es el más afectado en la región por la pandemia de coronavirus. Hasta este martes se reportan 4.681 casos de covid-19 y 167 fallecimientos. Pero a pesar de las preocupantes cifras, la actitud que ha tenido el Presidente brasileño, Jair Bolsonaro, ante el brote, ha hecho que la tensión al interior del país aumente.
Mientras gobernadores, autoridades locales y hasta el Ministerio de Salud han recomendado aumentar las medidas de aislamiento, el Mandatario – que se ha mostrado escéptico a la gravedad del coronavirus- ha acusado a las autoridades de "histéricas", de querer destruir al país y ha calificado al virus como una "pequeña gripe o resfriado".
"Va a morir gente, lo siento, pero no podemos parar una fábrica de autos porque hay accidentes de tránsito", dijo Bolsonaro el fin de semana sobre el covid-19, frase que dio vuelta al mundo y que fue fuertemente criticada en las redes sociales.
Guerra contra los gobernadores
En distintas ciudades brasileñas, como Sao Paulo o Río de Janeiro, se ha declarado "estado de emergencia", lo que ha provocado el cierre de lugares turísticos emblemáticos, el comercio, el transporte público, las escuelas y también se han interpuesto medidas de confinamiento.
Pero Bolsonaro ha acusado a los gobernadores de ocupar la llegada del brote como una estrategia "política" para "justificar las medidas" de contención que han tomado para frenar el avance de la enfermedad en sus localidades, reportó EFE.
"Eso les daría más respaldo, pueden pedir más recursos para el Gobierno Federal", dijo el Mandatario.
"Obviamente tienes que evitar que (el virus) se instale en ti, pero no se puede vivir en clima de pánico, en clima de terror. No salir de casa, pasar alcohol en gel hasta para dar un besito a la esposa", agregó.
35%de la población considera que las medidas tomadas por el Gobierno por el covid-19 han sido "óptimas o buenas"
Mientras, el gobernador de Sao Paulo, Joao Doria, ha intentado convencer al Gobierno Federal para que apoye sus medidas de aislamiento. "No es racional darle un matiz político a la salud y vida del pueblo, especialmente de aquellos que son pobres y vulnerables", manifestó el líder regional a BBC Mundo y criticó a Bolsonaro por menospreciar las vidas de la gente.
En un paseo dado este fin de semana por el Mandatario por locales de comercio en Brasilia, Bolsonaro volvió a desafiar las medidas de aislamiento defendidas por las autoridades de Salud, diciendo que "si (el coronavirus) fuera algo terriblemente mortal" para él, "quizás no estaría en la calle".
Asimismo, el Presidente acusó, en una entrevista con RedeTV! el lunes, que "algunos gobernadores" estaban inflando el número de muertes por coronavirus para justificar las medidas restrictivas impuestas.
No existe consenso con el Ministerio de Salud
Por otro lado, Bolsonaro se ha enfrascado en otra polémica los últimos días, una con su propio ministro de Salud, Luiz Henrique Mandetta, que ha defendido públicamente las medidas restrictivas como las cuarentenas y el aislamiento social, como el único método efectivo para frenar el brote epidémico.
El sábado, la autoridad sanitaria manifestó en una conferencia de prensa la importancia que tiene evitar multitudes y la circulación normal para evitar la propagación.
"Si salimos de casa todos a la vez, faltarán equipamientos y atención médica para ricos, para pobres, para los dueños de empresas y de los locales. Necesitamos ser racionales y no movernos por impulso", expresó a CNN.
Además, Mandetta declaró a la agencia estatal Agencia Brasil que el problema para Brasil "no es la letalidad para el individuo. El punto es que este virus ataca el sistema de salud y la sociedad en general", declaraciones que distan mucho de los pensamientos que tiene su propio Presidente y que han elevado los rumores de una polarización interna en el Gobierno.
Peticiones de renuncia y cacerolazos ciudadanos
Durante el lunes, tres ex candidatos presidenciales brasileños, un gobernador, los seis presidentes de partidos progresistas y otros líderes de centroizquierda exigieron la renuncia del Mandatario a través de una declaración pública, por considerarlo "incapaz" de poder manejar la crisis sanitaria provocada por el coronavirus.
Bolsonaro "no está en condiciones de seguir gobernando" y "enfrentar una crisis que compromete la salud y la economía", dice el documento firmado por los ex candidatos presidenciales Ciro Gomes, Fernando Haddad y Guilherme Boulos.
Además, en el texto se afirma que el Mandatario "comete crímenes, fraudes con la información, miente e incentiva el caos, aprovechándose de la desesperación de la población más vulnerable".
"Bolsonaro es más que un problema político. Se ha vuelto un problema de Salud Pública"
Documento firmado por opositores al Gobierno
"Bolsonaro es más que un problema político. Se ha vuelto un problema de salud pública" y "
debería renunciar, lo que sería un gesto menos costoso para permitir una salida democrática al país", agrega el manifiesto, firmado también por el comunista
Flavio Dino, gobernador del estado de Maranhao.
Al rechazo de sus opositores también se suman las críticas de los habitantes que las últimas semanas se han expresado a través de cacerolazos en las principales ciudades del país como Sao Paulo y Río de Janeiro.
Los "panelaços" o "cacerolazos" se han dado en protesta al actuar del Presidente y se suman a las peticiones de renuncia.
Esto, a pesar de que una encuesta de la firma Datafolha indica que el 35% de la población cree que la gestión de la crisis por parte del Gobierno ha sido "óptima o buena", frente al 33% que la califica de "mala o pésima".