Si bien la primera reunión para abarcar el coronavirus en India tuvo lugar el 8 de enero, y su primer caso se detectó el 30 del mismo mes, no fue hasta que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el virus como una pandemia el 12 de marzo para que el gobierno pusiera en marcha su respuesta.
El Consejo Indio para la Investigación Médica (ICMR), el principal organismo de investigación del gobierno, dijo que la mitigación era la solución para mantener bajo control la propagación del virus. En febrero lanzó un modelo matemático que sugería que el gobierno confiaba demasiado en la detección de los viajeros entrantes, y recomendó realizar pruebas para casos asintomáticos y el aislamiento social estricto. Sus consejos fueron ignorados durante semanas.
No obstante, dice el destacado epidemiólogo indio T. Jacob John, el examen no fue uniforme. Incluso cuando las personas dieron positivo en alejados rincones del país, lejos de los viajeros extranjeros, los funcionarios nacionales sostuvieron que no había transmisión local.
La falta de equipo de protección personal para los trabajadores de salud ha llevado a algunos a renunciar, a otros a protestar y a otros a utilizar cualquier cosa, desde impermeables hasta cascos de motocicleta.
Un día después del primer caso detectado en India, el gobierno prohibió la exportación de equipos de protección personal. Luego, el 8 de febrero revirtió el pedido y 17 días después levantó las restricción a la exportación de materias primas para los insumos. El mismo mes la OMS había predicho la escasez, pero según el secretario conjunto del Ministerio de Salud indio, Lav Aggarwal, “India no había recibido el aviso”.
Las exportaciones finalmente se detuvieron el 19 de marzo y Aggarwal dijo que India había comenzado a “desarrollar la capacidad indígena” para fabricar equipos de protección personal (EPP) en enero. Pero varios líderes estatales han dicho que la escasez continúa obstaculizando los esfuerzos.
Por su parte el doctor Srinivas Rajkumar, el secretario de la asociación de médicos del Instituto de Ciencias Médicas All India en Delhi, dijo que “si bien la situación ha mejorado ligeramente, es marginal. Todavía hay preocupaciones sobre la calidad del equipo que tenemos”.
Antes del 12 de abril India había evaluado a 181.028 personas, lo que corresponde a un residente de cada 6.000. Países como Corea del Sur testean a una cada 100, y Estados Unidos a uno de cada 150 sujetos.
Al principio, India tenía algunos de los criterios de prueba más estrictos del mundo y usaba sólo un tercio de su capacidad de pruebas. Durante las últimas semanas ha ampliado su criterio de pacientes, ampliando desde quienes estaban asociados a un viaje internacional a todos aquellos con enfermedad respiratoria aguda o grave.
El ICMR defendió las pruebas limitadas de la India, diciendo el 17 de marzo que el llamado de la OMS para que los países “prueben, prueben, prueben”, no se aplicaba para el país.
La semana pasada, la organización dijo que crearía más capacidad para permitir que el país analice unas 100.000 pruebas por día. Sin embargo, la producción de kits se ha visto obstaculizada por la burocracia, y la creciente demanda mundial ha provocado escasez. Según K. Shanmugam, el principal burócrata en el estado sureño de Tamil Nadu, el equipamiento para testear ordenados por India desde China se han desviado a los EE.UU..
El ICMR se negó a comentar sobre esta desviación, pero dijo que tiene suficientes kits para durar seis semanas, siempre que India continúe probando al mismo ritmo. a.
Cuando Modi anunció el cierre casi total el 24 de marzo, los 1.300 millones de personas de India tenían sólo cuatro horas antes de que la mayor parte de la economía se detuviese. Para entonces primer ministro prometió que se proporcionarán elementos esenciales, incluidos alimentos y medicamentos, pero no dijo cómo ni cuándo. Este anuncio envió a los compradores aterrorizados a las tiendas y decenas de miles de los más pobres de la India a las carreteras, caminando hacia sus aldeas para evitar morir de hambre en las ciudades.
Los expertos en salud pública han compartido en privado las preocupaciones de que las personas con síntomas pueden estar evitando las pruebas, debido a los informes generalizados de condiciones antihigiénicas en las instalaciones de cuarentena y a la violencia en su interior. Incluso se denunció una violación.
El bloqueo le ha dado tiempo a India para reforzar su capacidad para hacer frente a un aumento de la enfermedad. Pero el sistema de salud público de la India era débil incluso antes del nuevo virus: tiene sólo 0,5 camas de hospital y 0,9 médicos por cada 1.000 personas. En comparación con China, que tiene 4,2 camas de hospital y 1,8 doctores. Para 2013, Chile tenía 2,2 camas y 1,6 doctores.
El país ha establecido 601 hospitales dedicados al coronavirus, y en los últimos días ha aumentado las pruebas, realizando más de 15.000 testeos por días y conectando laboratorios privados para probar más. A pesar de esto los críticos son enfáticos: los preparativos aún no reflejan la realidad.
“Los números en este momento ni siquiera están recogiendo una centésima parte de los casos reales en la comunidad”, dijo Yogesh Jain, experto en salud comunitaria del estado de Chattisgarh.