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Grecia, el país que "desafió las probabilidades" y está zafando del desastre por el coronavirus

El país europeo ha estado golpeado por años por la inestabilidad, pero la respuesta del Gobierno a la crisis sanitaria se ha ganado los elogios de la ciudadanía, aunque también suma algunas críticas.

29 de Abril de 2020 | 16:51 | The New York Times / Traducido por R. Jara, Emol
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Reuters
Durante años, Grecia ha sido vista como uno de los miembros más problemáticos de la Unión Europea, agobiada por una crisis financiera, hechos de corrupción y la inestabilidad política. Pero ante la emergencia por el coronavirus, el país ha dejado una grata sorpresa: el brote en su territorio parece ser mucho más limitado de lo que se esperaba.

A medida que el virus se extendió por Europa, muchos griegos temieron lo peor: serían la próxima Italia o España. Después de todo, el sistema de salud del país se había debilitado a raíz de una larga crisis financiera. Además, tiene una de las poblaciones más antiguas de la Unión Europea, solo superada por Italia, dejándola más vulnerable a la enfermedad. Pero el número de muertes reportadas y de personas en cuidados intensivos a causa del virus en Grecia ha seguido siendo una pequeña fracción de lo que son en muchas otras naciones europeas.

Ahora, un país que se ha acostumbrado a ser visto como un niño problema en la Unión Europea celebra la respuesta de su Gobierno y espera reabrir su economía.

"Grecia ha desafiado las probabilidades", dijo Kevin Featherstone, director del Observatorio Helénico de la London School of Economics.

Debido a que Grecia ha realizado exámenes en un porcentaje muy pequeño de su población, es imposible saber qué tan extenso se ha propagado el virus en el país. Pero sus muertes totales han sido bajas -138 en una población de aproximadamente 10,7 millones-, una sorpresa para los expertos, especialmente dada la población de ancianos. Y un gran alivio.

El martes, poco más de un mes después de que el Gobierno impuso un bloqueo, el primer ministro presentó un calendario para reducir gradualmente las restricciones y hacer que el país se recupere.

Solo 69.833 personas se han sometido a la prueba del virus en Grecia, pero los expertos coinciden en que la decisión del país de hacer cumplir rápidamente las medidas de distanciamiento social y fortalecer su sistema de salud debilitado ayudó a frenar el brote, como también fue vital la voluntad de la mayoría de los griegos de cumplir con las órdenes.

El 27 de febrero, un día después de que se diagnosticara el primer caso de covid-19 del país en Salónica, la segunda ciudad más grande de Grecia, el Gobierno canceló el Carnaval anual. El 11 de marzo cerró las escuelas. Dos días después, limitó los viajes no esenciales y cerró cafeterías, restaurantes, bibliotecas y museos, entre otros lugares.

69.833personas se han sometido a la prueba del virus en Grecia
Luego, cualquier persona que llegara del extranjero tenía que pasar por una cuarentena obligatoria de dos semanas o arriesgarse a una multa de aproximadamente US$5.400. Todos en el país debían notificar al Gobierno cada vez que salían de sus hogares, incluso si era para pasear al perro.

"Actuamos preventivamente", dijo Giorgos Gerapetritis, ministro de Estado griego. "Conscientemente preferimos hacer un sacrificio financiero significativo en lugar de sacrificar la vida humana", agregó.

Cuentas alegres

Hasta la fecha, se han notificado 2.576 infecciones por coronavirus en Grecia. Bélgica, en comparación, ha informado de 47.859 infecciones y 7.501 muertes, a pesar de que ambos países tienen una población similar.

A partir de febrero, Grecia trabajó para aumentar rápidamente el número de camas en las unidades de cuidados intensivos en más del 70 por ciento y reclutó a 3.337 funcionarios sanitarios, según explicó el ministro de Salud, Vassilis Kikilias. También abrió 2.500 puestos de trabajo en los hospitales y planea contratar a 942 médicos adicionales, dijo un portavoz de la autoridad sanitaria la semana pasada.

"La movilización fue muy rápida", aseguró Anastasia Kotanidou, profesora asociada del Departamento de Cuidados Críticos de la Universidad de Atenas y presidenta de la Sociedad Griega de Cuidados Intensivos. Sin ella, dijo, el sistema de atención médica no habría podido manejar el brote.

En todo el país, muchos griegos se apresuraron a aceptar la nueva normalidad, incluso renunciando a cosas como la reuniones grupales para comer asado de cordero en la Pascua ortodoxa. Eso podría haber sido impensable hace solo unos meses.

Una encuesta reciente, además, reveló que las dos personas más populares en el país son Sotiris Tsiodras, un especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad de Atenas, y Nicholas Hardalias, el viceministro de protección civil. El médico y el político organizan sesiones informativas diarias sobre el virus en Grecia, las que se han convertido en eventos televisivos obligados.

Para Kevin Featherstone, el Gobierno "siguió a la ciencia" al poner al doctor Tsiodras liderando la política sanitaria, y aseguró que darle a Hardalias el poder de supervisar la respuesta del país al brote ayudó a garantizar que todo funcionara sin problemas.

"Ninguna de estas acciones son típicas de los gobiernos griegos cuando se enfrentan a este tipo de desafíos", afirmó. Parecían reflejar los antecedentes comerciales del primer ministro Kiriakos Mitsotakis, un ex analista financiero, agregó.

Pavlos Eleftheriadis, un retirado director de teatro nacional que vive en el norte de Grecia, admitió que estaba gratamente sorprendido por la respuesta del gobierno a la pandemia. "Me sentí orgulloso de que haya un Estado", dijo. "Hay políticos que escuchan a los científicos".

Los pocos exámenes, el punto negativo

Pero a pesar de todos los éxitos momentáneos del Gobierno, también ha enfrentado algunas críticas.

Menos del 1 por ciento de la población ha sido examinada para detectar el virus en Grecia, lo que genera preocupación por la precisión de sus números. Los test se han centrado en personas admitidas en hospitales con síntomas y en aquellas que han estado en contacto con casos confirmados, según el Ministerio de Salud. Las personas que llegan al país desde el extranjero también están siendo evaluadas.

También ha habido múltiples brotes de coronavirus en los campos de refugiados estrechos e insalubres del país. Y a pesar de los llamados para evacuarlos, pocos migrantes han sido liberados, lo que genera alarma entre los críticos.

Al menos 150 personas que están en un hotel que se utiliza para albergar a cientos de migrantes dieron positivo por el virus este mes. Los migrantes fueron examinados solo después de que un empleado del hotel, su esposo y una mujer embarazada de Somalia, que también era migrante, dieron positivo, informaron medios locales.

Y algunos han expresado su preocupación por los informes de comportamiento abusivo por parte de los agentes de policía que hacen cumplir las reglas de bloqueo del país, incluido el uso de fuerza excesiva.

Lo que podría ocurrir

Fani Kountouri, profesora asistente de ciencias políticas y comunicación política en la Universidad Panteion de Atenas, indicó que la satisfacción actual con el Gobierno podría desaparecer fácilmente, dependiendo de cómo maneje el país el impacto financiero de la pandemia.

Se espera que el turismo, que representa el 18 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) del país, sea uno de los sectores más afectados en Grecia, que se estaba recuperando de la crisis financiera que comenzó en 2009.

El martes, el Primer Ministro Mitsotakis anunció que, a partir del 4 de mayo, reabrirán librerías, peluquerías y algunas otras tiendas, y que los griegos ya no tendrían que notificar al Gobierno antes de salir de casa.

Las iglesias también serán reabiertas para el culto personal. Las escuelas secundarias reabrirán más adelante en mayo, mientras que los restaurantes y hoteles que operan durante todo el año probablemente comenzarán a funcionar nuevamente el 1 de junio, dijo Mitsotakis.

Por ahora, algunos griegos animan orgullosamente a su país como una rara historia de éxito en la Unión Europea durante la pandemia.

Costas Thimioudis, un taxista de 50 años en Salónica, dijo que no era fanático del Gobierno griego, pero aprobó sus acciones. "El Gobierno tomó medidas antes que el resto de Europa", dijo.

"Algunos europeos no nos tenían en alta estima", dijo Costas Hatzopoulos, de 54 años, un ingeniero agrónomo que también se encuentra en Salónica.

"Les hemos demostrado que están equivocados".
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