Un verdadero escándalo protagonizaron las máximas autoridades sanitarias de
Escocia y Nueva Zelanda por violar, cada una por su lado, las medidas decretadas por sus países para evitar la expansión del
coronavirus en sus territorios, al no respetar el confinamiento mientras el resto de la ciudadanía cumplía con las normas de distanciamiento social.
El primer caso lo protagonizó la jefa de Salud del Gobierno escocés, Catherine Calderwood, encargada de asesorar sobre la gestión de la crisis del covid-19 y que renunció al cargo tras revelarse que se desplazó durante dos fines de semana seguidos a su segunda residencia.
La ahora ex autoridad sanitaria anunció el domingo por la noche que dejaba el puesto después de que el diario The Scottish Sun publicase unas fotografías en las que se la veía en su vivienda de la ciudad de
Fife, a más de una hora de Edimburgo, donde reside habitualmente.
En las instantáneas, Calderwood, que fue el rostro de varias campañas institucionales que pedían a la población permanecer en casa, aparecía junto a su marido y sus hijos, lo que llevó a la Policía a advertirle de que no estaban permitidos los desplazamientos.
Tras esto, la jefa de Salud se disculpó por haber cometido un "error", pero se mostró dispuesta a continuar en el puesto, tras, según dijo, haberlo consultado con la jefa del Ejecutivo escocés, Nicola Sturgeon.
Sin embargo, horas después, la presión de la opinión pública, a través de comentarios en periódicos y redes sociales que criticaban su comportamiento, provocó su dimisión. No obstante, desde el Ejecutivo recalcaron que continuará como asesora en temas sanitarios.
Escándalo en Nueva Zelanda
El caso más reciente lo protagonizó el ministro de Salud de Nueva Zelanda, David Clark, quien también presentó su dimisión tras ser sorprendido viajando junto a su familia a una playa ubicada a unos 20 kilómetros de su hogar durante el primer fin de semana en que rigió la orden de confinamiento de su Gobierno.
"Soy un idiota, entiendo que la gente esté enojada conmigo", dijo Clark, quien de todos modos se mantendrá en el puesto, aunque fue degradado en el escalafón de Gobierno, por decisión de la Primera Ministra, Jacinda Ardern.
La gobernante explicó que "
en condiciones normales hubiera despedido al ministro de Salud. Lo que hizo está mal y no tiene excusas. Pero ahora mi prioridad es nuestra lucha colectiva contra el covid-19".
"Sin embargo, tiene que pagarlo. Vulneró la orden (de confinamiento). Mantendrá la cartera de Salud, pero pierde su papel como ministro asociado de Finanzas y es rebajado a la parte más baja del escalafón del gobierno", precisó la Mandataria.
"No podemos darnos el lujo de que se perturben los esfuerzos en el sector sanitario. Por este motivo y solo por ello, el doctor Clark seguirá en su puesto", remarcó Ardern.
