La emergencia sanitaria mundial ocasionada por la pandemia de
coronavirus enfrenta este fin de semana un momento clave:
la celebración de Semana Santa, fecha que marca la fe cristiana y que por estos días puede ser un enemigo de las políticas de confinamiento impulsadas por diversos gobiernos en busca de evitar una propagación del covid-19.
El tema no deja de ser complejo, ya que el 33% de la población mundial (2.500 millones de personas) profesa el cristianismo en cualquiera de sus ramas. Y esto se agrava considerando que, en muchos países, esta fecha es feriado, por lo que tanto creyentes como no creyentes podrían salir de sus casas y pasar por alto la cuarentena.
Y mientras algunas autoridades religiosas han hecho un llamado a respetar el encierro -el
Papa Francisco, por ejemplo, realizará las actividades tradicionales de Semana Santa en un Vaticano desierto-, son varios los gobiernos del mundo que han decidido profundizar sus medidas, con el fin de evitar un mayor número de contagios.
Ese es el caso de Australia, país con 6.108 casos y 51 muertos, donde la policía intensificará el uso de cámaras y tecnología de reconocimiento de patentes vehiculares, así como también se centrará en el patrullaje en parques y lugares de vacaciones. "A las personas se les dará una oportunidad para empacar, regresar a su estado de origen y volver a casa. De lo contrario, desafortunadamente, tendremos que multar", dijo Mick Fuller, comisionado de policía de Nueva Gales del Sur, en declaraciones reproducidas por The Guardian.
En Europa, España es uno de los lugares donde más se celebra Semana Santa, pero su situación sanitaria actual -es el segundo país del mundo con más casos de coronavirus- ha obligado a las autoridades a poner énfasis en las reglas de confinamiento social para evitar una catástrofe mayor. Sobre todo, después de percatarse que muchos habitantes se han "relajado" y han salido de sus hogares.
De esta forma, se dispuso de
más contingente policial en los controles vehiculares, para evitar que las personas se trasladen a alguna residencia durante los días feriados en un país donde ya hay 152.446 casos de covid-19 y 15.238 muertos.
Otro país complicado con esta situación es Italia, al también tener una alta población católica y registrar más de 18.000 muertes por coronavirus. Con este panorama, el Ministerio del Interior anunció que incrementará los controles para evitar desplazamientos de personas que intenten viajar a sus segundas residencias o salir a las playas, mientras ya se espera un nuevo decreto que prolongue la cuarentena total en dos semanas más.
Francia es otro país muy afectado por la pandemia (118.781 casos y 12.228 muertos) donde se tomarán medidas restrictivas en esta Semana Santa. Así, según The Guardian, son más de 160.000 los policías y gendarmes desplegados en todo el país para evitar que las personas se desplacen a otros lugares durante los feriados. En París, en tanto, se reforzó el cierre de la ciudad.
En
Alemania (que registra 115.523 contagiados y 2.451 muertos por covid-19) también se hará controles vehiculares para verificar si corresponden al área local y así evitar que transiten de región en región -quedarán eximidos los padres que no viven con sus hijos o las parejas separadas-. Las iglesias, en tanto
estarán cerradas para misas y cultos, que serán transmitidos vía streaming, pero sí podrán ser visitadas en otros momentos para ir a rezar o prender velas.
Por otro lado, los parques no podrán ser ocupados para juegos infantiles ni actividades deportivas, pero sí se podrá realizar la tradicional búsqueda de huevos de Pascua, siempre que se lleve a cabo en lugares públicos donde se respeten las reglas de distanciamiento físico.
Por su parte Irlanda -que cuenta con un gran número de católicos- otorgó más facultades a la policía para restringir las reuniones de personas en los próximos cinco días y dispuso de multas de hasta seis meses de prisión para quienes incumplan las normas de confinamiento. Actualmente, nadie puede salir de su hogar salvo quienes necesiten acceder a servicios esenciales o hacer ejercicio en un área de 2 kilómetros de su hogar. Este país registra 6.574 casos de covid-19 y 263 muertes.
La situación en Latinoamérica
En medio de la crisis, la tradicional celebración de Semana Santa en Latinoamérica, región que alberga a cerca del 40% de fieles católicos en el mundo, aumentó la preocupación de las autoridades sanitarias.
Aunque desde mediados de marzo varias naciones cerraron sus fronteras para el ingreso de extranjeros y suspendieron las clases y eventos masivos, lo que incluía implícitamente las actividades religiosas de la Semana Santa, las medidas fueron reforzadas para este fin de semana largo.
Así, en
República Dominicana, con 118 fallecidos y 2.349 contagiados, el Gobierno ha prohibido los desplazamientos interurbanos en Semana Santa, una época en la que los ciudadanos acostumbran a visitar a la familia o ir a la playa.
Misma preocupación hay en Panamá, país con 2.528 contagiados y 63 muertes y donde el obispo José Domingo Ulloa se vio obligado el pasado domingo a realizar la tradicional ofrenda de ramos, con la que los cristianos dan inicio a la Semana Santa, desde un helicóptero.
En esa línea, el Presidente Laurentino Cortizo anunció el miércoles que nadie podrá salir de sus casas este fin de semana. "Por la seguridad sanitaria del país y (para) preservar la vida y la salud de los panameños, anunciamos que durante sábado 11 y domingo 12 de abril nadie podrá salir a las calles" para cumplir una "cuarentena total", dijo el Mandatario en su cuenta de Twitter.
Perú (5.256 contagiados y 138 muertos), por su parte, endureció aún más las normas de confinamiento y decretó cuarentena total para este jueves y viernes, con la finalidad de evitar desplazamientos a segundos hogares.
Chile, en tanto, implementó cordones sanitarios, en los que se prohíbe la salida y el ingreso de personas excepto en situaciones de emergencia, lo que aislará a la Región Metropolitana.
En la misma línea, el Gobierno de Argentina descartó que se vaya a levantar la cuarentena la próxima semana, cuando debía finalizar el aislamiento, y se anunciaron más controles para limitar el movimiento durante la Semana Santa en el país, donde hay 1.715 contagiados y 63 fallecidos por el coronavirus.
Una medida similar se tomó en países como
Guatemala, que registra 95 casos y tres decesos y que sumó al toque de queda parcial
la prohibición de desplazarse entre los 22 departamentos que dividen el territorio durante la Semana Mayor.
En tanto, los habitantes de Caracas, en Venezuela, no abandonaron su tradición y se asomaron el miércoles a sus balcones y ventanas para ver pasar al Nazareno de San Pablo, la imagen a la que pidieron en el siglo XVII que acabara con la peste y a la que apelan ahora para que termine con el covid-19.